HABLEMOS DE LA TELE. Una TV pública para Chile

De ninguna manera este actual engendro, un canal que compite en condiciones absolutamente desventajosas con el sistema privado de televisión, obligado a disputar publicidad, producciones originales y un rating adverso por identificarse -mal o bien (poco o mucho)- con el gobierno de turno.

José Luis Córdova. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 2/7/2025. ¡Cuánta tinta, voces, audios y videos se han gastado para demandar un canal de televisión realmente público en nuestro país! ¿Qué es esa entelequia? De ninguna manera este actual engendro, un canal que compite en condiciones absolutamente desventajosas con el sistema privado de televisión, obligado a disputar publicidad, producciones originales y un rating adverso por identificarse -mal o bien (poco o mucho)- con el gobierno de turno.

TVN no es técnicamente un canal público, sino una estación que busca afanosamente un trozo de la torta publicitaria, una teleaudiencia que se diferencie de sus adversarios comerciales, captando o “conquistando” alternativamente a “rostros”, modelos, “artistas”, directores, productores, técnicos, periodistas, animadores, locutores y hasta reporteros de cada canal.

Se habla de cuantiosas deudas y de pérdidas igualmente onerosas que sólo pueden saldarse con aportes del Estado. Pero todo indica que la situación no da para más. ¿Qué hacer, entonces? ¿Nuevamente inyectarle capitales o simplemente declarar la quiebra y terminar con el negocio?

Nadie se atreve a plantear modelos de canales públicos, como el de la British Broadcasting Corporation (BBC),  la mayor y más antigua cadena del mundo (1936) y el principal servicio público de radio y televisión del Reino Unido. La BBC se financia con el pago de una licencia de televisión y con las ventas de su programación a mercados extranjeros. No emite publicidad . El derecho de licencia se cobra en todos los hogares que ven o graban la televisión tal y se determina mediante negociaciones periódicas entre el Gobierno y la BBC.

La RAI (siglas de Radiotelevisione Italiana) es la compañía de radiodifusión pública de Italia. Fundada en 1954, cuando el Estado italiano tomó el control de la sociedad concesionaria de radiodifusión (Radio Audizioni Italiane) para crear una empresa pública de radio y televisión. La RAI tiene 11 emisoras de radio, 13 canales de televisión, centros de producción audiovisual, servicios multimedia, teledifusión y venta de publicidad. Se financia a través de un sistema mixto con impuestos directos, publicidad y venta de productos.

La Corporación de Radio y Televisión Española, Sociedad Anónima, es una sociedad estatal  que organiza la gestión indirecta del servicio público de radio y televisión de España.  Es financiada mediante una partida de los Presupuestos Generales del Estado, que cubre el 50% de los gastos, mientras que la otra mitad proviene de un impuesto extra del 0,9% a las compañías telefónicas, el 3% de los ingresos de las televisiones privadas abiertas y el 1,5% de las televisiones privadas de pago.

La Televisión Pública Argentina es un canal de televisión estatal que se transmite en vivo y se puede ver en todo el país a través de la televisión abierta, y en algunos países de América Latina a través de televisión por cable. Ofrece contenido online a través de su sitio web y plataformas de streaming.  Su programación pone énfasis en actividades deportivas, culturales, educativas y ficciones, además de un servicio propio de noticias.

En vísperas de decisivos procesos electorales en Chile, nadie se atreve a “ponerle el cascabel al gato” y desde las derechas actualmente en disputa por la hegemonía política aparecen voces que pretenden privatizar sus operaciones, mientras los sectores progresistas intentarían reflotar la idea de un canal público de verdad, con recursos del presupuesto nacional. Evelyn Matthei habla directamente de “reducir al mínimo sus operaciones”.

Pero ello, ¿para hacer qué? ¿Una estación afín al gobierno de turno?, ¿un medio crítico, autónomo e imparcial pese a contar con capitalización fiscal? Un intríngulis complejo de dilucidar, sobre todo con el alto nivel de polarización política que vive el país. Pareciera que poco importan las necesidades educacionales, culturales, de pensamiento crítico y desarrollo intelectual de la teleaudiencia. Todo indica que habrá que esperar para acordar una solución definitiva para una genuina televisión pública en nuestro país.

Mientras, hay que reconocer que TVN, por ejemplo, a propósito de las recientes primarias y el triunfo de Jeannette Jara, difícilmente podemos calificarlo un canal pro gobierno, de centro izquierda ni mucho menos. Su comportamiento comunicacional no se diferenció de los canales privados claramente hegemónicos, antigobierno y, desde luego, anticomunistas.

 

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