EL EDITORIAL. 2022: Pueblo movilizado

Deberá existir una continuidad en la voz y protagonismo de las y los trabajadores, del feminismo, la juventud y los estudiantes, las y los pobladores y sin casa, indígenas, diversidad sexual, los mundos medioambientales y de la cultura, de académicos y profesionales, reivindicando sus derechos y siendo parte de procesos clave que se vivirán los próximos doce meses.

“El Siglo”. El Editorial. Santiago. 31/12/2021. Durante el año que se inicia será fundamental el papel del movimiento social.

Deberá existir una continuidad en la voz y protagonismo de las y los trabajadores, del feminismo, la juventud y los estudiantes, las y los pobladores y sin casa, indígenas, diversidad sexual, los mundos medioambientales y de la cultura, de académicos y profesionales, reivindicando sus derechos y siendo parte de procesos clave que se vivirán los próximos doce meses.

Las reivindicaciones del pueblo están latentes y son necesarias. Las demandas levantadas en la revuelta social de 2019 están vigentes. Situaciones deficitarias, injustas y de abusos persisten para grandes sectores de la población. Habrá que seguir luchando por todo ello.

Durante el 2022 continuará y concluiría el proceso constituyente para culminar en un nuevo texto constitucional y se deberá efectuar el plebiscito de salida para aprobar la nueva Constitución. El papel del pueblo en todo aquello será decisivo y esperanzador.

Con el Gobierno de Apruebo Dignidad se iniciará un camino de transformaciones, el cual debe ser apoyado por las fuerzas populares y ciudadanas. También habrá todo un trabajo legislativo donde la prioridad será avanzar en los cambios y consagración de derechos sociales, y en ese tránsito será fundamental el respaldo del pueblo y sus organizaciones, movilizados y activos.

La lucha por la defensa de los derechos humanos, la verdad, justicia y no repetición, tendrá una importancia cardinal el 2022, tanto en relación a situaciones pendientes del período dictatorial, como en relación a lo acontecido en los últimos años, sobre todo a partir del 2019. Y que en este ciclo se ponga luz roja a cualquier acción ilegal de agentes del Estado.

No hay que temer al protagonismo del movimiento social. Menos inhibirlo. No se puede desconocer, de partida, el rol vital que jugó en los profundos cambios vividos por el país a partir de la revuelta ciudadana. No se puede omitir la contribución del pueblo, sus organizaciones, sus espacios autoconvocados, su creatividad, convocatoria y capacidad de manifestación en diversidad de espacios. Es inconcebible pensar en un proceso de transformaciones y avances de derechos en Chile, sin considerar al movimiento social, a la sociedad civil, a las y los ciudadanos.

Sin duda que la derecha, el gran empresariado, los grupos fácticos, los medios de prensa conservadores, los gremios empresariales, el alto mando policial y militar, se irán con todo contra el pueblo y el movimiento social. Intentarán desprestigiarlo, criminalizarlo, desvirtuarlo, pero tendrán que existir voces y fuerzas que salgan al paso de todas las acciones contra-transformadoras y antipopulares.

Frente a lo que viene, el pueblo no deberá estar pasivo, sino activo.

La consciencia, organización y movilización social a lo largo de las 16 regiones del país deberá ser un activo para que Chile continúe avanzando en la senda de la justicia social, la equidad económica, una mejor democracia y llegar a una nueva Constitución.