HABLEMOS DE LA TELE. Un lamentable desperdicio

No bastan con oráculos opinantes como en los que se han convertido Julio César Rodríguez, Mónica Rincón, José Antonio Neme o Rodrigo Sepúlveda. Un lamentable desperdicio en medio de la ofensiva comunicacional contra el proceso de transformaciones que vive nuestro país prácticamente a espaldas de la televisión.
José Luis Córdova. Periodista. 02/06/2021. Una verdadera lástima que un medio de comunicación tan trascendente como la televisión, el cual estamos prácticamente obligados a observar en pandemia, haya jugado un papel tan mínimo como irresponsable durante el período importante que estamos viviendo en el tema político, social, económico y moral en nuestro país.
No basta con luces como La Red, el colega Eduardo Fuentes, el programa “Pauta libre” y otras curiosidades en el mar de discriminación, binominalismo y estrechez política, económica y social. Esto vendría a ser otro de los mentados «mínimos comunes».
El Observatorio de medios y televisión FUCATEL realizó un estudio que concluyó que: Los matinales de los canales masivos, por ejemplo, mantienen la hegemonía de sus paneles con casi los mismos políticos y dirigentes invitados en el transcurso de la campaña, donde los movimientos sociales emergentes tuvieron mínima cabida.
El nuevo texto constitucional es una oportunidad para consagrar la libertad de expresión y el derecho de la ciudadanía a ser informada en forma amplia y plural, sin supeditarse al interés de los dueños de los medios, quienes persisten en entender el ejercicio de esta libertad como una prerrogativade su propiedad.
El Observatorio de Medios FUCATEL invita a reflexionar sobre las tendencias de lo espacios periodísticos de buena parte de los medios donde se puede observar:
Una insistencia en mantener en pauta tópicos repetidos respecto del fin de la política de partidos tradicionales (estado de ánimo al que han contribuido a construir principalmente sus periodistas y conductores), pese a que estos mantienen vigencia notoria en las elecciones de alcaldes, concejales y gobernadores.
Un énfasis constante en la crisis y desunión de los partidos que representan al diverso arco de oposición al gobierno de Sebastián Piñera, minimizando los problemas que también atraviesan las colectividades de centro derecha, derecha y ultraderecha en su relación con el Ejecutivo y en su unidad como futura alternativa de alianza electoral, dados los magros sufragios obtenidos en los comicios para elegir constituyentes.
Una manifiesta dificultad para entrevistar a candidatos electos constituyentes y alcaldes, cuando se trata de figuras no militantes, independientes o dirigentes sociales de nuevos movimientos, poniendo en cuestión sus capacidades, su capital político y su legítima opción por cambios radicales.
Un sesgo encaminado a reforzar una amenaza de retroceso histórico (y económico) de la nueva composición representativa en vez de ponderar las oportunidades de cambio e inclusión social que se abren de la mano de reformas claramente demandadas por una mayoría de chilenos, de un amplio
espectro político y social.
No bastan con oráculos opinantes como en los que se han convertido Julio César Rodríguez, Mónica Rincón, José Antonio Neme o Rodrigo Sepúlveda. Un lamentable desperdicio en medio de la ofensiva comunicacional contra el proceso de transformaciones que vive nuestro país prácticamente a espaldas de la televisión.