México. Análisis a fondo del paso de López Obrador a Claudia Sheinbaum
A las exitosas estrategias de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) plasmadas en avances sociales, construcción de infraestructura, un innovador despliegue comunicacional y decidir gobernar con las Fuerzas Armadas, ahora se llega al período de la primera y nueva Presidenta de México que ya trazó decenas de objetivos sociales, científicos, de inversión y desarrollo, con una continuidad en política exterior. Mario Saucedo, antiguo dirigente de la organización insurgente ACNR, exsenador, exsecretario general del PRD, analiza en entrevista puntos gravitantes de la gestión de AMLO y traza perspectivas del sexenio que vendrá con Claudia Sheinbaum. De paso hace un mapeo de la izquierda mexicana, la que apoya a la mandataria y la que está más distante. De López Obrador destaca el cúmulo de logros sociales y en infraestructura, su “pedagogía formativa por medio de la información y de su análisis” sobre todo con “las mañaneras”, y que haya decidido “gobernar con el Ejército como el principal apoyo”. En entrevista, indicó que Sheinbaum buscará ejercer “un gobierno honesto y sin corrupción” con un amplio plan social, pero que “enfrentará enemigos poderosos dentro del país y de afuera”. Apuntó que “la propuesta de su equipo de gobierno es una combinación de personas de edad y experiencia, con personas de su generación y más jóvenes” y que “será un gobierno más de izquierda que el anterior”. Sobre la política exterior de la nueva administración mexicana, Saucedo señaló: “Confío que Claudia tenga mayor presencia y aportación a la unidad hacia el sur del continente, un rol más protagónico”.
Hugo Guzmán. 9/2024. Se abre una inmensa expectativa con lo que será la gestión de la primera mujer Presidenta de México, la científica Claudia Sheinbaum, y queda la mirada de lo que fue el novedoso sexenio del exmandatario Andrés Manuel López Obrador.
En el centro de todo, las transformaciones y procesos que se viven en México, país altamente gravitante en América Latina y el mundo, viviendo períodos marcados por la Cuarta Transformación, el proyecto de cambio y democrático que llevó adelante López Obrador y ahora Sheinbaum con lo que se define como “el segundo piso” de esa iniciativa. Con muchos factores entremedio, a veces no del todo conocidos ni asimilados en la región.
Una mirada a fondo de este escenario lo hace Mario Saucedo, un reconocido dirigente de la izquierda mexicana, ahora más dedicado a la reflexión y el análisis, antiguo miembro del grupo insurgente Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR), ex secretario general del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y ex senador por esa organización.
¿A qué atribuyes que Claudia Sheinbaum haya obtenido más de 35 millones de votos y llegado a casi el 60% de preferencias electorales? Es la candidatura presidencial más votada en la historia de México.
Sí, la candidatura de Claudia fue la más votada en la historia de México independiente, es decir, en más de 200 años. Es la primera mujer presidenta en la historia, lo que da un doble significado trascendental al triunfo electoral de la coalición “Sigamos Haciendo Historia” el pasado 2 de junio. Nos podemos explicar el triunfo de Claudia Sheinbaum por varios factores. El buen resultado de la gestión del Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en varios rubros donde el neoliberalismo golpeó a las clases y grupos sociales más necesitados, empobreciéndolos y ampliando la brecha social. La consigna de “Por el bien de todos, primero los pobres” se tradujo en políticas públicas orientadas a las clases bajas. Importantes aumentos al salario mínimo, aumento a la pensión universal a los adultos mayores, becas a los estudiantes, “Sembrando futuro” -programa de siembra de árboles por el país-, pensión a madres solteras, becas a jóvenes para aprendizaje laboral, inversión en carreteras y obras públicas, disminución del desempleo, etcétera. Todo ello se tradujo en una muy alta aceptación y positiva evaluación del gobierno de López Obrador prácticamente en todo el sexenio, incrementándose al final de su período. Otro factor fueron las “mañaneras”, conferencias de prensa todas las semanas de lunes a viernes, y en las giras por el país los fines de semana, en las cuales permanentemente respondía las acusaciones de la oposición mediática conservadora. Desde el inicio de su sexenio Andrés Manuel estuvo sometido a una permanente ofensiva crítica con noticias falsas o tergiversadas, calumnias, rechazo a su persona y a sus decisiones políticas por la mayoría de los medios de comunicación y por los intelectuales de derecha, quienes conformaron un bloque electoral el cual tuvo una derrota estrepitosa. Andrés Manuel se comunica permanentemente con amplios sectores populares, una especie de pedagogía formativa por medio de la información y de su análisis, en la cual revelaba las intenciones de la derecha y explicaba reiteradamente sus intenciones y motivaciones. A estos factores se añade la propia personalidad de Claudia quien en el transcurso de la campaña creció como una candidata seria, preparada, con propuestas de continuidad pero también de profundización de la llamada Cuarta Transformación. Le dotó su propia personalidad a la campaña. Le llamó a la nueva etapa la construcción “del segundo piso”. También es importante señalar la mala candidata del bloque de la derecha, la falta de un proyecto alternativo, la descomposición y pugnas en los partidos de la derecha, estrategias electorales equivocadas.
Ella representó al conglomerado “Sigamos haciendo historia”, donde están los partidos Morena, del Trabajo y Verde Ecologista. ¿En términos ideológicos, qué corrientes confluyen allí? ¿La izquierda, la socialdemocracia, el progresismo?
El Partido del Trabajo (PT) se asume como de izquierda con un abanico muy amplio de relaciones con la izquierda mundial, tanto partidos como gobiernos. Ha sido un aliado permanente de Andrés Manuel y de Morena. El Partido Verde es un partido que se acomoda al poder. Se dice ecologista pero sólo en el discurso. Fue aliado del PRI (Partido Revolucionario Institucional) varios períodos y su alianza con Morena (Movimiento de Regeneración Nacional) obedeció a la necesidad de crecer y obtener más puestos de representación y a Morena le sirvió para fortalecer la coalición y lograr lo que se denominó “Plan C” que significó obtener la mayoría calificada en el último mes de gobierno de Andrés Manuel y así lograr la reforma judicial y otras modificaciones a la Constitución. Una parte de la izquierda está en Morena. Desde antes del proceso electoral, Morena fue incorporando dirigentes y gobernantes sobre todo del PRI y en las elecciones hubo una desbandada hacia Morena. Pero otra izquierda está fuera de Morena. Hay grupos están trabajando para formar un Partido de los Socialistas Mexicanos en noviembre. El Movimiento Comunista Mexicano tiene la perspectiva de formar su propio partido. Hay otro afluente de izquierda formado por grupos de la Cuarta Internacional y de extracción maoísta. Y la izquierda antisistema en la cual los zapatistas (Ejército Zapatista de Liberación Nacional) son la expresión más importante.
¿Cómo definirías el corte ideológico o político de lo que será el gobierno de Claudia Sheinbaum?
Yo pienso que será un gobierno más de izquierda que el anterior, claro que ello dependerá de la izquierda política y social y del movimiento social que traduzcan el triunfo electoral en una nueva correlación de fuerzas. Tarea central es que las clases trabajadoras y populares se conviertan en sujeto activo, consciente, organizado y participativo que profundice el proceso de transformación. Que apoye las iniciativas de izquierda y que sea crítico de las que no responden a la transformación. Es tarea pendiente que el anterior sexenio quedó a deber tanto gobierno como la izquierda.
¿Cómo sintetizarías el proyecto de la Cuarta Transformación que impulsó el Presidente Andrés Manuel López Obrador y que ahora quiere continuar Sheinbaum? ¿Si podrías explicarnos qué es el Plan C que se promovió desde el ámbito oficialista mexicano?
La Cuarta Transformación en la idea de que este proceso sería históricamente lo que sigue a las tres anteriores: la Independencia, la Reforma y la Revolución Mexicana. Se plantea como la respuesta al período neoliberal el cual permitió el despojo de los recursos y las riquezas nacionales por empresas extranjeras y nacionales, período que llevó a tener en México al hombre más rico del mundo y a que unos cuántos multimillonarios acrecentaran sus fortunas a costa del creciente empobrecimiento de las mayorías. Esta transformación se ve como una nueva revolución, una revolución de las conciencias le llaman, de carácter pacífico y teniendo como prioridad primero a los pobres. Un combate frontal a la corrupción, no siempre exitoso, una austeridad llamada republicana como respuesta a los excesos escandalosos de los gobiernos anteriores. Obras estratégicas como la Refinería Dos Bocas, el nuevo “Aeropuerto Felipe Ángeles”, el “Tren Maya” el cual recorre una riquísima región arqueológica en la Península de Yucatán, el “Tren Transístmico” que une el Golfo con el Pacífico, los programas sociales ya mencionados. Una política exterior en base a los principios de no intervención, resolución pacífica de las controversias y respeto a la autodeterminación y soberanía de los pueblos. Oposición a la desprestigiada y servil OEA (Organización de Estados Americanos), la activación de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), el rechazo al bloqueo en contra de Cuba y Venezuela, la demanda contra Ecuador por violación de la soberanía en la embajada mexicana en Quito, el rechazo al golpe en Perú contra Pedro Castillo y a Evo Morales en Bolivia apoyando su salida del país, etcétera. Ha sido ésta una política exterior progresista y de izquierda. El “Plan C” fue la respuesta que dio el gobierno y la coalición encabezada por Morena a las negativas de la oposición a legislar varios proyectos. En las elecciones intermedias en julio del 2021 Morena y sus aliados perdieron la mayoría calificada y una serie de reformas a la Constitución no pudieron aprobarse. Se propuso el “Plan B”, pero los partidos del bloque derechista se declararon en huelga legislativa al rechazar de antemano cualquier iniciativa. Entonces surgió el “Plan C”, que era obtener la mayoría calificada en las elecciones del 2 de junio. Eso se logró. La coalición oficialista obtuvo la mayoría calificada en la Cámara de Diputados y en el Senado, donde faltaban tres votos, se logró con dos senadores del extinto PRD y un senador panista (Partido Acción Nacional). Así se pudieron aprobar las reformas judicial e indígena.
Precisamente, a semanas de que asuma la Presidenta salieron reformas controversiales y estructurales, como la reforma al Poder Judicial, la reforma de pueblos indígenas.
Son las reformas que inicialmente propuso el Presidente López Obrador y las cuales fueron incluidas en la campaña por parte de Claudia Sheinbaum, de tal manera que se puede decir que tuvieron la aprobación de la mayoría que ganó las elecciones. La Ley Indígena representa un importante avance que podrá completarse más adelante. Se retoman puntos de los Acuerdos de San Andrés, iniciativa propiciada por los zapatistas. La Reforma Judicial ha sido muy controvertida porque representa un golpe a la administración de justicia en el país, plagada de corrupción y al servicio de los poderosos. Tal vez lo más relevante es que a los niveles de jueces, magistrados y ministros tendrán ahora que ser electos por voto popular, después de una rigurosa y objetiva selección para competir. El Poder Judicial actual estuvo bloqueando de manera permanente las iniciativas del Ejecutivo y del Legislativo, liberó delincuentes narcotraficantes, protegió a grandes empresarios que no quieren pagar impuestos. Lo importante es que se le dio un golpe estructural al Poder Judicial y a las autoridades que servían a los intereses de la derecha y del empresariado.
Llama la atención la relación que hubo entre las Fuerzas Armadas y el gobierno de López Obrador, muy cercana, integrando a los militares a proyectos de infraestructura y sociales. Claudia Sheinbaum dijo que eso continuará. ¿Cómo se explica, dónde estaría el objetivo?
El asunto de las Fuerzas Armadas es bastante controversial, tanto para la izquierda como para los organismos de derechos humanos locales e internacionales. Andrés Manuel decidió gobernar con el Ejército como el principal apoyo político. Hubo un cambio en su decisión y percepción inicial de plantear el regreso del ejército a los cuarteles. ¿Qué lo hizo cambiar de opinión? Como candidato electo se entrevistó con los entonces secretarios de Defensa, Salvador Cienfuegos, y Francisco Soberón de la Marina en el gobierno de (Enrique) Peña Nieto (PRI). Al salir de esa reunión, tomó la decisión de formar la Guardia Nacional y sustituir la Policía Federal, la cual era acusada de corrupta y que en tiempos del Presidente Felipe Calderón (PAN) fue dirigida por Genaro García Luna, ahora preso en Estados Unidos por vínculos con el narcotráfico, protección y apoyo al cártel de Sinaloa. Seguramente el panorama que le plantearon Cienfuegos y Soberón lo llevó a decidir dejar fuera de los cuarteles a los militares y marinos, desarrollando una política de seguridad pública que no estaba dentro de sus atribuciones, y para ello se reformó la Constitución. Se creó la Guardia Nacional con policías militares y pasó de depender de un mando civil en la Secretaría de Seguridad Pública a ser parte de la Secretaría de la Defensa. Ello llevó a que se dijera que se dio un proceso de militarización porque además de la seguridad pública, marinos y soldados están al frente de la aduana, puertos, aeropuertos, construcción de ferrocarriles, atención en el campo de la sanidad. De las razones esgrimidas por el Presidente son la mano de obra barata, calificada y disciplinada para las obras y el argumento de que si el Ejército está al frente de las obras difícilmente podrán ser expropiadas o tomadas por los empresarios privados o extranjeros. Al principio del sexenio hubo inconformidad de empresarios y generales del Ejército. Quien fuera presidente de la patronal mexicana, Coparmex, Gustavo de Hoyos, estuvo alentando a empresarios a presionar a generales para que destituyeran al Presidente López Obrador. Cuando detienen al general Cienfuegos en Estados Unidos es muy seguro que el selecto grupo de generales que controlan Defensa, el llamado generalato, fue a presionar al Presidente para que intercediera con el Gobierno de Estados Unidos para que lo devolvieran. Extraordinariamente así sucedió y supuestamente se juzgó en México quedando en libertad de las acusaciones de vínculos y apoyo al narcotráfico. Por otro lado, especial cuidado ha tenido el Presidente de proteger al Ejército en dos cuestiones emblemáticas: la “guerra sucia” para lo cual se formó una Comisión de la Verdad y Justicia y el caso de los 43 alumnos desaparecidos de Ayotzinapa hace 10 años, el 26 de septiembre. El Ejército se ha negado a proporcionar información de su participación en la “guerra sucia” y en cuanto a la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, encubriendo crímenes de guerra y de lesa humanidad y a los responsables. En todo este tema hay más que nada una expectativa respecto a lo que hará Claudia Sheinbaum, la relación con las Fuerzas Armadas, el papel de la Guardia Nacional y los casos pendientes en materia de derechos humanos donde estuvieron ligados los militares.
14 ejes en el nuevo gobierno
¿Dónde situarías los ejes del gobierno de Sheinbaum?
Dos características en la propuesta de Claudia Sheinbaum: continuar con las políticas de cambio del gobierno de Andrés Manuel López Obrador y ser un gobierno honesto y sin corrupción. Su propuesta la presentó en 14 ejes: República democrática, justa, honesta, libre, participativa y responsable; República fraterna, educadora, humanista y científica, lectora y cultural; sana, con vivienda; República de y para mujeres; con trabajo y salario justo; rural, justa y soberana; con energía sustentable; próspera y conectada; que protege el medio ambiente y sus recursos naturales; con derecho al agua; República segura y con justicia. A eso se suma la ampliación de las libertades y nuevos programas sociales con especial atención a la educación. Beca universal para estudiantes de preescolar, primaria y secundaria de todo el país y cuidado de la salud infantil: nutrición, psicología, vista, dental. En el terreno de la salud la consolidación del programa IMSS Bienestar. El combate a la violencia de género, prevención y denuncia. Proponer iniciativas en contra de la violencia digital. Propone un gobierno de austeridad republicana y garantizar que el gasto social llegue efectivamente a la población. Se propone consolidar los proyectos estratégicos de “Dos Boca”, “Tren Maya”, “Tren Interoceánico”, “Aeropuerto Felipe Ángeles”. Promover el ferrocarril de pasajeros en varias partes del país. Garantizar los aumentos al salario que permitan ajustar su deterioro y que sea superior a la inflación. En relación a la seguridad se propone en los primeros 100 días disminución de los homicidios dolosos y delitos de alto impacto, mejorar la percepción ciudadana, neutralizar generadores de violencia y redes criminales. Una tarea prioritaria será la pacificación del país.
¿Qué se espera de la política exterior de Claudia Sheinbaum? Particularmente ¿seguirá la colaboración con Cuba, la misma posición de no inmiscuirse en situaciones como la de Rusia-Ucrania y Venezuela?
Estoy seguro que seguirá la política progresista de Andrés Manuel e incluso espero que más allá en el caso del genocidio sionista en contra del pueblo palestino. Si bien Andrés Manuel tuvo una política de coordinación y de colaboración con los gobiernos de izquierda y progresistas de América Latina y el Caribe confío que Claudia tenga mayor presencia y aportación a la unidad hacia el sur del continente, un rol más protagónico. Hacia Cuba seguro seguirá una estrecha colaboración y la exigencia de levantar el bloqueo y también el bloqueo hacia Venezuela de parte de Estados Unidos. En el conflicto Rusia-Ucrania la demanda de parar ya la guerra, no surtir más armas y llegar a un inmediato acuerdo de paz. Este conflicto puede escalar y poner en riesgo a la Humanidad con una confrontación nuclear. Y ante Israel, que incendia Medio Oriente, exigir que se pare ya el genocidio del gobierno y Ejército israelí. Yo esperaría que se rompan relaciones con Israel y se apoye la demanda en los tribunales internacionales del proceso y castigo a los genocidas. Esperaría una política exterior activa, demandante de la resolución pacífica de todas las controversias, de respeto al derecho internacional, de castigo a los infractores y a los que amenazan con la paz mundial.
Claudia Sheinbaum viene de familia comunista, participó en el movimiento estudiantil universitario, en la histórica huelga de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México), estuvo vinculada a la izquierda mexicana, ¿hay una generación de esos años, de los setenta, ochenta, que ha llegado al Gobierno y lidera este proceso?
Claudia efectivamente tiene esa trayectoria de lucha estudiantil y popular. La propuesta de su equipo de gobierno es una combinación de personas de edad y experiencia, con personas de su generación y más jóvenes. Claudia, además de una sólida formación científica, académica y de su experiencia en el ejercicio administrativo de gobierno, tiene una historia personal de mujer de izquierda ligada a los movimientos sociales. Eso nos permite confiar en que promueva y desarrolle una política que permita a la clase trabajadora y al pueblo organizarse y ser una fuerza activa para contrarrestar las fuerzas de derecha nacionales e internacionales y le den al proceso de transformación un profundización en dirección hacia izquierda. Para ello será necesario también que los grupos y partidos de izquierda dentro y fuera de Morena orienten su accionar a elevar la conciencia de clase de los trabajadores y del pueblo, promover la democratización de sus organizaciones y formar otras nuevas y demandar un ejercicio del poder y de la democracia participativa en los distintos ámbitos de la vida social y política. Hay bastantes expectativas hacia Claudia por ser la primera mujer en ser Presidenta de la República Mexicana y por ser una persona que viene de la izquierda y de los movimientos sociales. Enfrentará enemigos poderosos dentro del país y de afuera. Pero hay condiciones para profundizar las reformas y avanzar hacia un país más justo, más democrático, más igualitario, más solidario y digno, menos dependiente y más soberano.
Tú fuiste secretario general del Partido de la Revolución Democrática (PRD), fuiste senador por ese partido que representaba posiciones de izquierda y socialdemócratas. Pero a lo menos en la última década se vio ligado el PRD a notorios casos de corrupción, criminales, se aliaron con el derechista Partido Acción Nacional y el neoliberal PRI, y en la última elección perdieron el registro legal. ¿Qué ocurrió con el PRD, considerando que fue fundado por organizaciones de izquierda, incluso que provenían de la guerrilla, por liderazgos como el de Cuauhtémoc Cárdenas y López Obrador?
El PRD entró en un acelerado proceso de descomposición cuando en la elecciones interna por la presidencia en el año 2008, ante la anulación del proceso, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en vez de demandar repetir el proceso o dejar al PRD que resolviera conforme a sus normas internas, impuso a Jesús Ortega como presidente. El Estado neoliberal adversario de la izquierda impuso a quien le convino. Este personaje procedente de un grupo vinculado al poder de los gobiernos contrarios al PRD acentuó la descomposición y traicionó los principios e historia de lucha al lado de los trabajadores y del pueblo. En las elecciones del 2012 ante la firma de un pacto promovido por Peña Nieto, López Obrador decide romper con el PRD y formar otro partido, Morena. Muchos de sus militantes lo siguieron y el PRD se empezó a desfondar. Al renunciar López Obrador para formar Morena, vino el inevitable declive del PRD que ya había dejado de ser un referente de izquierda y de apoyo a los movimientos sociales. El PRD de ser el proyecto unitario de izquierda más importante de la historia de México, que tuvo como origen la lucha, incluso radical, en defensa de la soberanía popular, del sufragio efectivo, del partido que acompañó las luchas y huelgas obreras, campesinas, urbano populares, estudiantiles, que denunció las masacres en Aguas Blancas y del Charco, Guerrero, Acteal en Chiapas, que demandó y luchó por exigir juicio y cárcel a los gobernantes responsables de asesinato, se fue convirtiendo en partido comparsa del poder neoliberal, de centrarse en la disputas por los puestos y en el Parlamento, desvinculándose de la clase trabajadora y de sus luchas. De ser un importante partido de izquierda en el país y de América Latina, pasó a convertirse en rémora del derechista PAN en las elecciones del 2018 y en estas elecciones del 2024 donde perdió su registro al no alcanzar el 3% de la votación. Triste final y grave responsabilidad de quienes lo llevaron a ello.
¿Y qué ha ocurrido con el EZLN y otros movimientos de la izquierda mexicana que no apoyan a López Obrador ni a Claudia Sheinbaum?
Los zapatistas, el EZLN, son parte de una izquierda antisistémica que rechaza las políticas y al gobierno obradorista. En varias de sus observaciones y críticas no dejan de tener razón, pero pienso que su principal problema es que vieron al gobierno de López Obrador como lo mismo que los gobiernos priista y panista. Y si bien aún faltan cambios, creo que la principal aportación del triunfo popular electoral de 2018 fue impedir que siguiera la política de despojo, atraco, bandidaje de los gobiernos neoliberales del PRI y del PAN, inmersos en la corrupción e impunidad, e iniciar un proceso de transición, de cambio de régimen. La esperanza es que ahora la votación histórica a favor de Claudia Sheinbaum profundice los cambios hacia el nuevo régimen. Los zapatistas siguen siendo un referente ético político importante para la izquierda de México y a nivel internacional. De los pueblos y de las comunidades indígenas y afrodescendientes por su exclusión y marginación, por su situación de injusticia y miseria, son los olvidados en el mundo. La iniciativa por aprobarse en la Constitución de los derechos de los pueblos indígenas y afroamericanos, recoge bastante de los planteamientos que surgieron en los Acuerdos de San Andrés, evento propiciado por los zapatistas. Faltan más cuestiones que añadir y espero que en el gobierno de Claudia se puedan promover y aprobar, aprovechando la mayoría calificada. En Chiapas las comunidades y el ejército zapatista se encuentran en una situación sumamente delicada al igual que poblados y comunidades enteras, incluso algunos pobladores han tenido que emigrar a Guatemala, escapando de la violencia de los carteles. La disputa del territorio en Chiapas acentuada hace unos tres años por los dos carteles de la droga, Jalisco Nueva Generación y el de Sinaloa, disputa que involucra a la población civil, representa una grave situación de emergencia a la cual el Gobierno Federal y Estatal no le han prestado la atención debida. Muertos, desaparecidos, amenazas a los pobladores, desplazados de sus viviendas y comunidades, es el saldo de esta disputa. Urge una política de seguridad para la atención específica del estado de Chiapas por el Gobierno Federal. Espero también que el gobierno de Claudia establezca una relación estable y respetuosa con los pueblos y las comunidades zapatistas y sus representaciones para atender sus necesidades y demandas.
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