HABLEMOS DE LA TELE. De la realidad a la ficción

Los matinales, los noticieros, la farándula y los programas “políticos” de la televisión chilena tienen denominadores comunes en el sensacionalismo, la sordidez y el morbo en sus contenidos, llámese cuenta pública del presidente, casos judiciales ad infinitus, corrupción desatada y otras lacras de la sociedad actual. El aporte innegable de la televisión desde el punto de vista más negativo es una triste realidad en nuestras pantallas. De la realidad a la ficción, a pesar de todo.

José Luis Córdova. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 3/6/2025. Los canales de televisión abierta desplegaron sus mejores recursos humanos y técnicos -como pocas veces, en realidad- con ocasión de la cuenta anual del Presidente de la República ante el Congreso Pleno. Como siempre, la oposición exigió el cumplimiento de compromisos, el reconocimiento de fallas e insuficiencias y espera mea culpas y/o que la máxima autoridad del país hasta pida perdón o reconozca errores, faltas e irregularidades.

El oficialismo exaltó a pie firme los logros obtenidos en el período, destacando avances en materia social, laboral, económica y los pocos acuerdos entre los sectores democráticos, en el seno de un Parlamento dividido en partes iguales, sin una mayoría sólida ni constante.

La contingencia da para todo. Infaltables menciones a los graves problemas de inseguridad, (incluida la impactante balacera y el acuchillamiento en colegios), el escándalo de las licencias médicas disfrutadas en viajes al exterior; el inicio del período de propaganda electoral para los partidos oficialistas y la auto marginación de las derechas de la consulta popular, así como el anuncio del envío de un proyecto de despenalización del aborto o el intento de acuerdo de paz y entendimiento con los pueblos originarios, logrado transversalmente en una comisión ad hoc.

Todo ello tiene su correlato en los diferentes canales de televisión, pero exactamente con los mismos énfasis en cada caso: tanto en la TV pública de TVN y/o Mega, Canal 13 y Chilevisión en manos de poderosos intereses privados. Cada uno, con pasmosa uniformidad, contribuye a profundizar la polarización y, sobre todo -de alguna manera- ensalzar a la delincuencia, el crimen organizado y el narco tráfico.

De otra manera no se entiende que en las redes sociales aparezcan reels, podcast y otras plataformas con influencers representantes de ciertas mafias luciendo coches, joyas, relojes de alta gama y montones de dinero en billetes en efectivo y todo tipo de drogas y armas, incluidas las de guerra con alto calibre y peligrosidad.

No faltan quienes atribuyen el incremento innegable de la violencia en el país, a la influencia de delincuencia importada desde el extranjero a través de la migración con discípulos aventajados en el hampa criolla. De alguna manera pueden entenderse así, por ejemplo, trágico sucesos con situaciones e imágenes que los canales de televisión muestran permanente y entusiastamente en series policiales o en ataques habituales de este tipo que se producen en Estados Unidos y ciudades de países del llamado “primer mundo”.

Pareciera ser que somos excelentes alumnos de la delincuencia internacional y aventajados seguidores de teleseries como “La ley el orden”, “CSI Miami”, “Chicago PD” y otras que muestran sin ambages prácticas habituales de bandas y sicópatas convertidos en exitosos protagonistas de historias de ficción pero que, lamentablemente, se hacen realidad en países como el nuestro con trata de personas, nuevas formas de esclavismo y de narcotráfico.

Los matinales, los noticieros, la farándula y los programas “políticos” de la televisión chilena tienen denominadores comunes en el sensacionalismo, la sordidez y el morbo en sus contenidos, llámese cuenta pública del presidente, casos judiciales ad infinitus, corrupción desatada y otras lacras de la sociedad actual. El aporte innegable de la televisión desde el punto de vista más negativo es una triste realidad en nuestras pantallas. De la realidad a la ficción, a pesar de todo.

 

La entrada HABLEMOS DE LA TELE. De la realidad a la ficción se publicó primero en El Siglo.