EL EDITORIAL. No cerrar los ojos a la situación en la región

En rigor, nadie sabe a ciencia cierta dónde puede terminar toda esta escalada. Tener diferencias con gobiernos o existir diversidad entre sectores progresistas y de izquierda, no puede llevar a la indiferencia o la pasividad frente a los sucesos desencadenados y que apuntan a derrocamiento de presidentes, intervenciones extranjeras, acciones militares extraterritoriales y extrajudiciales, violación a los derechos humanos y civiles y socavar la soberanía de las naciones.

“El Siglo”. El Editorial. Santiago. 31/10/2025. El jefe de la Casa Blanca, Donald Trump, anunció la ampliación de operaciones encubiertas de la CIA en Venezuela, en momentos que el gobierno venezolano presentó a cuatro detenidos que iban a realizar una acción terrorista y que están ligados a ese organismo; al avión del presidente de Colombia, Gustavo Petro, se le negó la carga de combustible en España porque Estados Unidos (EU) lo puso en la Lista Clinton, de personas que alientan el crimen organizado y el narcotráfico; Naciones Unidas calificó de “ejecuciones extrajudiciales” los asesinatos de personas en los ataques de la fuerza naval estadounidense a embarcaciones en el mar Caribe y el Pacífico; la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, denunció que la oposición de derecha conspira para asestar un “golpe electoral” en las próximas elecciones presidenciales, usando mecanismos ilegales en el órgano electoral del país; persiste el despliegue de barcos de guerra de EU frente a Venezuela, mientras continúan las versiones de una intervención militar estadounidense en territorio venezolano; EU aplicó medidas unilaterales contra México al cancelar 13 rutas aéreas, aduciendo incumplimientos de acuerdos, generando millonarias pérdidas; pese a que la inmensa mayoría de países votó en Naciones Unidas en contra del bloqueo a Cuba, la Casa Blanca continúa aplicando cientos de sanciones comerciales y financieras contra la isla.

Son algunos de los episodios que marcan, de un lado, el reforzamiento de la política injerencista y militarista de EU en la región y, de otro lado, las presiones y agresiones principalmente a gobiernos progresistas y de izquierda en América Latina.

Es un cuadro de incertidumbre y que abre peligros. En momentos que Trump anunció el reinicio de ensayos nucleares y que no está del todo despejado la aplicación de aranceles a países del continente, lo que golpeará el comercio y la economía de varias naciones.

Es un cuadro que revive esquemas como el de la Guerra Fría y operaciones contra países, como lo fue la invasión a Panamá o la mantención de la base militar estadounidense en Guantánamo, Cuba. Además, donde están en desarrollo letales operaciones represivas contra movimientos sociales y sectores de la población en Perú, Ecuador, Argentina y El Salvador, principalmente.

No se puede cerrar los ojos o permanecer pasivos ante la situación que se está desarrollando en la región y particularmente en varias naciones. Es una responsabilidad política de gobiernos y fuerzas progresistas y de izquierda defender la paz y la soberanía, denunciar y oponerse a operaciones militares e injerencistas, salir al paso a las acciones de Trump que están desestabilizando el continente.

En rigor, nadie sabe a ciencia cierta dónde puede terminar toda esta escalada. Tener diferencias con gobiernos o existir diversidad entre sectores progresistas y de izquierda, no puede llevar a la indiferencia o la pasividad frente a los sucesos desencadenados y que apuntan a derrocamiento de presidentes, intervenciones extranjeras, acciones militares extraterritoriales y extrajudiciales, violación a los derechos humanos y civiles y socavar la soberanía de las naciones.

No hay que perder de vista que muchas de las políticas y operaciones que están en desarrollo en la región y en varios países, tienen un carácter fascista, xenófobo, autoritario, represivo, y que apunta a conculcar derechos, afectar a la población y agredir a representaciones del progresismo y la izquierda incluso a nivel gubernamental.

Debe existir una concreta y explícita preocupación por lo que sucede en América Latina y El Caribe, una posición clara respecto a las acciones militaristas e injerencistas, una denuncia elocuente de posiciones como las de Trump y otros mandatarios de extrema derecha, una movilización por la paz y la independencia de los pueblos, y una posición clara frente a los avances del fascismo, el autoritarismo y las injusticias sociales.

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