Han transcurrido 106 años desde la fundación del Partido Comunista de Chile.

Un Partido que, como escribió Luis Corvalán, “ha tenido altibajos, períodos de ascenso y de descenso en su influencia de masas, de crecimiento y de merma en sus filas; que ha saboreado la victoria e ingerido el áspero trago de la derrota, que ha conocido días de salud rebosante y de crisis agudas a lo largo de su dilatada historia”.
Un Partido, que al decir de Pablo Neruda es “un considerable ejército que a trechos puede equivocarse, pero que camina sin descanso y avanza cada día enfrentándose tanto a los anacrónicos recalcitrantes como a los infatuados impacientes”.
Un Partido de Mujeres como Teresa Flores, que tomó en sus manos la tarea de educar y organizar a los obreros del salitre con escritos, charlas y obras de teatro donde se desempeñó como actriz de los conjuntos teatrales, recorrieron la pampa y el país realizando conferencias dedicadas a la educación y organización de las mujeres proletarias.
Un Partido que ha entregado desde su nacimiento un enorme aporte a la unidad, organización y luchas de los trabajadores y trabajadoras.
Un Partido que ha combatido y combate sin claudicar por la democracia y los derechos humanos.
Un Partido que trabaja sin descanso por la unidad de los más amplios sectores para enfrentar a los enemigos de Chile y de su pueblo, el imperialismo y la reacción criolla.
Un Partido, que fiel a la herencia de Recabarren, es consecuentemente patriota y, al mismo tiempo, internacionalista.
Un Partido, en que sus militantes, durante más de un siglo, han entregado y entregan lo mejor de sí, para terminar con toda forma de explotación y discriminación; que combaten sin tregua, contribuyendo a forjar un mundo mejor en que el pan, la justicia y la alegría sea patrimonio de todos.

I.L #106añosPC

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