Lautaro Carmona: “Quienes asociaron esta elección como plebiscito al Gobierno que expliquen si cambiaron de opinión”
Tras los resultados de la elección en segunda vuelta de gobernadores regionales -en que se estableció que de los 16 gobernadores electos, 9 son de la coalición oficialista, uno es independiente del mundo democrático por La Araucanía y 6 son de derecha-, el presidente del Partido Comunista recordó que muchas vocerías de la oposición quisieron asociar estos comicios con un plebiscito al Gobierno, “pero de acuerdo con los resultados, quienes afirmaban eso deberían explicar ahora si han cambiado o no de opinión, y si para ellos fue un plebiscito ¿quiere decir que la derecha lo perdió?”, advirtió el dirigente. En entrevista con ElSiglo.cl, Carmona señaló que el pacto de unidad entre los partidos de coalición de Gobierno más la DC, todavía tiene un camino para seguir desarrollándose no sólo en la superestructura o a niveles intermedios, sino en la base sectorial y territorial. También precisó que el país requiere un paquete de medidas y cambios para atender necesidades urgentes y “que nuestro Gobierno debiera jugársela para lograr que sean políticas públicas a la brevedad. El Gobierno lo puede hacer con toda la tranquilidad porque ya no hay elecciones, para que nadie asocie esta iniciativa a un proselitismo por una elección, sino a una necesidad y es de justicia social atender las necesidades”, subrayó.
Úrsula Fuentes Rivera. Periodista. “El Siglo”. 25/11/2024. – ¿Qué evaluación hace de los resultados eleccionarios de esta segunda vuelta?
En términos globales ha sido un gran triunfo de las fuerzas políticas de la coalición de Gobierno, incorporada además la Democracia Cristiana, y un gran avance para las fuerzas que empatizan con las propuestas programáticas gubernamentales y que deben estimular a seguir perseverando en llevar adelante más transformaciones en beneficio de las mayorías.
Fueron muchas las vocerías de derecha que quisieron asociar el resultado de esta elección con un plebiscito al Gobierno. Yo siempre sostuve que esto era una elección de gobernadores.
De acuerdo con los resultados, quienes afirmaban que este proceso electoral correspondía a un plebiscito deberían explicar ahora si han cambiado o no de opinión, y si para ellos esta elección fue y sigue siendo un plebiscito, ¿quiere decir que la derecha lo perdió? o ¿vamos a decir que las candidaturas de la oposición en la Región Metropolitana y de Valparaíso no tuvieron un activismo explícito y abierto de la candidata presidencial de derecha Evelyn Matthei?
Finalmente, se logró elegir nueve gobernadores directamente vinculados a la coalición oficialista, un gobernador en La Araucanía que es un independiente del mundo democrático y que derrotó al gobernador en ejercicio de la oposición, y seis gobernaciones en manos de la derecha. Entre la primera vuelta y este balotaje, esa es la correlación de las dieciséis gobernaciones regionales.
Pero si uno suma la cantidad de electores que votaron por nuestras fuerzas en cada uno de los lugares en que se ganó y también los que votaron por nuestros candidatos en aquellos lugares en que se perdió, la suma nacional es abrumadoramente a favor de este proyecto y eso no sólo genera una legítima alegría y satisfacción, sino también permite sacar enseñanzas para autoexigirnos mucho más en una campaña que permita una gran caminata a la victoria, conversando con la gente y proyectando este triunfo a las tareas que tocan desde el punto de vista político electoral del año 2025.
– Hay quienes resaltan que la oposición logró más gobernadores regionales que en la elección anterior, donde un solo gobernador electo era de derecha. ¿Habrán influido situaciones como el caso “Monsalve” en la forma en que la ciudadanía se expresó con su voto?
Quienes lo resalten están acomodando un argumento a un hecho que era absolutamente extraordinario, que no era la regularidad, porque vamos a convenir mirando la composición de la Cámara de Diputados, de la cantidad de alcaldías, de los concejos municipales y de la votación obtenida en las candidaturas presidenciales, que en Chile la correlación electoral no es quince de un sector y uno de la derecha.
Eso es una alteración y la había porque tuvo que ver con la calidad de los candidatos y con un momento en que estaba en alza las grandes presiones de lo que fue la expresión social del 2019. O sea, hay varios factores, pero no podían decir “mantenga la correlación de quince a uno” porque si no, no habría necesidad de hacer debate en el Congreso y el Congreso no es quince a uno.
De manera que es un argumento acomodado y prefiero que sostengamos que ésta es la primera vez en que votan todos los inscritos en una elección de gobernadores. Es decir, es la primera vez que se eligen gobernadores regionales con voto obligatorio, lo que tiene un efecto. Pero más que eso, si miramos los dos plebiscitos y las elecciones de los convencionales en la segunda asamblea constitucional, vamos a tomar nota que la correlación que se estaba construyendo era absolutamente distinta y algunos tenían la expectativa que esa correlación fuera lejos y mayoritariamente por sobre las fuerzas oficialistas, y salió todo lo contrario.
Yo creo que no se pueden acomodar todos los argumentos. Esos son datos duros de la causa y el resultado es el que es, se ha pronunciado el soberano y el soberano ha dicho cuáles son las grandes tendencias que hay en Chile.
– En esta segunda vuelta el candidato a Gobernador del Partido Comunista y del pacto “Por Chile y sus Regiones”, en la Cuarta Región de Coquimbo, no logró inclinar la balanza a su favor y obtuvo una votación cercana al 37 por ciento. ¿Qué análisis se desprende de este resultado?
En primer lugar, entregó mi reconocimiento y mi saludo a la calidad y liderazgo de Javier Vega. Es un liderazgo de mucha autenticidad, con mucha raigambre popular en la Región de Coquimbo, un liderazgo que expresaba muy bien las propuestas políticas y de desarrollo para la región, pero lamentablemente el resultado es el que conocemos.
Tomo nota de éste y lo asumo. Sacaremos todas las enseñanzas y conclusiones de las razones, pero entre ellas está el que, si hubiéramos bregado para lograr un triunfo, tendríamos que haber hecho todo para confluir en la primera vuelta. Lamentablemente se instaló una competencia en el sector y hubo una segunda candidatura.
Cuando estos hechos pasan siempre generan un drenaje de desafección. Una parte decía que las votaciones no son órdenes de partido y, por tanto, sabíamos de antemano que algo se iba a afectar.
Lo mismo pasó con la integración no plena de todas las fuerzas políticas desde el primer día en campaña en primera vuelta. Eso tuvo su consecuencia y desde esa perspectiva nos duele este revés político electoral.
Javier seguirá siendo el gran líder que es, seguirá organizando al movimiento popular y social, representándonos muy bien en todas las mesas que correspondan y veremos cómo él se re-enrumba para que su vigencia y liderazgo tengan tareas institucionales cuando venga el momento, cuando eso ocurra, porque no será candidato a parlamentario ya que Javier no renunció a su condición de consejero regional (CORE) y siempre tuvo presente que se la iba a jugar todo por el todo, cualquiera fuera el resultado, sin cálculos, sino sirviendo a su región. Es la explicación que yo tengo.
Vamos a reunirnos con la dirección regional del Partido Comunista en Coquimbo, vamos a escuchar mucho a nuestro candidato y veremos que más se pudo hacer a nivel de coalición y a nivel de las fuerzas que somos hoy día.
– ¿Cómo evalúa el rol del pacto de unidad en este balotaje?
La coalición de Gobierno, sumando también a la DC, todavía tiene un camino para seguir desarrollándose, profundizando una cultura de unidad desde la base, no sólo a nivel de la superestructura o a niveles intermedios y en ese plano sin ninguna duda hay un espacio muy grande que tener por expectativa, de una raigambre fuerte en la base sectorial -de los trabajadores, los estudiantes, los pobladores, de los Derechos Humanos, la cultura y de los pueblos originarios- y territorial en cada una de las comunas del país para que se dé un crecimiento mayor de esta articulación o coalición de unidad.
Eso será parte del aprendizaje que hagamos, cuando realicemos nuestra evaluación, junto con precisar que el país necesita una propuesta y una plataforma de cambios urgentes, que nuestro Gobierno debiera atender y jugársela para lograr que sean políticas públicas a la brevedad.
Y esos cambios, ¿a qué apuntarían?
Hay que preocuparse que en el país, pese a tener indicadores macroeconómicos que son de valoración, la expresión de la economía desde el punto de vista sectorial tiene ajustes por hacer. Hay que ver el efecto de la necesidad de indexarse dado el alza del costo de la vida. Es común escuchar “me cuesta llegar a fin de mes, tengo trabajo, pero me cuesta porque falta ingreso, porque hay inflación y hay falta estabilidad laboral”.
En lo que respecta a los temas de las listas de espera, de la fila para la vivienda propia, del CAE, de la deuda histórica, del financiamiento para actualizar todo el sistema educacional, de las políticas de inversiones en seguridad pública y de la reforma de pensiones, es importante que la gente sienta que en algo significativo han cambiado con nuestro Gobierno, así como ha ocurrido con las cuarenta horas, con el copago cero y con una serie de políticas públicas que hay hasta la fecha.
También es importante que la ciudadanía vea cambios en un paquete de medidas que atienda necesidades con urgencia y el Gobierno lo puede hacer con toda la tranquilidad porque ya no hay elecciones, para que nadie asocie esta iniciativa a cierto proselitismo a propósito de una elección, sino a que responde a una necesidad y es de justicia social atender las necesidades.
– Tras este proceso eleccionario, ¿cuál es el mensaje para los militantes de base que tienen que salir en sus barrios, en los territorios de sus células, a impulsar un trabajo político en las poblaciones y en las organizaciones sociales de barrio, donde a veces cuesta llegar desde el mundo vinculado a la política partidaria?
El mensaje está muy relacionado al cierre del Vigésimo Séptimo Congreso Nacional del PC, de que las y los comunistas, de los más adultos a los más jóvenes, de los que están a nivel del Partido y los que están a nivel de la Juventud (JJCC), se trasladen y hagan opción de vida el vínculo regular y permanente con la comunidad organizada, para integrarse con más determinación a las orgánicas que representan la red del mundo social, como los sindicatos, los centros de alumnos y estudiantes, los centros culturales, las juntas de vecinos, los comités de vivienda y los comités para enfrentar distintos temas en la salud y en la educación.
Es decir, una fuerza con una raigambre y una vinculación muy evidente en lo que es el pulso en las vibraciones que tiene como principales cosas nuestro pueblo.
Eso es la conclusión que vamos a sacar de esto, porque es un resultado que estimula a seguir construyendo unidad desde la base.
– Dada su trayectoria y experiencia en este partido de masas que es el Partido Comunista, ¿cómo alentar y reforzar el vínculo con los movimientos de masas y con el ciudadano de a pie, tan necesario para posicionarse como una clase trabajadora que reivindica sus derechos laborales y sociales, y que exige las políticas públicas que la derecha está obstruyendo y obstaculizando en el Parlamento?
Según la experiencia y los acuerdos colectivos que vamos tomando en el debate congresal, lo primero que va a ocurrir es que la militancia comunista, incluyendo a las juventudes comunistas, harán prioridad de militancia en el centro laboral, donde están las fuerzas de trabajo, donde están los que crean la riqueza y los más interesados en las transformaciones estructurales.
Y lo hará en un mecanismo de pedagogía política, de mucha empatía, buscando un feedback que beneficie el crecimiento del Partido, pero sobre todo el aporte que le hagamos al movimiento social.
No está lejos que recuperemos lo que fue históricamente el movimiento popular con esos cauces de fuerzas políticas, de fuerzas sociales, de fuerza sindical, de grandes luchas en el mundo de la cultura y el arte, que es lo que le hace falta a este proceso de profundización democrática que Chile necesita vivir y a concho.
– Luego de concluidos estos comicios regionales, ¿cómo evalúa este 2024 para el Partido Comunista?
Como todas las jornadas y las batallas políticas y electorales de la historia de la humanidad, no sólo del Partido Comunista va a entregar una cantidad de enseñanzas, unas vinculadas a resultados estrictamente electorales. Hemos vivido estos últimos años un proceso duro de aprendizaje.
Tuvimos la gran oportunidad que nos entregó la movilización social de avanzar cualitativamente en contra del sistema neoliberal y darnos una nueva institucionalidad por la vía de una propuesta de nueva Constitución y ya sabemos los resultados que obtuvimos en dos plebiscitos consecutivos. Ahí hay algo que queda muy pendiente, del cual hay que sacar enseñanzas.
Y luego está el proceso de ir construyendo una coalición política que no sólo se exprese superestructuralmente, sino también desde la misma base y en distintos planos.
Eso son cuestiones que estuvieron presente en estas batallas y que no pueden desaprovecharse como parte del bagaje y de la experiencia que el movimiento popular tiene para mejorar, para profundizar y enriquecer las políticas con direcciones particularizadas y globales.
– ¿Cuáles son los desafíos de este XXVII Congreso del Partido Comunista?
Los desafíos son mostrar que el Partido Comunista es una fuerza vigente y necesaria en el marco de una diversidad de expresiones de la política, es una fuerza que tiene identidad propia, como una fuerza de izquierda, una fuerza allendista, como una fuerza revolucionaria.
El Partido Comunista no renuncia a la perspectiva del socialismo como una expresión de la máxima manifestación democrática de una sociedad y eso ordena las tareas de hoy, pero con el sentido de nuestra realidad y con la perspectiva de una nueva sociedad, recogiendo el legado de Salvador Allende del socialismo a la chilena, con empanada y vino tinto, atendiendo a nuestras particularidades y peculiaridades.
Eso obliga a misiones en cada tiempo político e histórico. En este tiempo la gran batalla es construir unidad, lo que significa construir y conquistar correlación de fuerzas, la que es clave a la hora de definir cuestiones de máxima política, porque si uno quiere cambios en la política se necesita mayoría. Además, no se puede ejercer la tarea parlamentaria, la tarea de la institución municipal o del gobierno regional, ni del gobierno central, prescindiendo de lo que es el aporte democrático que hace el mundo social y sindical organizado.
Entonces todo esto tiene que armonizarse en una sinergia virtuosa que le dé más posibilidades a la idea de mayorías.
– ¿Cuáles van a ser las prioridades del Partido Comunista para el 2025, considerando que va a ser un año con elecciones parlamentarias y presidenciales?
Las prioridades van a estar dadas por la centralidad y para nosotros siempre ha tenido importancia cómo elevar la calidad de vida de nuestro pueblo. Y eso tiene significación en el plano de la tarea que ejerzamos en el contexto de un Gobierno que dirige Gabriel Boric.
Eso tiene una expresión en las tareas de la bancada parlamentaria, tiene dimensión en la tarea de las bancadas de concejalías y de consejeros regionales, y tiene significación en el plano de la influencia que tengamos como corriente de opinión en el campo sindical y en el campo social en general.
Desde todos esos sectores, en una cosa muy activa, ponemos en el centro un modelo de desarrollo que va a concursarse en contra de los intereses que defiende el sistema neoliberal, pero lo va a hacer en beneficio de urgencias que tiene la población y que son de básico sentido de justicia social.
Y lo mismo haremos en la promoción del hermanamiento con muchas luchas que viven los pueblos en distintas partes del planeta, en una posición antiimperialista, por la paz y por la solución política de los problemas entre estados, en una condición de solidaridad entre pueblos e internacionalistas.
Por eso es que nos hace muy bien conocer el resultado obtenido por las fuerzas de izquierda en la reciente elección presidencial en Uruguay.
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