HABLEMOS DE LA TELE. Los crespos hechos
“Era demasiado previsible el triunfo de Jeannette Jara ante las cámaras en una conversación distendida con el comunicador Mario Kreutzberger, mientras Kast aparecería falsamente cordial, artificialmente sonriente y apático ante la indiscutible simpatía de la primera. Habrá que esperar hasta el 9 de diciembre para ver a ambos candidatos enfrentarse con las cámaras en un único debate televisivo organizado por la Asociación Nacional de Televisión ANATEL. Conocer sus ideas e iniciativas con respecto a la pobreza, la discapacidad, la emigración y otros temas es tarea ineludible de la televisión chilena”.
José Luis Córdova. Periodista. “El Siglo”. 01/12/2025. El inefable Don Francisco quedó literalmente con los crespos hechos ante la negativa del candidato ultraderechista a la Presidencia, José Antonio Kast de participar en el programa “Las caras de la moneda” donde debería enfrentar a la postulante del progresismo, Jeannette Jara que había adelantado su presencia sin problemas.
Canal 13 de la Universidad Católica -cuyo director ejecutivo es el empresario Max Luksic- se apresuró a suspender la realización del programa para evitar una supuesta sobreexposición de la candidata en detrimento del conservadurismo. Una medida ordenada por el gran empresariado y las transnacionales que se están jugando a fondo en esta segunda vuelta presidencial.
Era demasiado previsible el triunfo de Jeannette Jara ante las cámaras en una conversación distendida con el comunicador Mario Kreutzberger, mientras Kast aparecería falsamente cordial, artificialmente sonriente y apático ante la indiscutible simpatía de la primera.
Habrá que esperar hasta el 9 de diciembre para ver a ambos candidatos enfrentarse con las cámaras en un único debate televisivo organizado por la Asociación Nacional de Televisión ANATEL. La teleaudiencia demanda que los periodistas que participen con los cuestionamientos asuman posiciones menos parciales o subjetivas, dejando explayarse a los candidatos.
En debates anteriores, colegas y comunicadores como Iván Núñez, Constanza Santamaría y sobre todo personajes como Matías del Río, Mónica Rincón y Tomás Mosciatti han hecho gala de parcialidad, enfrentando a los candidatos progresistas en favor de las posiciones más derechistas y reaccionarias.
Hay colegas como Andrea Aristegui, Carolina Urrejola, Ramón Ulloa, Matilde Burgos y otros que se diferencian notoriamente por sus posturas más ecuánimes que personajes como José Antonio Neme, Rodrigo Sepúlveda, José Luis Reppening, Juan Manuel Astorga y otros que no disimulan sus posiciones ideológicas en sus participaciones en cámara.
En tanto, las pautas de prensa de los canales se esmeran en este último período del gobierno del presidente Gabriel Boric por criticar, poner en duda o francamente cuestionar todas las medidas, decisiones y propuestas del Ejecutivo. A duras penas se logró aprobar el proyecto de Presupuesto de la Nación para el año 2026 y rechazar la inútil acusación constitucional contra el ex ministro de Energía, Diego Pardow.
El sueño de los justos duerme las iniciativas de sala cuna universal y del fin al crédito con aval del estado CAE, para que sea reemplazado por el Financiamiento Público para la Educación Superior (FES) que siguen discutiéndose en el Parlamento.
La televisión abierta sigue mostrando hechos delictivos de toda monta, encerronas, portonazos, secuestros extorsivos y otros delitos graves, aumentando el temor y la inseguridad de los ciudadanos, así como fomentar sentimientos xenófobos contra la emigración a escala realmente morbosa y sensacionalista.
El Consejo Nacional de TV echó pie atrás y autorizó la campaña sobre la violencia contra la mujer en spots que -en primera instancia- había prohibido, aduciendo el “período electoral”, como si la cuestión fuera materia de dudas de algún candidato. Por su parte Mega debió dar disculpas públicas a la colega Paulina Allende Salazar, despedida arbitrariamente por emitir un exabrupto involuntario sin mayores consecuencias pero que violentó la honra de la destacada periodista.
Bien valdría que los canales -sobre todo el público- contribuyera a la formación ciudadana -antes llamada simplemente educación cívica- en lugar de insistir en difundir los flagelos del narcotráfico, el crimen organizado y la delincuencia. Problemas reales con los que se encontrará irremediablemente la próxima presidencia de la República. Conocer sus ideas e iniciativas respecto a la pobreza, la discapacidad, la emigración y otros temas es tarea ineludible de la televisión chilena.
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