El recuerdo de Payo, combatiente internacionalista, y la vigencia de la lucha antifascista

La hermana del militante comunista muerto en combate en Nicaragua, rememora ciclos de su vida y reivindica el legado de los combatientes internacionalistas. A 50 años de la tarea en que se inició la formación militar de militantes chilenos, indicó que “la formación política de cuadros chilenos comprometidos con la lucha de los pueblos se vuelve fundamental”. “El internacionalismo revolucionario no es un ideal pasado, sino una herramienta actual y urgente para enfrentar las expresiones modernas del fascismo, la explotación globalizada y el poder imperialista” aseguró.

 Equipo El Siglo. Santiago. 4/2025. Carolina, eres hermana de Payo, compañero internacionalista caído en Nicaragua, cuéntanos un poco de él.

Nuestro querido hermano Payo fue el mayor de siete hermanos. Nació el 27 de marzo de 1955 y desde siempre fue profundamente amado por sus padres y hermanos. De carácter afable, alegre y comunicativo, desde muy pequeño mostró una gran sensibilidad social. A temprana edad se integró a las Juventudes Comunistas, participando activamente en el proceso político y social de la época. A los 15 años ya formaba parte de las Brigadas Ramona Parra. Durante los años del Gobierno de la Unidad Popular, Payo se entregó con cuerpo y alma al trabajo político y social. Fue miembro de la JAP (Juntas de Abastecimiento y Control de Precios) y, a pesar de su juventud, sus ideales lo llevaron a comprometerse con las transformaciones sociales de aquellos años. Participaba en trabajos voluntarios, vendía el periódico El Siglo los domingos y organizaba actividades de apoyo al Gobierno Popular. Tras el golpe de Estado de 1973, Payo debió pasar a la clandestinidad junto a nuestro padre. Un año después, toda nuestra familia partió al exilio, siendo acogida por la República Socialista de Rumania. Allí, Payo continuó su vida militante en las Juventudes Comunista y comenzó sus estudios de Ingeniería Agronómica en la universidad.

Su profunda madurez intelectual y sus valores -libertad, hermandad, amor y consecuencia- lo llevaron a ofrecerse voluntariamente como combatiente internacionalista. En 1976, tomó la valiente decisión de separarse de su familia para convertirse en un soldado de la libertad, y el año 1979 parte a Nicaragua para unirse al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Estaba convencido de que su amor por la vida era incompatible con cualquier forma de dictadura, sin importar su origen. Al igual que muchos jóvenes latinoamericanos, se integró con convicción a esta causa noble. En 1979 se libraron intensos combates por la liberación del pueblo nicaragüense. Fueron muchos los combatientes internacionalistas chilenos que lucharon en el Frente Sur, enfrentándose a las tropas de elite de la Guardia Somocista. Fue allí donde Payo cayó mortalmente herido, junto a un compañero salvadoreño, el 17 de julio de 1979, apenas dos días antes del triunfo de la Revolución Sandinista. Murió defendiendo la gran patria latinoamericana, soñando con un mundo más justo. El triunfo de la revolución nicaragüense fue una enorme alegría para todos nosotros. Sin embargo, poco después, nuestros padres recibieron la dolorosa noticia de la caída en combate de nuestro querido hermano. Payo fue un joven internacionalista del amor y la esperanza, que entregó su vida por sus ideales de libertad y justicia. Aún tenemos muy viva en la memoria aquella mañana en que Payo se despidió de nosotros. No sabíamos que sería la última vez que lo veríamos. En una de sus últimas cartas nos escribió: “Espero que pronto podamos estar juntos otra vez, más espero que sea en nuestra patria”.

Participaste y participas en la formación de Cofadeco, ¿puedes decirnos que es y cómo fue organizarse, el proceso de traer a nuestros compañeros y la construcción del museo en el cementerio?

Al retornar del exilio, me incorporé rápidamente al trabajo junto a los familiares de los combatientes internacionalistas, con el propósito de conformar COFADECO, el Comité de Familiares de Combatientes Internacionalistas Caídos por la Libertad de América Latina. Nuestro objetivo era claro: repatriar los restos de nuestros seres queridos que se encontraban en Nicaragua y El Salvador, construir un mausoleo para honrar a los Combatientes Internacionalistas del Amor y la Esperanza, y rescatar la memoria histórica de quienes entregaron sus vidas por un mundo más justo. Este trabajo no lo hicimos solos. Además de nuestra labor como familiares, recibimos un amplio respaldo del Partido Comunista, diversas organizaciones sociales, sindicatos, abogados, antropólogos, agrupaciones religiosas, el Ministerio de Relaciones Exteriores, y las embajadas de Chile en Nicaragua, El Salvador, Costa Rica, entre otros países. Fue una labor intensa, profundamente humana, marcada por el amor, la esperanza y la solidaridad. En ella se entrelazaron las historias de nuestros queridos combatientes, quienes con generosidad y valentía lucharon por los pueblos de América Latina, entregando lo más valioso: sus vidas, por la libertad y la dignidad de los pueblos.

Años tras año se realizan actividades de homenaje a nuestros caídos, ¿cuál piensas que es su legado?

El legado de nuestros combatientes internacionalistas del amor y la esperanza es una expresión concreta de la lucha contra las dictaduras en América Latina, librada en nombre de la Humanidad. Sus ideales encarnan la solidaridad internacionalista de los más oprimidos, la fraternidad entre los pueblos subyugados, y el compromiso revolucionario con la emancipación de América Latina. Nuestros familiares combatieron por una América Latina libre del yugo del imperialismo, por una unidad real de los pueblos, sin fronteras. Lucharon por un mundo en que cada niño, mujer y hombre tenga garantizado, no como caridad, sino como derecho  conquistado, el acceso a la educación, la salud, la vivienda y una vida digna. Su ejemplo sigue siendo una bandera en alto para quienes creemos que otro mundo -socialista, justo y humano- no solo es posible, sino necesario.

Hoy un nuevo fascismo se levanta, ¿cómo ves está situación y su relación con la historia y conmemoración de los 50 años de la formación militar de chilenos para luchar contra las dictaduras en América Latina y en Chile?

El internacionalismo revolucionario, concretado hace 50 años en la formación de combatientes chilenos para enfrentar dictaduras en América Latina y en Chile, no solo permanece vigente, sino que se reafirma hoy como una necesidad estratégica y ética frente al avance del fascismo contemporáneo. Este nuevo fascismo se expresa en la consolidación de gobiernos autoritarios y ultranacionalistas que reprimen sistemáticamente movimientos sociales, en el racismo estructural y el neocolonialismo, en la criminalización de comunidades indígenas, sindicatos y sectores populares; y en la expansión del capitalismo de vigilancia y la militarización, todo bajo la retórica de la “seguridad”. En este contexto, la formación política de cuadros chilenos comprometidos con la lucha de los pueblos se vuelve fundamental. Necesitamos militantes preparados para enfrentar las políticas imperialistas y neoliberales que someten a nuestros pueblos y saquean nuestros territorios. Es urgente emprender un trabajo sistemático para crear y fortalecer redes de resistencia antiimperialista y antifascista, articulando organizaciones obreras, estudiantiles, territoriales y populares. Al mismo tiempo, es necesario denunciar el rol del imperialismo estadounidense y sus instrumentos económicos y militares, como la OTAN y el FMI, en la dominación global. Apoyar los movimientos que luchan por soberanía y autodeterminación es clave para avanzar hacia la justicia social y enfrentar el fascismo en sus expresiones actuales: capitalismo autoritario, extractivismo y explotación transnacional. También es fundamental denunciar a nivel internacional las políticas genocidas de Israel, la OTAN, la Unión Europea y Estados Unidos sobre los pueblos de Palestina, Líbano, Siria, los pueblos originarios y todas las comunidades oprimidas del mundo. Las tareas son muchas y urgentes. Por eso, se vuelve indispensable honrar y continuar el legado de nuestros combatientes internacionalistas, herederos de una causa que es al mismo tiempo de amor, justicia y esperanza. El internacionalismo revolucionario no es un ideal pasado, sino una herramienta actual y urgente para enfrentar las expresiones modernas del fascismo, la explotación globalizada y el poder imperialista.

 

La entrada El recuerdo de Payo, combatiente internacionalista, y la vigencia de la lucha antifascista se publicó primero en El Siglo.