NOTAS DEL REPORTEO. La tensionada elección presidencial en Estados Unidos
La mascarilla, símbolo de la campaña. Las amenazas y acusaciones de Trump. Las trampas y el cuestionado Colegio Electoral.
Hugo Guzmán. Periodista. 30/10/2020. 1.- Tensión e incertidumbre rondan la elección presidencial de Estados Unidos (3 de noviembre). Circunstancias harto peculiares, incluidas algunas ajenas a la política, cruzan este proceso.
2.- Partiendo por el marco de extensión de la pandemia del Covid-19 que sigue golpeando a Estados Unidos, con 42 de los 51 estados en ascenso en cifras de contagios y miles de muertos que siguen sumándose en estas semanas. Luego, el anuncio del actual mandatario, Donald Trump (Partido Republicano), de que si gana su contrincante principal, Joe Biden (Partido Demócrata), será porque hubo fraude. También por cuestionamientos pocas veces vistos al mecanismo del Colegio Electoral que lleva la decisión de que quien llegue a la Casa Blanca sea el que tiene más “electores” definidos estatalmente, y no el que obtiene más cantidad de votos, como le ocurrió a Hillary Clinton frente a Trump. Está incidiendo el tema del “robo de votos”, con miradas a la votación por correo y las posibles alteraciones informáticas. Como en la presidencial anterior, temas de pobreza, racismo, feminismo, acceso a servicios de salud, empleo y estado de la economía, cruzan predominantemente el debate en torno a los candidatos, donde parece caer en un segundo plano la política exterior y los planes militaristas (que gravitaron en el electorado estadounidense en elecciones anteriores).
3.- Llamó la atención -quizá no sorpresa- que Donald Trump incorporó a su relato de campaña el acusar a Biden y su compañera de fórmula, Kamala Harris (candidata a la vicepresidencia), de ser manejados por la izquierda y los socialistas. Trump hace un esfuerzo extraordinario por poner a Biden y Harris en el arco izquierdista, con la idea de despertar temores y reticencias en parte de los electores. Es, por cierto, una táctica de personeros de derecha y ultraderecha, como los de Chile.
4.- Que en estos días se haya arribado a 70 millones de personas en centros de votación anticipada y por correo, anuncia una probable alta participación que tendría que ver con estadounidenses dispuestos a desbarrancar a Trump. En contraste, cientos de expertos electorales, abogados y congresistas alistan mecanismos y procedimientos ante lo que podría ser un desconocimiento de los resultados por parte del actual jefe de la Casa Blanca y acciones irregulares y arbitrarias que tomen organismos electorales y judiciales (dominados por conservadores) en varios estados, destinados a no reconocer el triunfo de Biden o buscar formas de invalidar o alterar las votaciones. Como sea, los analistas estadounidenses apuntan a que un aumento de votantes está vinculado a darle el triunfo al postulante del Partido Demócrata. En este marco continúan las campañas sobre todo para obtener votos que refuercen las posiciones en el Colegio Electoral, por lo que, como siempre, hay estados que son claves (sobre todo Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Florida Arizona).
5.- Comunicacionalmente, la mascarilla está convertida en un símbolo de la batalla electoral. Porque para Donald Trump eso no tiene nada que ver con el combate al nuevo coronavirus, al que relativiza haciéndole el quite a las medidas sanitarias, mientras Joe Biden la tiene como necesaria para evitar los contagios, en la línea de invocar la necesidad de modificar la política pública frente al Covid-19 para proteger la salud de las y los estadounidenses. Con mascarilla o sin mascarilla es parte de la disputa electoral presidencial en Estados Unidos.