HABLEMOS DE LA TELE. Protagonismo inútil

Respecto a los debates, es poco lo que se pudo rescatar salvo empellones, montajes y mentiras propaladas sin vergüenza entre los “oficialistas”. Lo peor, el exagerado protagonismo de colegas que se lucieron dando a conocer sus posiciones, emplazando a quienes no compartían sus ideas y desenmascarando a los contrarios como si los periodistas estuvieran también en plena campaña electoral.

José Luis Córdova. Periodista. Santiago. 03/11/2021. Ni siquiera tras conocerse los resultados de los comicios del 21 de noviembre se podría calcular la incidencia que tuvieron en los mismos la franja electoral ni los debates televisivos. Si bien las desprestigiadas encuestas mostrarán finalmente sus verdaderas intenciones, las apariciones en cámara de candidatos en la franja o los debates no reflejarán su eficacia.

Según publicistas entendidos los minutos de propaganda electoral por ley tuvieron altos y bajos para los siete postulantes a La Moneda y muy poca incidencia por las brevísimas apariciones de candidatos al Senado, a diputados o Cores. Para estos últimos, prácticamente sólo se mostraron como comparsas. Más bien algunos periodistas que participaron en los debates tuvieron mejores performances, aunque no les correspondía en ningún caso ese protagonismo inútil.

Lo hemos dicho en estas mismas columnas, los canales de TV siguen al debe en materia de formación ciudadana -o simplemente educación cívica, como se decía antes-. Nadie sabe a estas alturas el territorio que representa un consejero regional (¿comunas, distritos, provincias o parte de ellos?). Mucho menos se sabe de las responsabilidades y atribuciones de estos mismos Cores.

La experiencia de los flamantes gobernadores regionales resulta bastante decepcionante. Los informativos de los canales acuden a los delegados presidenciales en caso de conflictos, denuncias o hechos noticiosos ocurridos en sus respectivas regiones geográficas, olvidando a los representantes democráticamente electos en cada territorio.

Un caso patético es el del gobernador Claudio Orrego que, poco a poco, ha sido eclipsado por el recientemente designado delegado presidencial Ermando Hantelmann -en reemplazo del cuestionado Felipe Guevara- aunque tiene nombre y apellido bastante complicado para recordar o siquiera pronunciar. Pese a que la TV insiste en mencionarlo, aunque pocos televidentes deben recordar su nombre. Un caso para estudiosos de la publicidad, sus métodos y propósitos.

En el caso de la franja presidencial, en la memoria podría quedar la canción nacional cantada por un joven, el frondoso árbol de Punta Arenas, las palabras de Allende, algunas animaciones y gags y la aparición fugaz del candidato del llamado “partido de la gente” (?).

Los candidatos al Senado y a la Cámara de Diputadas y Diputados quedaron finalmente en una nebulosa como fondo de pantalla de presidenciables o compartiendo con vecinos, pobladores, trabajadores que parecían confiar todavía en ellos. Los resultados se verán precisamente el día de la elección.

Respecto a los debates, en realidad es poco lo que se pudo rescatar salvo los empellones, montajes y mentiras propaladas sin vergüenza entre los “oficialistas” y ciertos grados de tensión en los postulantes de centro izquierda que fueron morigerados después en sus respectivos puntos de prensa desde los comandos. Poco o nada que recordar.

Lo peor, el exagerado protagonismo de colegas que se lucieron dando a conocer sus posiciones, emplazando a quienes no compartían sus ideas y desenmascarando a los contrarios como si los periodistas estuvieran también en plena campaña electoral. Una pena y vergüenza profesional por su protagonismo inútil.