Las cuentas de los perdedores de la jornada electoral presidencial

El desastre absoluto de Evelyn Matthei y la sorpresa de Franco Parisi. Algo esperado lo de Johannes Kaiser, así como las colistas posiciones de Harold Mayne-Nicholls, Marco Enríquez-Ominami y Eduardo Artés.

Gonzalo Magueda. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 16/11/2025. De la jornada electoral presidencial de este día, seis candidaturas perdieron. Eso es lo concreto. Ahora, que algunas de ellas tengan algo que celebrar y otras todo por lamentar, es otro asunto.

De quienes no pasaron a la segunda vuelta, la que tuvo le peor derrota posible y abrió una crisis de magnitud en la derecha tradicional, representada en el conglomerado “Chile Vamos”, es Evelyn Matthei que, contra todo pronóstico y su insistencia de que saldría segunda, estaba quedando, al cierre de esta edición, entre el cuarto o quinto lugar.

Con un 12%, sufrió una derrota de magnitud, y quedó establecido que los tradicionales partidos que la apoyaron (Unión Demócrata Independiente, Renovación Nacional, Evópoli) tienen en frente un pésimo resultado que, seguramente, los pondrá de cabeza a ver cómo asumen este escenario, para muchos, inesperado.

Matthei quedó atrás de candidaturas de la extrema derecha y del liberal de derecha Franco Parisi, lo que termina de configurar el nuevo mapa de “las derechas”.

Precisamente Parisi fue la sorpresa de la jornada con más del 19% de los sufragios. Ninguna encuesta lo ubicó en un tercer lugar nunca; siempre apareció disputando el cuarto o quinto sitio en la presidencial, con un aterrizaje no tardío pero enrarecido en la competencia, y un discurso de derecha, elemental. Todo apunta a que, como sea, representa a un tipo de electorado que cuaja con su perfil; algunos analistas dicen que representa a un sector medio, aspiracional, sistémico, competitivo, individualista y masculino.

Quien está celebrando es el ultraderechista “libertario” Johannes Kaiser, con su 13% que, hasta la noche de este domingo, estaba dejando atrás a la derecha tradicional y dándole una buena noticia a su Partido Nacional Libertario. Su cuarto lugar -a pesar que nunca se bajó de decir que saldría segundo o cuando menos tercero- lo deja en buen lugar con sus posturas autoritarias, represivas, reivindicadora de violadores de derechos humanos (repitió que los indultaría y defendería), agresivas y en el tono de las políticas de la pasada dictadura. Para algunos, vale el sumar los votos de Kaiser a Kast, para medir la fuerza de la extrema derecha en Chile.

Lo que vino con los otros candidatos que no pasaron a segunda vuelta, lo cual era absolutamente seguro, no marcó grandes sorpresas y quizá generó algunas desilusiones entre sus simpatizantes que quisieron aspirar a más.

Marco Enríquez-Ominami, en otro intento fallido de llegar a La Moneda, estaba llegando a un poco más del 1% de los votos y, pese a su antigua instalación en la arena política, hasta horas de la noche, sorpresivamente o no, estaba siendo superado por el conocido dirigente del fútbol chileno, Harold Mayne-Nicholls, con más décimas dentro del rango del 1%.

Eduardo Artés, histórico dirigente del Partido Comunista-Acción Proletaria, y que se reivindicó como el único candidato de una verdadera izquierda, apenas marcaba un 0,65%.

Los datos de la noche de este día apuntaban a que entre todos sumaban más de un millón 600 mil votos, cifra que los comandos de Jara y Kast deben estar mirando con la intención de ver qué pueden obtener de ahí.

 

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