La marcha de la reacción y la izquierda

Demostración de su marcha implacable, es la ofensiva que ha desatado contra destacados liderazgos de izquierda usando todos los medios a su disposición: el lawfare, la difusión de noticias falsas y el ocultamiento de las que dejan en evidencia sus actos corruptos; su complicidad con las AFP y la gran empresa, así como su disimulado pinochetismo. Ataques tanto en la persona de la exalcaldesa de Santiago, Irací Hassler, como de Daniel Jadue y ahora último, contra la presidenta de la Cámara de Diputadas y Diputados, Karol Cariola, caso en el que, al igual que en los anteriores, se hace uso y abuso del Poder Judicial, por medio de interpretaciones antojadizas de la ley, difundidas por una prensa servil hasta naturalizarlas.

Hernán González. Profesor. Valparaíso. 14/3/2025. La marcha de la reacción continua sin que, aparentemente, tenga resistencia. Ello incluso a pesar de sus chambonadas; la impopularidad de sus recetas; el estancamiento de su potencial de crecimiento electoral y sus profundas contradicciones. Así las cosas, no es descartable que nuevamente llegue al Gobierno, esta vez en una versión remasterizada de sus peores abyecciones.

Demostración de su marcha implacable, es la ofensiva que ha desatado contra destacados liderazgos de izquierda usando todos los medios a su disposición: el lawfare, la difusión de noticias falsas y el ocultamiento de las que dejan en evidencia sus actos corruptos; su complicidad con las AFP y la gran empresa, así como su disimulado pinochetismo. Ataques tanto en la persona de la exalcaldesa de Santiago, Irací Hassler, como de Daniel Jadue y ahora último, contra la presidenta de la Cámara de Diputadas y Diputados, Karol Cariola, caso en el que, al igual que en los anteriores, se hace uso y abuso del Poder Judicial, por medio de interpretaciones antojadizas de la ley, difundidas por una prensa servil hasta naturalizarlas.

También el bloqueo legislativo, el que le ha servido durante todo el mandato del Presidente Boric para contener las reformas impulsadas por éste; confundir a la opinión pública en medio de la maraña de negociaciones para hacerlas posibles en su situación de minoría en el congreso; dividir a los sectores interesados en sacarlas adelante y haciendo uso y abuso de las atribuciones que tienen sus parlamentarios para avanzar en su promulgación.

Nada muy diferente a lo que hayan hecho las derechas de otros países latinoamericanos, como por ejemplo en la destitución de la Presidenta Dilma Roussef en Brasil, de Pedro Castillo en el Perú; la persecución de Rafael Correa o Cristina Fernández.

Estos ataques a la izquierda, a sus liderazgos y su intento por bloquear toda posibilidad de que estos surjan están motivados por su comprensión del significado de la hora actual. Su necesidad de eliminar toda posible resistencia a sus pretensiones de restaurar lo peor del neoliberalismo; asegurar sus fundamentos y profundizar sus características más funestas -como la reducción de salarios, los despidos masivos; el aumento de la contaminación; la mercantilización de la educación, la cultura y la salud; todo ello, con tal de garantizar las ganancias de las grandes empresas nacionales y transnacionales y las fortunas de un puñado de magnates.

La búsqueda desesperada de rebuscados argumentos seudo filosóficos que, por lo demás, le son indiferentes a masas de trabajadores, empleados y profesionales cada vez más golpeados por la inseguridad a la que los condena el neoliberalismo y que es explotada por el fascismo -pretextos para atacarlos o justificar su actitud sectaria- solamente la favorecen y en el fondo ocultan, su incapacidad o su desinterés, para enfrentarla.

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