Las duras medidas laborales que se vienen con Kast

Hay cuatro puntos básicos: que los trabajadores ahorren para que se paguen la indemnización del despido, flexibilizar las jornadas laborales, reformar o eliminar las atribuciones fiscalizadoras de la Dirección del Trabajo, quitar aspectos de la reforma de pensiones y reforzar las AFP. Tácitamente se plantea terminar con las 40 horas, la Ley Karin, colocar límites al salario mínimo, y otras medidas que, claramente, benefician a los empresarios. Sus medidas laborales apuntan a “reducir significativamente los costos y riesgos asociados a la contratación”, es decir, buscar la protección de los empresarios reduciendo los derechos de los contratados.

“El Siglo”. Santiago. 23/12/2025. Mucha gente lo ignora. Se vienen duras medidas laborales con el gobierno de José Antonio Kast, planteadas en su programa y reiteradas durante estas semanas y que podrían impactar negativamente en las condiciones de trabajo de chilenas y chilenos.

Hay cuatro puntos básicos: que los trabajadores ahorren para que se paguen la indemnización del despido, flexibilizar las jornadas laborales, reformar o eliminar las fiscalizaciones de la Dirección del Trabajo, eliminar aspectos de la reforma de pensiones y reforzar las AFP.

Como se sostuvo en una nota del diario El Mercurio, “sus propuestas priorizan, con claridad, la iniciativa privada”, es decir, al empresariado. Las cuatro iniciativas más duras en el plano laboral favorecen a las empresas y los gremios patronales con el argumento de que se “flexibilizan” las condiciones y se otorga más “libertad” a los trabajadores.

Por ejemplo, se eliminaría el actual formato de indemnizaciones por despido, que lo debe pagar el empresario o el patrón. La propuesta de Kast es que las y los trabajadores ahorren de sus sueldos para que tengan una “cuenta individual” y de ahí se cobren al momento del despido. Se dice que así se “busca reducir la judicialización” de esos procesos, sin mencionar que se judicializa porque es frecuente que los empresarios no quieran pagar la indemnización que corresponde. Además, en la línea del presidente electo de dar todas las facilidades al sector privado, se menciona que con este nuevo modelo habrá “más certezas para la contratación”; claro, si el empresario sabe que no tendrá que pagar la indemnización y que el conflicto no irá a juzgados, más tranquilo se siente de contratar porque tiene menos obligaciones de cumplimiento de derechos laborales.

En esa línea, José Antonio Kast quiere quitar atribuciones o inclusive eliminar la Dirección del Trabajo, la que considera con demasiadas herramientas para atender demandas y procesos en defensa de derechos laborales. Define como “formalismos” la cantidad de denuncias ante esa instancia y afirma que es una entidad del Estado que actúa con “sesgo ideológico en la fiscalización laboral”. Se llegó a afirmar que la Dirección del Trabajo es un “agente del activismo del Partido Comunista”. La idea básica es dejar ese organismo con laborees de seguridad laboral, higiene y previsión, reducido a nada. Se eliminarían todas las atribuciones para proteger a las y los trabajadores ante violaciones de sus derechos. De paso, se afirma que la Dirección del Trabajo alimenta “artificialmente un conflicto entre los trabajadores y las empresas”, sin mostrar pruebas de que aquello sea así.

Como se esperaba de una administración de extrema derecha y pro empresarios, el discurso de “la flexibilidad laboral” es central. En ese camino, Kast aspira a impulsar “modalidades modernas como trabajo remoto, contratos por hora, y adaptaciones que beneficien a estudiantes, cuidadores, madres y adultos mayores. Todo con base en acuerdos individuales”. En definitiva, generar situaciones “abiertas” donde prácticamente no exista ninguna regulación, normativa y protocolos laborales y se deja todo a merced de “la libertad” de las y los asalariados.

Y el broche de oro en las cuatro principales medidas laborales de Kast, está el cambiar la reforma de pensiones y reforzar a las Administraciones de Fondos de Pensiones (AFP) que, por cierto, están en manos de consorcios financieros extranjeros. Se plantea “eliminar el préstamo estatal obligatorio de la reforma previsional acordada por la izquierda y Chile Vamos, y asegurar que el 100% de las cotizaciones lleguen a la cuenta individual del trabajador”.

En una mirada desde el mundo del trabajo se aparecen peligrosas afirmaciones desde las políticas que sostiene Kast y los políticos y empresarios que lo respaldan. En un documento del ahora presidente electo, titulado “Más y Mejor Trabajo”, se indica, entre otras cosas, que en torno de “las consecuencias de medidas como la ley que reduce la jornada laboral a 40 horas al 2028, el salario mínimo, la Ley Karin…no hay evidencia suficiente que permita asegurar que estas medidas han mejorado la vida de los trabajadores, pero sí sabemos que han encarecido significativamente la contratación, muchas veces sin contar con datos que respalden plenamente sus efectos”.

De acuerdo con eso, ningún trabajador se habría beneficiado de las reformas en el campo laboral producidas en los últimos años y que, por lo demás, les encarecen los gastos a los patrones. En esa línea, tácitamente se plantea eliminar las 40 horas, la Ley Karin, colocar límites al salario mínimo, lo que se suma a que los trabajadores paguen sus indemnizaciones y otras medidas que, claramente, benefician a los empresarios, les quitan obligaciones y les bajan costos.

En el objetivo de Kast hay un factor muy importante, destinado a defender a los empresarios y dejar en otra prioridad a las y los asalariados. Sus medidas laborales apuntan a “reducir significativamente los costos y riesgos asociados a la contratación”, es decir, buscar la protección de los patrones.

Entre paréntesis, el futuro mandatario tiene decidido bajarle los impuestos a los empresarios y consorcios financieros, de inicio, una reducción a la tasa del impuesto corporativo de 27% a 23%, inicialmente.

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