Kast: secretos, omisiones y expectativas en política exterior

Llama la atención que el candidato presidencial de la extrema derecha no haya querido explicitar posturas en cuanto a política exterior y que en su programa de gobierno no haya prácticamente una letra sobre esta materia. ¿Se aliará a las políticas trumpistas, tendrán relaciones plenas con Israel y no condenará el genocidio contra el pueblo palestino, buscará tener en Chile y base militar de EU como quiso su aliado Noboa en Ecuador, seguirá las políticas públicas restrictivas de Milei, aplicará las medidas represivas de Bukele y Orbán? La posibilidad de que no tenga embajadores en Cuba, Venezuela y Nicaragua, y mantengan una distancia con “Lula”, Claudia Sheinbaum y Petro.

“El Siglo”. Santiago. 22/11/2025. Uno de los temas en que José Antonio Kast mantiene secretos y omisiones es el de la política exterior que tendría su eventual gobierno. El candidato presidencial de la extrema derecha chilena no ha precisado nada de sus posiciones en materia internacional, es decir, las electoras y electores del país no saben qué hará el personero del conservador Partido Republicano en el ámbito exterior si llega a La Moneda. Tampoco lo tienen muy claro fuera del país.

En todo caso hay algunas señales y que lo sitúan como parte de gobiernos y organizaciones de la ultraderecha a nivel mundial, con cercanos vínculos a gobernantes y sectores retardatarios y ultraconservadores, y simpatizantes de las políticas autoritarias, represivas y rígidas que implementan.

Llama la atención, en todo caso, que Kast no haya querido explicitar posturas en cuanto a política exterior y que en su programa de gobierno no haya prácticamente una letra sobre esta materia, en lo que se podría interpretar como no querer mostrar ni adelantar la postura dura y extrema que tendría, como reestablecer de manera íntegra las relaciones con Israel, respaldar las políticas del jefe de la Casa Blanca, Donald Trump, sumarse a las ofensivas contra Venezuela, apoyar la creciente presencia militar en el Caribe, y la amenaza que constituye para la zona; e intensificar los vínculos con gobiernos de extrema derecha como los de Argentina, El Salvador, Hungría e Italia. Es un secreto si, en su afán de captar votos desde la derecha y los ultraconservadores, adopte propuestas como las del personero del Partido Nacional Libertario, Johannes Kaiser, en cuanto a sacar a Chile de organismos internacionales y convenciones firmadas, y respaldar acciones injerencistas del trumpismo.

Retomar buenos vínculos con Israel

En la pasada primera vuelta presidencial, ejerciendo el voto en el exterior, chilenas y chilenos residentes en Israel le dieron el triunfo a Kast en ese país. No fue sorpresivo ni gratuito. Reportes de prensa de años recientes hablan de los estrechos vínculos de la derecha y la extrema derecha chilena con organizaciones de ese sector y sionistas en Israel, y de las amistosas visitas de Kast a ese país, incluido un viaje cuando era diputado y que sirvió para estrechar sus vínculos con los sectores ultraconservadores israelíes.

Pese a eso, ahora como candidato presidencial, José Antonio Kast no se ha referido explícitamente a qué tipo de relaciones mantendría con los israelíes, tampoco ha explicitado su postura sobre el genocidio de Israel contra el pueblo palestino, ni los procesos judiciales internacionales por violaciones a los derechos humanos de altas autoridades del gobierno y el ejército de Israel. Menos ha manifestado su postura respecto a los derechos del pueblo palestino y la existencia del Estado de Palestina.

Según reportes de prensa y comentarios de diplomáticos, todo apunta a que Kast querrá reestablecer totalmente los vínculos con los israelíes, incluyendo la colaboración militar y el comercio de compra de insumos para las Fuerzas Armadas y Carabineros, algo que había limitado el actual gobierno de Gabriel Boric. Se levantaría toda prohibición de importaciones de productos venidos desde Israel y se buscarían relaciones absolutamente normalizadas.

Se dice que mantendría una postura de tibia cuestionamiento en cuanto a violaciones de derechos humanos en ese país, pero nunca llegar a la denuncia de genocidio, ni reivindicar los derechos del pueblo palestino. Se descarta que un gobierno del dirigente Republicano vaya a participar de medidas o decisiones internacionales en contra del régimen sionista.

Parte activa del engranaje de la extrema derecha mundial

El candidato presidencial de la extrema derecha chilena tiene una antigua historia de contactos con organizaciones y personeros de la ultraderecha mundial. Incluso en muchas de las reuniones de hace años solía reivindicar “la obra del gobierno militar” mostrando, según él, “los logros” de la dictadura sobre todo en materia económica y de seguridad.

En los años recientes fue consolidando sus vínculos asistiendo a diversos encuentros internacional de la extrema derecha. Ha participado o estado cerca del Foro de Madrid, la Conferencia Política de Acción Conservadora, del Political Network for Values (Política por los Valores Laborales), el Center for Fundamental Rights (Centro de Derechos Fundamentales), The Heritage Foundation, el grupo “Libertad y Democracia”, la Unión Conservadora Estadounidense, la Fundación Internacional por la Libertad, Fundación Pensar, el Instituto Atlántico de Gobierno, el Instituto Gatestone y el Atlas Network, entre otras entidades.

Además de Donald Trump, Nuyib Bukele o Javier Milei, Kast tiene buenas relaciones con gobernantes y personeros ultraconservadores como la Primera Ministra de Italia, Giorgia Meloni, el Primer Ministro de Hungría, Viktor Orbán, los exmandatarios José María Aznar, Jair Bolsonaro y Álvaro Uribe, el presidente de Vox de España, Santiago Abascal, Marine Le Pen del Frente Nacional de Francia, Alexander Gauland y Alice Weidel de la ultraderecha alemana, Isabel Díaz Ayuso, personera de la extrema derecha española, y se estima que tiene intenciones de mantener buenas relaciones con Volodímir Zelenski, el  Presidente de Ucrania.

En los encuentros que mantuvo Kast con esas entidades y esos personajes, salieron ideas y posturas que pueden dar indicios del pensamiento del candidato chileno y su pliegue al ideario ultraconservador a nivel internacional. En las declaraciones y documentos de los personeros ultraderechistas se reivindican objetivos como defender la libertad, los valores conservadores y cristianos, la economía neoliberal y la propiedad individual, enfrentar al comunismo, a los gobiernos de izquierda, “la ideología de género” y el feminismo, los derechos de migrantes. Por cierto, muchas de esas organizaciones y sus dirigentes promueven tesis neofascistas, nacionalistas y racistas.

También el aspirante presidencial hizo giras que pueden dar una idea de cómo fue construyendo en su mente su idea de una política internacional, a quiénes mirar, qué experiencias recoger para su posible administración gubernamental.

Kast fue a Hungría a conocer la enorme valla (4 metros de altura y 175 kilómetros de extensión) que instaló Viktor Orbán en la frontera con Serbia para combatir el ingreso de migrantes, en una de las obsesiones del candidato presidencial de detener el ingreso de migrantes, contradictoriamente, quienes le están dando (los que tienen derecho a sufragar) un respaldo electoral en Chile. También visitó muy entusiasmado el Centro de Confinamiento del Terrorismo, la mega cárcel construida durante el gobierno de Bukele, para tener un aprendizaje en su idea de fortalecer el sistema penitenciario chileno, dándo prioridad a la construcción de “cárceles de alta seguridad”. Hace poco estuvo en Roma y conversó, en plena campaña electoral, con Giorgia Meloni para, también, asimilar las duras políticas migratorias y policiales que está tomando la Primera Ministra conservadora; “hemos visto en Italia cómo el liderazgo firme de Giorgia Meloni ha logrado poner orden en la frontera, enfrentar la inmigración ilegal y devolverles seguridad a las familias. Esa es la inspiración que nos mueve: en Chile no vamos a seguir de brazos cruzados mientras miles de ilegales entran sin control”, declaró Kast.

El equipo para la política exterior

Así como no ha explicitado posiciones ni medidas en cuanto a las relaciones exteriores, José Antonio Kast tampoco ha mostrado a su equipo para la política internacional y hay secretismo en cuanto a quiénes podrían asumir un rol en esta área de llegar a la presidencia, no descartándose que esté pensando en figuras de la derecha tradicional, incluso que hayan trabajado con el expresidente conservador, Sebastián Piñera.

Algunas fuentes estiman que, sin meterse directamente en el tema, juega un papel uno de los principales asesores ideológicos, políticos y estratégicos de Kast, Cristian Valenzuela, quien en medio de la gestión de Boric opinó que “hay que terminar con la impunidad de quienes dirigen nuestras relaciones diplomáticas y que, en este último año, nos ha llevado a normalizar los errores y tropiezos de una institución que debería brillar por su profesionalismo y excelencia”.

Se indica que el exembajador en Corea del Sur y Kenia, Hernán Brantes, un “diplomático de carrera” jubilado desde 2019 y de posiciones ultraconservadoras, está coordinando los temas de política exterior del candidato Republicano. Se suma el también exembajador Jorge Canelas, quien cumplió misiones en Bolivia y Vietnam, investigador del conservador Instituto Libertad y columnista del Portal Web de la extrema derecha, El Líbero. Hay otros antiguos “diplomáticos de carrera”, muchos formados en la Academia Diplomática “Andrés Bello” en la época de la dictadura, y que han estado cerca de los partidos de derecha y extrema derecha.

Junto a la extrema derecha latinoamericana

De acuerdo a algunas fuentes consultadas, el candidato presidencial del Partido Republicano (PRE) hará saber su distancia absoluta con los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua, y se espera que de ganar la elección, al poco tiempo dejaría las relaciones con esas naciones no a nivel de embajadores sino solamente consulares o en grado cero como ocurre actualmente con Venezuela.

En un planteamiento de su anterior candidatura a La Moneda, desde las filas de Kast se planteó como propuesta “romper relaciones diplomáticas con Venezuela y Cuba. En línea con lo anterior y buscando asimismo establecer una coherencia en nuestra política exterior, no habrá representación diplomática en Venezuela y en Cuba mientras no se recupere la democracia y se aseguren los derechos humanos básicos de todos sus habitantes”.

No sólo con los gobiernos de esos países habría alejamientos y tensiones. Cercano al expresidente brasileño Jair Bolsonaro, Kast no tiene mucha simpatía con el jefe de Estado de Brasil, Inacio Lula Da Silva, y tendría un vínculo distante con esa administración, cuidando sus relaciones con los sectores de derecha radical del bolsonarismo. También en los círculos del aspirante presidencial hay un encono con el mandatario colombiano, Gustavo Petro, a quien se considera un ultraizquierdista de tomo y lomo. Con Claudia Sheinbaum, la mandataria mexicana, no se espera ninguna cercanía, dada las posiciones antineoliberales de ella, de rechazo a las acciones trumpistas, y de promoción de transformaciones que son mal vistas en los círculos de la derecha y la extrema chilena como la reforma judicial y las políticas de seguridad pública. Habría una postura de distancia también con el mandatario de Uruguay, Yamandú Orsi.

Las llamadas que recibió a unas 72 horas de obtener el segundo lugar en la primera vuelta presidencial del pasado 16 de noviembre de los presidentes de Argentina, Javier “el loco” Milei, y de Paraguay, Santiago Peña, fueron algo más que episodios anecdóticos, lo que se refleja en el comentario después de hablar con Milei de que la elección de ellos son “enormes oportunidades hacia más libertad en Latinoamérica”. Kast intensificaría sus relaciones con mandatarios de la extrema derecha, como Nayib Bukele de El Salvador y Daniel Noboa de Ecuador, y con sectores ultraconservadores de Perú, Bolivia y países centroamericanos.

El candidato de la derecha radical ha expresado su simpatía y acuerdo con políticas públicas, de reducción del gasto fiscal y social, disminución de funcionarios del Estado, de endurecimiento del actuar de las policías, de quitar impuestos a las grandes empresas, de cierre de instituciones ligadas a ámbitos sociales y de derechos humanos, no apoyos o atención de jubilados y universidades, promover medidas represivas a partir del “combate al terrorismo”, siguiendo los lineamientos y prácticas de los gobiernos de Milei, Noboa, Bukele y Bolsonaro.

Con Trump “un Estados Unidos más libre, seguro”

José Antonio Kast querrá refortalecer las relaciones con el jefe de la Casa Blanca, Donald Trump, el cual ha sido constantemente cuestionado por el Presidente Gabriel Boric por sus políticas hegemonistas e injerencistas, aplicación unilateral de medidas comerciales y negación de la existencia del cambio climático en el planeta.

Cuando ganó Trump, Kast puso en X: “Por el bien de Chile, Latinoamérica y el mundo, el mejor de los deseos de éxito al Pdte. Donald Trump en su nuevo mandato como líder de USA. Un Estados Unidos más libre, seguro y que recupere el progreso económico es un impulso decisivo para el resto de las naciones”.

Nadie en el entorno del candidato de la extrema derecha chilena ha negado la posibilidad de respaldar las políticas y acciones trumpistas en la región, e incluso uno de los asesores de Kast en materia de relaciones internacionales escribió un artículo comprendiendo y apoyando las operaciones de la Estados Unidos contra un supuesto cártel del narcotráfico a cuya cabeza estaría “el dictador” Nicolás Maduro.

Tampoco desde las filas de Kast han descartado que, como Noboa en Ecuador, siendo gobierno incentive la instalación de una base militar estadounidense en territorio chileno y amplíen las operaciones del Comando Sur en Chile, en la línea que está siguiendo Javier Milei en Argentina.

A la expectativa

Todo indica que, si llegase a ganar en la segunda vuelta del próximo domingo 14 de diciembre, en los primeros meses de 2026 se podrá saber a ciencia cierta qué piensa y qué hará José Antonio Kast en política exterior.

O antes, si en los debates presidenciales algún periodista se digna a preguntarle su opinión del genocidio en Palestina, las acciones violentas e injerencistas de Trump y los despliegues de fuerza militar en la región, y si comparte o no política públicas y de política internacional de Bukele, Milei y Noboa.

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