EL EDITORIAL. No hay que mirar para el lado, hay que mirar para el frente

Eso requiere, a partir de esta coyuntura, de una real y seria autocrítica, de un exhaustivo balance del último período -incluido el proceso electoral-, de un aterrizaje con sentido de realidad; luego, comenzar a diseñar las respuestas ante temas como la seguridad pública, el alza del costo de la vida y los ingresos, la migración irregular, el empleo, la vivienda, la mejora en la atención en salud, la continuidad en el alza de las pensiones, la gratuidad en educación superior, la derechos de las mujeres y los pueblos indígenas, el desarrollo de las regiones, etcétera.

“El Siglo”. El Editorial. Santiago. 21/12/2025. Lo ocurrido en la elección presidencial le coloca a la izquierda y el progresismo de Chile el magno objetivo de reconstruir un proyecto, levantar una propuesta y posicionarse como opción transformadora, de justicia, equidad y promoción de derechos, sintonizando con la mayoría del pueblo.

Si se habla de relato o narrativa, lo primero es lo anterior: cuál es la propuesta que se presenta al país.

Eso requiere, a partir de esta coyuntura, de una real y seria autocrítica, de un exhaustivo balance del último período -incluido el proceso electoral-, de un aterrizaje con sentido de realidad; luego, comenzar a diseñar las respuestas ante temas como la seguridad pública, el alza del costo de la vida y los ingresos, la migración irregular, el empleo, la vivienda, la mejora en la atención en salud, la continuidad en el alza de las pensiones, la gratuidad en educación superior, la derechos de las mujeres y los pueblos indígenas, el desarrollo de las regiones, etcétera.

Lo acontecido no se puede reducir a desempeños de campaña o elementos tácticos, sino a consideraciones y evaluaciones de posiciones políticas, de argumentaciones ideológicas, de realidades culturales en el seno de la ciudadanía, de funcionamiento de las organizaciones políticas y sociales. Hay componentes también de potenciar capacidades intelectuales y de gestión.

Se debe considerar la existencia en los últimos años, desde la izquierda y el progresismo, de distorsiones en sus principios y objetivos, de errores propios, deficiencias importantes en gestión, de maniobras políticas hoy más cuestionables, priorización de agendas propias-individuales, de insuficiente esfuerzo en materia comunicacional y disputas dentro del mismo sector a partir de cuestiones secundarias y particulares.

También considerar que más que administrar situaciones y crisis, hay que tener la capacidad de encontrar respuestas y soluciones, con firmeza, creatividad y en una línea genuina y no maquillada.

Se hace necesario junto a la construcción de una propuesta estratégica, de proyecto-país, saber calibrar y ejecutar respuestas con sentido de urgencia, apuntar a resolver demandas sociales sensibles, reconocer las nuevas realidades, levantar agendas nacionales colectivas y volcarse a estar en los barrios, las poblaciones, las comunas, en el seno de las bases sociales, rompiendo con esquemas rígidos, elitistas, formales y burocráticos.

Hay también temas éticos y estéticos que no se pueden abandonar y hay que posicionar.

Es probable que la mejor manera de encarar un gobierno de la extrema derecha sea teniendo la capacidad de instalar una propuesta realmente diferente, de sintonizar con amplios sectores de la población, de posicionar una mirada transformadora y nítida, de presentar respuestas a las urgencias y soluciones a los problemas, y asumir los nuevos contextos y las nuevas realidades con propuestas innovadoras, realistas y constructivas.

 

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