HABLEMOS DE LA TELE. Festival de “codazos” y omisiones

Se despliegan ingentes esfuerzos por la Teletón, el próximo Festival de la Canción de Viña del Mar como si se tratara de trascendentes hitos culturales y sociales. La designación de la colega Karen Doggenweiler como futura animadora del evento, constituyó una “noticia” nacional.

José Luis Cordova. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 3/9/2024. Resulta decisiva y gravitante la selección de “noticias” que día a día practican las familias Edwards y Mosciatti, junto a los grupos económicos Luksic y Copesa con la que eligen informar a los televidentes de la realidad nacional e internacional a través de nuestros canales de televisión.

A estas alturas constituye un lugar común el desprestigio y desprecio orquestado hacia la institucionalidad de países hermanos como Cuba, Venezuela o Nicaragua, a favor de los acuerdos armamentistas de la OTAN contra Rusia, la guerra comercial y el proteccionismo desatado contra China, y el odio contra Irán, Corea del Norte e Irak, así como la incesante búsqueda de diferencias y enfrentamientos en el interior del Gobierno del presidente Boric y el anticomunismo visceral en nuestro país.

El Mercurio, La Tercera, Radio Biobío y Canal 13 -erigidos como adalides de la libertad de expresión y de prensa- omiten deliberadamente, falsean y hasta engañan con sus contenidos y enfoques gran parte de importantes acontecimientos que se producen en el país en las esferas política, económica y social.

Planifican y desarrollan metódicamente campañas para desorientar a la opinión pública -sobre todo desde el punto de vista comercial- para asumir los famosos Black days, de ventas en forma digital, así como para incentivar los llamados Días del niño, de la madre, del padre, de  los enamorados y otros a favor del consumo desenfrenado.

Cuestiones de carácter patriótico o religioso son banalizados con una propaganda irracional que afecta principalmente a niños y jóvenes desvirtuando objetivos de sana convivencia y cultura para nuestra identidad nacional, imponiendo modos, lenguajes y costumbres tan ajenas como los festejos de Halloween en el mercado criollo.

Asimismo, estos medios preparan ambientes para el apoyo de la ciudadanía a favor de una empresa privada de salud como es el exinstituto de rehabilitación infantil, hoy conocido como Teletón, financiado precisamente por estas grandes empresas y el concurso desinteresado y solidario de las familias chilenas impulsadas por los medios de comunicación,

En tanto, se descuidan informaciones -sobre todo- de memoria histórica, de recuerdo de hitos importantes en defensa de los derechos humanos durante la dictadura civil militar. Sin ir más lejos, conmemoraciones recientes como la matanza de Corpus Cristi de 12 militantes del MIR, los crímenes de la calle Conferencia, Pepe Carrasco o el Caso Quemados son deliberadamente ignoradas por la llamada “gran prensa”.

Este mismo fin de semana, por ejemplo, el periodismo chileno celebró con orgullo los 84 años de existencia del diario El Siglo, convertido en un ejemplo de coherencia y persistencia en la memoria chilena sin que mereciera siquiera un párrafo en la prensa, la radio o la televisión. Una vergüenza.

Mientras, se despliegan ingentes esfuerzos por la Teletón, el próximo Festival de la Canción de Viña del Mar como si se tratara de trascendentes hitos culturales y sociales. La designación de la colega Karen Doggenweiler como futura animadora del evento, constituyó una “noticia” nacional.

Los promotores de estas iniciativas reconocen que deben tomar medidas para impedir un verdadero “festival de codazos” por la insistencia con que “rostros” de la televisión pujan por aparecer seleccionados en primera fila entre los seleccionados para participar en estos “acontecimientos” descaradamente comerciales. A Karen ¿le acompañará Rafael Araneda, Rodrigo Sepúlveda o José Antonio Neme? Expectación nacional.

Como la mayoría de los rostros quisiera estar en la Teletón -por ejemplo- pero no caben todos en pantalla porque el tiempo es acotado, se logró un acuerdo entre los canales de televisión para mostrar una mezcla entre quienes llevan años junto al inefable Don Francisco, con nuevos personajes de la farándula -entendida como tal- desde artistas, modelos, animadores, locutores, chicas y chicos de reality hasta colegas periodistas y conductores de programas periodísticos. De esta manera podría ser posible impedir el excesivo protagonismo de algunos en desmedro de otros.

¿Acaso no hay otras informaciones de peso aparte de las noticias de actividades delictuales? ¿Dónde queda la cultura, la formación ciudadana, el debate político e ideológico necesario para construir una sociedad realmente democrática?

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