La voz de la mujer que aspira a presidir el Colegio de Profesoras y Profesores

Paulina  Cartagena es la candidata en una organización con 70% de mujeres y que ha tenido solo hombres en su presidencia. Sus reivindicaciones y mirada a la realidad en educación. 

Equipo El Siglo. 06/12/2020. Este 9 de diciembre se realizarán, vía telemática, las elecciones en el Colegio de Profesoras y Profesores de Chile, para la renovación de la directiva nacional y directivas regionales. Paulina Cartagena, profesora que enseña en una modesta escuela de Buin, aspira a ser la primera mujer presidenta es este gremio que, por lo demás, está compuesto en un 70% por mujeres.

Ella lidera la Lista F, “Con fuerza y unidad docente ahora todos y todas al Colegio” y reivindica el papel dirigente de las profesoras que siempre han estado en primera línea en la educación y en la dirección de la organización del magisterio. 

Paulina Cartagena es vicepresidenta del Colegio de Profesores Metropolitano, y en conversación con panelistas del programa “De domingo a domingo. Sin restricción” de Radio  Nuevo Mundo, expuso realidades y desafíos del gremio magisterial. Estos son párrafos destacados:

“La función docente, está feminizada”

“El Colegio de Profesoras y Profesores y la función docente, está feminizada. Así como salud está ligada a mujeres, la educación también, culturalmente está ligada a las mujeres. Por eso, hoy queremos dejar de manifiesto que hay una mujer que está diciendo que quiere ser la presidenta de esta organización. Creo que hemos manifestado una interesante renovación al instalar a una mujer en el número uno de una lista a nivel nacional. 

“Hubo muchas mujeres que representan a las y los profesores en muchos niveles del Colegio, en las escuelas, en las organizaciones de base, en las comunas, en las regiones, en instancia sociales, en instancias nacionales. Pero ninguna ha disputado la presidencia. Hemos acompañado, las mujeres, listas que han llevado a la cabeza a hombres, y eso significó que los hombres dirigieran por muchos años esta organización tan importante. Sigue siendo una de las más importantes en Chile, hay más de 49 mil profesores asociados a esta organización. 

“Hay que decirlo así: una mujer disputa la presidencia del Colegio de Profesoras y Profesores. Porque estamos en tiempos de desarrollo y presencia de las mujeres, en todos los sectores y en todos los niveles. Esto no tiene que ver con el día, tiene que ver con la historia, donde se ha demandado derechos de las mujeres, por supuesto desde el movimiento feminista, y también de las profesoras.

“Por eso en nuestra propuesta hemos puesto al centro propuestas que hablan de la inclusión, que hablan de las mujeres, de las conductas machistas que hay en escuelas, liceos, en el propio Colegio. Tenemos que hablar de eso y reivindicar derechos. Decir también que no solo tenemos derecho de estar en las listas de candidaturas, por cuota de género, sino que lo que queremos de verdad, es ser realmente electas, ojalá tener paridad al interior de la organización. Ponemos al centro cuestiones que les hacen mucho sentido a las profesoras. No vamos a abandonar el conjunto de demandas que tiene el magisterio, pero sí vamos a afinar nuestra propuesta en este sentido femenino. Quiero dar un ejemplo: en mi visita a la Región del Biobío, tuve la oportunidad de estar en un liceo, había muchas mujeres -para variar-, pedimos permiso para ingresar y conversar con ellas y con ellos, y cuando toqué temas como el derecho al amamantamiento que tiene las profesoras, se pusieron a escuchar con más atención, porque son temas que no se abordan. Esos derechos están en entredicho, están frenados, lo quieren negociar. Tenemos que ser capaces de cambiar este tipo de situaciones, como cambiar condiciones generales y estructurales en educación.

“Recuperar la incidencia que tenía el Colegio”

“Nuestra Lista F tiene una plataforma que ha estado en constante movimiento, que no tiene término, porque a propósito de lo último que ocurrió, el plebiscito del 25 de octubre en que se aprobó tener nueva Constitución, tuvimos que instalar elementos de ese proceso constituyente y cómo los profesores somos parte de eso, de la discusión y conclusiones de esa nueva Constitución. Tenemos ejes de demandas, que hemos denominado históricas, por ejemplo, la deuda histórica que hay con el magisterio, la deuda que el Estado tiene con las y los profesores de Chile, que ya no aguanta. Tenemos municipios que no dieron el ancho con la administración de la educación, y también que no cambian las formas de financiamiento de la educación. Tenemos deudas emergentes, que tienen que ver con demandas nuevas y demandas pendientes de las y los profesores y que debemos hacernos cargo y sacar adelante algunas de ellas. 

“Por ejemplo, hoy estamos viviendo esta educación a distancia, remota, y vivimos consecuencias, como el agobio, cuando se rompe el horario de trabajo normal semanal. Pero además, la ley de teletrabajo no aplica para el trabajo docente, es interpretable para los sostenedores. Entonces, estamos llevando las clases y las funciones con nuestros propios medios, pagamos el Internet, pagamos la luz, algunas y algunos tuvieron que cambiar el computador y comprar otro más complejo, y esa es una realidad. Claro, hay que imaginarse cómo están los estudiantes, que son de distintos sectores en todo el país, hay algunos que tiene que comprar bolsas de minutos para conectarse a clase. Tenemos que ver qué tipo de ley va a proteger este tipo de trabajo remoto. 

“Otro eje fundamental tiene que ver con recuperar la incidencia que tenía el Colegio de Profesoras y Profesores, en este período su incidencia no ha sido relevante, no ha sido el que ha conducido aspectos que hable de una unidad social mayor. Hoy, el Colegio tiene congelada su participación en la Central Unitaria de Trabajadores y en nuestro programa estamos planteando que debemos hacer el debate de reincorporación a la CUT. No puede ser que vivimos en islas, aislados de luchas sindicales y sociales comunes, fuera de todo lo que instaló la CUT en cuanto a reivindicaciones de las y los trabajadores. Ahí tenemos un distingo, las otras listas no lo plantean. Pero lo decimos con fuerza porque estamos convencidos de que es importante tener el alero de una multisindical y estar en esas luchas de amplios sectores. 

“También, debemos definir nuestra participación en la Secretaría Nacional de Trabajadores de la Educación, donde están Junji, Integra, donde están los académicos de las universidades estatales, donde están los funcionarios de las universidades, donde están nuestros compañeros de cada día que son los asistentes de educación. Todos ellos están unidos, tienen mesas de trabajo coordinadas, y ahí no está el Colegio de Profesoras y Profesores. Tenemos que retomar ese trabajo conjunto, de participación y de empujar demandas que nos son transversales. 

“Debo decir que tenemos una lista larga de petitorio pendiente, hay que recordar que tuvimos una huelga larga, con más de 50 días efectivos de huelga, y a pesar de que hubo simpatía social y ciudadana, de trabajadores, estudiantes y apoderados, no conseguimos nada. Todo aquello que quedó pendiente está expresado en nuestro programa. Por ejemplo, seguimos con el tema del agobio, donde nos sacan de la sala de clases para realizar otras funciones y creemos que no son las más importantes. A eso, sumado un control excesivo, expresado en cuestiones como una serie de evaluaciones, una encima de otra. Es un método punitivo, que está sacando profesores del sistema. Tenemos una prueba de conocimientos específicos que tenemos que darla. Hoy las y los profesores hablamos del doble control, de la doble saturación de instrumentos de evaluación, y esto es permanente. Considerando que ante todo, a las y los profesores nos va bien en las pruebas y las evaluaciones.

“Hablamos de guetos en educación”

“Nosotros hablamos de guetos en educación, la educación está parcelada, fragmentada, tenemos educación para todos los tipos de sectores, y es muy fuerte manifestarlo. Decir que hay educación para los pobres, para los menos pobres, para los que no son pobres, y así vamos categorizando, porque tiene que ver con cuánto dinero tiene la gente en el bolsillo para poder educarse y educar a los hijos. 

“Vivimos una fuerte discriminación y sabemos de eso. Yo trabajo en el área municipal, en un sector muy pobre, en la comuna de Buin, estoy cerca de Paine, en el límite, que fue rural y hoy se urbanizó, con pobreza. Ahí se ve cómo la discriminación y el abandono están presentes. Uno lo tantea, lo ausculta, lo siente, lo observa. Los chicos y chicas tienen pretensiones que son limitadas y que hablan de su contexto social, familiar, es decir, sus aspiraciones son, ojalá, llegar a una escuela técnica, industrial, donde puedan aprender una actividad que les permita trabajar, y trabajar bien, porque ven a padres y madres empobrecidos, en trabajos precarizados, con malos sueldos, y lo que quieren es fortalecer un trabajo con conocimiento específico. Una piensa que eso debe ser posible, y romper esa cadena, romper los cercos en educación que son tan determinantes, pero cuesta llevar a la práctica que esos chicos y esas chicas sueñen, y que crean como posibilidad cierta de que podrán estudiar para tener un buen trabajo. Pero igual los impulsamos, los acompañamos en que se sientan capaces de estar en lo que quieran, ser lo que quieran ser, y los animamos a que lo puedan lograr. 

“Hay sesgos enquistados. Hoy la gente paga por educación, tiene que pagar para educarse. Es como ir al supermercado y sacar y pagar un producto. Es decir, se ofrece un producto al mercado y al mismo tiempo tenemos que disputar y fortalecer el espacio público. Y vuelve el tema de quien es pobre y quien tiene dinero en el bolsillo, es decir, educación de guetos. Este es un tema profundo y que en la próxima Constitución tendremos que ser capaces de expresarlo y resolverlo. Hay que tener espacios educativos democráticos, laicos, no sexistas, con acceso, y que el Estado reconozca la educación como un derecho fundamental. 

“Vamos a volver a las escuelas cuando condiciones de seguridad sanitaria sean las máximas”

 “Esto de retornar a clases presenciales, casi como obligación, es un debate y un tema que no termina. Hay que recordar que hubo exigencias de comunidades educativas y de alcaldes de cerrar escuelas en marzo de este año, cuando empezaba con fuerza la pandemia, y desde el Ministerio de Educación no había disposición de hacer aquello. Al final se hizo gracias a mucha presión, de muchos actores, me tocó verlo. El Ministro de Educación se equivoca permanentemente reiterando el retorno a clases presenciales, y lleva meses equivocándose, y como el gobierno se equivoca completo, y él es parte del gobierno, también se equivoca. Tiene una tozudez y una fijación con esto de volver a clases presenciales, en medio de tantos análisis respecto a que el contagio continúa, en regiones es grave, aumenta en comunas, y que el Covid-19 está presente. 

“La realidad es que las clases se están haciendo, lo que no ha ocurrido es que los estudiantes hayan vuelto a las salas. Nosotros queremos volver a las escuelas y los liceos, porque nos gusta hacer clases, echamos de menos a las y los alumnos, las salas, nuestras casas se transformaron en espacio de trabajo, algo que no es cómodo. El Ministro debe entender que no estamos de vacaciones ni pasándolo bien. Estamos con problemas, con dificultades de conexión, tenemos que estar casi todo el día conectados, nuestro teléfono personal se transformó en el teléfono de los cursos y de la escuela, tenemos que atender a estudiantes que no se pueden conectar, vamos a visitarlos a sus hogares, y toda una sobrecarga de todos los días. 

“Lo hemos dicho con mucha fuerza, vamos a volver a las escuelas y a los liceos cuando las condiciones de seguridad sanitaria sean las máximas, y no las mínimas, porque no se trata solo de mascarillas y alcohol gel, se trata de transformar y adecuar los espacios de infraestructura, de tener en buenas condiciones baños, salas, infinidad de cosas. El Ministro de Educación habla de 30 estudiantes por sala, pero hay muchísimas escuelas donde se excede esa cifra, es normal que haya 40 o 45 estudiantes por sala, y yo creería que en el Ministerio de Educación eso lo saben. Así que no es fácil tener las máximas condiciones de seguridad sanitaria. Ahora, todo el espacio debe estar intervenido de una manera distinta, se trata de mantener espacios aislados, protegidos, sanitizados, ventilados, con protección para todas y todos los estudiantes. Y la realidad es que eso no existe. Hay escuelas que tienen esas condiciones, pero muchas no las tienen, esa es una realidad, y sobre todo en zonas pobres. Lo que se debe tener en claro, es que hay que invertir en protección sanitaria, el gobierno tiene que invertir en el cuidado de alumnas y alumnos, se trata de la salud y de la vida de estudiantes, profesores y trabajadores de la educación.