La posibilidad de convocar a una marcha contra el fascismo y el oscurantismo como ha ocurrido en otros países

El Rector de la UAHC, Álvaro Ramis, sostuvo que una “movilización contra el fascismo es importante en este momento debido al alza de los movimientos de ultraderecha que están siendo instigados internacionalmente” y enfatizó que “Chile no está ajeno a ese proceso con dinámicas de radicalización de la derecha que llevan a discursos y prácticas fascistas”. La activista de derechos humanos, Alicia Lira, planteó que “es muy positivo llamar a una movilización contra el fascismo porque durante mucho tiempo hemos guardado silencio en este tema, cuando vemos la expresión cada día más insolente, más irreverente, más ofensiva, de posiciones de la ultraderecha”. Cientos de miles de personas se han manifestado en más de un centenar de marchas y movilizaciones en el último año y el inicio de este 2025 en decenas de ciudades de Alemania, Estados Unidos, Canadá, Austria, México, España, Argentina, Francia, Italia, donde se expresó que es un peligro para la democracia, la convivencia, la cultura y los derechos civiles, la expansión de ideas y acciones fascista, de grupos neonazis, de partidos de extrema derecha que incluso están ganando elecciones. Es un hecho que en varias partes del mundo están proliferando idearios y organizaciones de corte fascista y neonazis donde hay vinculaciones ideológicas, simbólicas y de relato con partidos de derecha y extrema derecha como ocurre hoy en Chile. Pía Figueroa, editora de la agencia Pressenza acentuó que “el momento actual merece una clara respuesta, cohesionadora, unificadora, esperanzadora ante tanta decepción, frustración y ante el oscurantismo que internacionalmente se va instalando”. Desde la Coordinadora 8M se dijo que hay una historia de las mujeres chilenas “con la que podemos enfrentar al fascismo que hoy avanza” y se reivindicó marchar contra el fascismo y la extrema derecha. El diputado del Partido Comunista (PC), Boris Barrera, sostuvo que “las fuerzas democráticas deberíamos convocarnos detrás de ese objetivo, de demandar que el fascismo no crezca, que no lo queremos en el país, porque significaría un retroceso tremendo incluso desde un punto de vista humanitario”. El Capítulo de la Internacional Antifascista en Chile, manifestó en una declaración que “reconocemos la urgencia de luchar a nivel mundial contra las organizaciones fascistas, neo-fascistas y otras expresiones similares, las cuales se caracterizan por el nacionalismo exacerbado, el autoritarismo, el anticomunismo, el antiliberalismo, el militarismo, la violencia, la propaganda y el control de medios, el supremacismo racial y el anti-intelectualismo”.
Hugo Guzmán. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 3/2025. ¿Si se denuncia la amenaza de la proliferación en Chile del fascismo, del oscurantismo, del neonazismo, de idearios y acciones de la extrema derecha, por qué no convocar a una marcha ciudadana para mostrar una oposición a esos caminos? Es una preguntan que se está instalando en ámbitos democráticos, progresistas y de izquierda.
Esa opción la tomaron cientos de miles de personas que se manifestaron en el último año y el inicio de este 2025 en decenas de ciudades de Alemania, Estados Unidos, Canadá, Austria, México, España, Argentina, Francia, Italia, donde se expresó que es un peligro para la democracia, la convivencia, la cultura y los derechos civiles, la expansión de ideas y acciones fascista, de grupos neonazis, de partidos de extrema derecha que incluso están ganando elecciones.
Se afirma que un movimiento antifascista va más allá de expresiones de partidos políticos o de procesos electorales, sino que tiene que ver con la defensa de valores civilizatorios y culturales, y del sistema democrático.
Para Álvaro Ramis, teólogo y Rector de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, una “movilización contra el fascismo es importante en este momento debido al alza de los movimientos de ultraderecha que están siendo instigados internacionalmente por una internacional reaccionaria que tiene como centro al Gobierno de Donald Trump”.
Añadió que “ello abarca muchos otros contextos nacionales incluyendo América Latina donde (Javier) Milei en Argentina y el bolsonarismo en Brasil son plazas muy relevantes e influyente en nuestro país. Chile no está ajeno a ese proceso con dinámicas de radicalización de la derecha que llevan a discursos y prácticas fascistas”.
Alicia Lira, presidenta de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos indicó que “ya deberíamos haber hecho una marcha contra el fascismo y el oscurantismo, es muy necesario”. Enfatizó que “es muy positivo llamar a una movilización contra el fascismo porque durante mucho tiempo hemos guardado silencio en este tema, cuando vemos la expresión cada día más insolente, más irreverente, más ofensiva, de posiciones de la ultraderecha”.
Lira añadió que “esto tiene que ver con el negacionismo, con el discurso de odio, con discursos ordinarios que no tienen límite. El oscurantismo que han implementado es muy grande y puede llevar en el país a retroceder en derechos de las mujeres, de los trabajadores, de los jóvenes, en el tema de derechos humanos”.
La dirigenta expuso que “hace falta una manifestación representativa, unitaria, masiva, donde aparezcan dirigentes nacionales junto a trabajadores, mujeres, estudiantes, pobladores, rechazando al fascismo y el oscurantismo. Es un tema que se aborda en otros países y nosotros debemos abordarlo. Hay que plantear el no permitir avances del fascismo como lo hacen en muchos países. Qué mejor ejemplo las movilizaciones en Alemania, sobre todo de las mujeres, de las abuelas”.
Convocatorias transversales y masivas
En naciones latinoamericanas y europeas organizaciones feministas, estudiantiles, culturales, sindicales y de académicos, se han movilizado ante la proliferación de grupos fascistas, neonazis, supremacistas blancos, xenófobos, misóginos, que copan espacios públicos, agraden a ciudadanos y llegan a conformar partidos políticos que están obteniendo resultados en comicios legislativos y presidenciales.
En todo eso hay vinculaciones ideológicas, simbólicas y de relato con partidos de derecha y extrema derecha como ocurre en Chile.
En Europa, ante el auge y desarrollo de muchos grupos y partidos de extrema derecha, de corte fascista y neonazi, se han producido convocatorias y movilizaciones transversales y ciudadanas para salir al paso al fascismo y a la ultraderecha, en defensa de valores y derechos civiles, ciudadanos y humanos. Contando el 2024 y lo sucedido en estos meses del 2025, supera el centenar de marchas contra el fascismo, junto a foros, recitales y otras actividades.
También se vincula la posición antifascistas con la lucha por la paz, contra las políticas belicistas e injerencistas, por poner fin a las guerras y las posturas conservadoras que alientan la salida militar para los conflictos.
Una nota del diario argentino Página12 de febrero pasado, dio cuenta de una movilización mundial antifascista, antirracista y por los derechos de la diversidad que tuvo distintos grados de intensidad y que incluyó ciudades como Berlín, Roma, París, Barcelona, Madrid, Londres, Lisboa, Amsterdam, Santiago de Chile, Rio de Janeiro, São Paulo, Florianópolis, Montevideo, Nueva York y Ciudad de México.
Colectivos y posiciones antifascistas en Chile
En Chile, la Coordinadora Feminista 8M explicitó en estas semanas la disposición de las mujeres chilenas de expresarse contra el fascismo, situación que se dio sobre todo durante la dictadura.
En la edición del periódico La Primera, se indicó en una nota que “el 3 de marzo, en el Súper Lunes Feminista, y como ya es tradición centenares de mujeres y disidencias renombraron más de 60 estaciones distribuidas en las 6 líneas del Metro de la capital. Esta acción relámpago buscó visibilizar la historia compartida de luchas que nos sostienen hoy y nos llaman a continuar luchando por una vida digna para todas y todes. Esa es la historia con la que podemos enfrentar al fascismo que hoy avanza”.
En La Primera se expuso que “vemos avanzar a fuerzas de ultraderecha en distintas parte del mundo, como Trump en Estados Unidos, Milei en Argentina o el genocida Netanyahu en Israel. Lo que todos esos grupos tienen en común es su profundo desprecio por las mujeres y disidencias, su discurso nacionalista y antimigrante, su desprecio por la ciencia, su negacionismo de la crisis climática, y su defensa total de los multimillonarios”.
Javiera Mena, vocera de la Coordinadora Feminista 8M indicó, después de la reciente marcha por el Día Internacional de la Mujer, que “medio millón de personas hemos salido a la calle contra la ofensiva fascista de la ultraderecha y para seguir impulsando transformaciones profundas”.
El año pasado, diversos colectivos y personalidades dieron a conocer el esfuerzo por generar en Chile la adhesión a la Internacional Antifascista, que surgió del Primer Congreso Mundial Antifascista realizado en Venezuela, con delegados de 95 países y la presencia de 200 personalidades de los mundos social, intelectual y político.
Se resaltó la importancia de crear en Chile un Capítulo de la Internacional Antifascista y realizar actividades de denuncia frente a la extrema derecha y se emitió una declaración donde se planteó que “reconocemos la urgencia de luchar a nivel mundial contra las organizaciones fascistas, neo-fascistas y otras expresiones similares, las cuales se caracterizan por el nacionalismo exacerbado, el autoritarismo, el anticomunismo, el antiliberalismo, el militarismo, la violencia, la propaganda y el control de medios, el supremacismo racial y el anti-intelectualismo, entre otras características”.
Se convocó “a luchar en Chile contra las expresiones del fascismo y neo-fascismo, agrupadas en torno a partidos políticos de la derecha y en nuevas organizaciones políticas, quienes tienen como referencia común el pinochetismo, el autoritarismo y la concentración del poder económico y político”. Se advirtió que “los representantes del fascismo han instalado un discurso de odio hacia los sectores populares y pueblos indígenas, un discurso negacionista de las violaciones a los derechos humanos y una criminalización de las luchas por un mundo mejor”.
Distintas fuerzas políticas y organizaciones sociales han planteado la necesidad de “denunciar y frenar las posiciones de la extrema derecha” y han advertido de lo negativo que es para el sistema democrático que proliferen posiciones fascistas y neonazis.
El diputado del Partido Comunista (PC), Boris Barrera, sostuvo que “es necesario activar todo un movimiento antifascista en Chile, que lo hay, y que se expresa”.
Añadió que “las fuerzas democráticas deberíamos convocarnos detrás de ese objetivo, de demandar que el fascismo no crezca, que no lo queremos en el país, porque significaría un retroceso tremendo incluso desde un punto de vista humanitario”.
Pía Figueroa, editora de la agencia Pressenza, reseñó que “seguimos las noticias de México, de Europa, y vemos a muchos, a muchas, movilizarse activamente en contra del fascismo que se instala, rechazando el oscurantismo y buscando converger en torno a la esperanza por momentos más humanistas que este en el que nos encontramos”.
Argumentó: “Si hoy, en tono muy degradatorio se nos llama ‘los octubristas’. Pues bien, me enorgullezco de serlo. A toda honra proclamo ‘el derecho de vivir en paz’. Y comparto con tantas chilenas y chilenos la necesidad imperiosa de la dignidad. Volver a movilizarse es rescatar ese espíritu, es sentir la empatía que nos permite ponernos en el lugar del otro y salir del individualismo. Volver a movilizarnos es tener esperanzas y confiar en los procesos, sobre todo si surgen desde la base social, si responden a la auténtica voz del pueblo y no a manipulaciones de ninguna índole.
Pía Figueroa acentuó que “el momento actual merece una clara respuesta, cohesionadora, unificadora, esperanzadora ante tanta decepción, frustración y ante el oscurantismo que internacionalmente se va instalando, sin por ello dejar de entrar en nuestros corazones”.
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