EL EDITORIAL. Activar las demandas laborales

En la mirada empresarial conservadoras y de la derecha política, simplemente el camino es no tener alza en el salario mínimo, no establecer un salario vital, no tener negociación ramal, no perseguir los abusos en los centros de trabajo, no aplicar impuestos a los súper ricos, no garantizar un amplio empleo decente, no aumentar el porcentaje de sindicalización. Así de simple. Lo demás es engañarse.
“El Siglo”. El Editorial. Santiago. 3/5/2025. Dadas las precariedades y necesidades de millones de trabajadoras y trabajadores, golpeados por el alza en el costo de la vida e ingresos que no alcanzan, es imprescindible activar las demandas laborales para mejorar las condiciones de vida de las familias chilenas.
En ese camino, como lo señalan desde el mundo sindical y social, y desde ámbitos académicos y de especialistas, es necesario continuar avanzando en un salario mínimo que responda a la realidad que viven asalariadas y asalariados del país, establecer de manera adecuada un salario vital, legislar sobre la negociación colectiva ramal, reforzar la legislación que ataca abusos de todo tipo en ámbitos laborales, continuar planteando la necesidad de un impuesto a los súper ricos, procurar avanzar en empleo formal y decente, impulsar las iniciativas para elevar el porcentaje de trabajadoras y trabajadores sindicalizados, entre otros objetivos en el mundo del trabajo.
Es realmente una visión sesgada, conservadora, discriminatoria, establecer que ese tipo de reivindicaciones laborales son irresponsables o irrealistas. Lo que es obvio es que los gremios empresariales, las grandes corporaciones financieras, las grandes empresas, no quieren avanzar en derechos de las trabajadoras y los trabajadores, a pesar de que en este país obtiene suculentas utilidades y tienen toda una serie de beneficios fiscales y financieros.
En la mirada empresarial conservadoras y de la derecha política, simplemente el camino es no tener alza en el salario mínimo, no establecer un salario vital, no tener negociación ramal, no perseguir los abusos en los centros de trabajo, no aplicar impuestos a los súper ricos, no garantizar un amplio empleo decente, no aumentar el porcentaje de sindicalización. Así de simple. Lo demás es engañarse.
Por eso las organizaciones sindicales, las organizaciones sociales y populares, sectores de la sociedad civil, el movimiento feminista, deben activar con mayor fuerza y empeño las demandas laborales. Es una tarea del momento. Es un camino real para mejorar las condiciones de vida de millones de familias chilenas.
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