HABLEMOS DE LA TELE. Cursos para concursos

Se trata de espacios de mero entretenimiento donde, una vez en la semana se emiten en la modalidad Prime (¿?) que consiste simplemente en la participación de los mentados “rostros” de la televisión, exchicas reality, actores, animadores, humoristas y otros que compiten representando a fundaciones sin fines de lucro y de carácter social.

José Luis Córdova. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 20/5/2024. A propósito de los actuales y populares programas de concurso “¿Qué dice Chile?” en Canal 13, “¡Ahora caigo!” en TVN y “Pasa palabras” en Chilevisión, vale la pena recordar espacios icónicos del pasado en este rubro. El entretenimiento era entonces un vehículo de formación cultural que contribuía a la formación e información de la teleaudiencia.

Entre ellos el memorable “¿Quién soy yo?”, que se emitió entre 1967 y 1970 por Canal 13 con una secuela entre 1970 y 1979 por TVN, con la animación de Enrique Bravo Menadier, y la participación del humorista Jorge Romero “Firulete”, la escritora Marta Blanco, la actriz Liliana Ross y el sacerdote Alfredo Ruiz Tagle.

Estas personalidades debían identificar a una persona y su profesión u oficio a través de preguntas. Era una versión criolla del espacio “What my line?” de la cadena CBS (“Profesión desconocida”) que funcionó exitosamente entre 1950 a 1975. En nuestro país, el programa de Bravo Menadier fue reemplazado por el concurso “Alcance las estrellas” entre 1970 a 1971 que volvió en dictadura, entre 1978 a 1979 con menor interés público.

Por su parte, el recordado torneo “Cumpla su deseo con CRAV” de Canal 13 cautivó a la teleaudiencia entre 1965 a 1969 y entre 1970 y 1971 por Canal 9 de la Universidad de Chile. Animado por el destacado profesor Mario Céspedes, el concurso había nacido en Radio Minería y sus participantes debían responder preguntas sobre temas que ellos mismos habían elegido, por ejemplo, historia de Chile, música clásica, Isla de Pascua, la ópera, etc.

Hay que recordar que este destacado pedagogo fue arbitrariamente detenido tras el golpe civil-militar y enviado al Campo de Concentración de Chacabuco, donde fue cruelmente torturado por sus ideas políticas. Vaya un homenaje en su memoria.

Otro espacio similar fue el microespacio de ocho minutos “¿Cuánto sabe Usted?” entre 1966 y hasta 1980, que animaba el profesor y locutor Justo Camacho; también “Campeonato estudiantil”, con Julio Videla y “¿Cuánto vale el show?” con el locutor Leo Caprile y las memorables actuaciones de Enrique Lafourcade y Eric Polhammer.

Actualmente tenemos en pantalla tres espacios de concurso que no siguen los parámetros de los ya descritos, por ejemplo, porque no cuentan con la supervisión de un notario para certificar la autenticidad de las preguntas y respuestas. En la época de desconfianza que vivimos es incuestionable esta necesidad de fiscalización. Además, las preguntas y cuestionamientos son tan relativos como a veces insólitos y absurdos que dan pábulo a respuestas igualmente burdas.

Nos hemos referido con anterioridad a “Pasa Palabras”, señalando que indefectiblemente ha bajado en sintonía tras varias temporadas, cuestión que se explica por la reiteración de la dinámica y el cansancio de la teleaudiencia.

Canal 13 emite actualmente “¿Qué dice Chile?” con la animación de Martín Cárcamo. Dos grupos de cuatro personas compiten entre sí para responder preguntas de distinto tipo entre los “más populares” (¿?) de una encuesta para ganar un premio en dinero. Amigos, familiares, colegas de trabajo, etc. se enfrentan entre sí para adivinar preguntas hechas a 100 chilenos para acumular puntos, aunque muchas de las afirmaciones y juicios emitidos resultan cuestionables en su verosimilitud.

Está basado en la franquicia “Family Feud”, el concurso de la TV norteamericana (American Broadcasting Co.) creado por Mark Godson y lanzado en 1976 que tiene 26 temporadas.

Más simple y directo es el torneo “¡Ahora caigo!”, concurso de la televisión española por Antena 3, desde 2011 hasta 2021, adaptación de un concurso israelí. En este caso la complicación está en el sistema de eliminación que resulta engorroso, a veces arbitrario y sobre todo poco claro.

En realidad, se trata de espacios de mero entretenimiento donde, una vez en la semana se emiten en la modalidad Prime (¿?) que consiste simplemente en la participación de los mentados “rostros” de la televisión, exchicas reality, actores, animadores, humoristas y otros que compiten representando a fundaciones sin fines de lucro y de carácter social.

Finalmente, una loable iniciativa pero que necesita un curso o taller de capacitación para llevarla adelante con transparencia y sin desconfianza, como casi todo en el mundo de hoy. Y sobre todo en nuestra alicaída televisión.

 

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