NOTAS DEL REPORTEO. Asesinatos, narcos, crimen organizado, pobreza, educación
Es evidente que la mayoría de la gente está más inquieta por la delincuencia, los asesinatos, los portonazos, los disparos entre bandas criminales y los narcofunerales, que por la pobreza, la deserción escolar, los malos sueldos y el desempleo, la falta de oportunidades, la violencia intrafamiliar y precarias condiciones para el buen vivir en barrios, villas y poblaciones. Coberturas y variables en el fenómeno criminal que golpeó la agenda nacional, otra vez.
Hugo Guzmán. Periodista. Santiago. 19/7/2024. 1.-Es nítido y natural (aunque no se debiera naturalizar) que la cobertura comunicacional de los recientes días estuviera marcada por gravísimos hechos delictivos (con una veintena de asesinatos en pocos días), el anuncio de medidas de envergadura anunciadas desde el Gobierno (no exentas de controversias intra-oficialismo) y el nuevo alto posicionamiento del tema de seguridad pública en la agenda nacional. Al mismo tiempo, sigue estando baja la cobertura y alcance respecto a las causas, origen y contexto detrás de los episodios criminales; hay escasa información sobre aquello y uno que otro análisis.
2.-Es evidente que la mayoría de la gente está más inquieta por la delincuencia, los asesinatos, los portonazos, los disparos entre bandas criminales y los narcofunerales, que por la pobreza, la deserción escolar, los malos sueldos y el desempleo, la falta de oportunidades, la violencia intrafamiliar y precarias condiciones para el buen vivir en barrios, villas y poblaciones. Pese a que esas realidades suelen estar detrás del aumento de todo tipo de delincuencia y generan un caldo de cultivo para el narco y grupos del crimen organizado. No es gratuito que la evidencia marca zonas y comunas pobres y de precariedades como las más vulnerables a fenómenos delictivos, presencia de bandas, asesinatos, influencia de narcos y expansión del crimen organizado. En la información/análisis de la prensa y otros espacios, hay una ausencia de vincular realidades socioeconómicos, de marginalidad/exclusión, déficit educacionales, fenómenos culturales, precariedades laborales, con el desarrollo de fenómenos delictivos e instalación de delitos de alto impacto. De ahí que, por ejemplo, en estos días la discusión central sea dónde construir una cárcel de alta seguridad, cómo aumentar la fuerza policial para un accionar efectivo, implementar o no el Estado de Sitio, expulsar o no a migrantes y enfatizar el camino punitivo. Hay ausencia notoria de vocerías que aborden la perspectiva social, cultural, educacional, estructural, preventiva, respecto a la seguridad pública en una mirada de impedir la expansión de la influencia/incidencia del narco, el crimen organizado y otros delitos.
3.-A lo anterior hay que sumar factores como la persistencia del secreto bancario, pésimas condiciones para el control aduanal (sobre todo en puertos), debilidades en labores de Inteligencia, déficit en recuperación de espacios públicos, problemas presupuestarios reales, existencia de tráfico y negocio de armamento, ausencia de programas de rehabilitación en cuanto a drogas y alcohol, falta de inversión en deporte y cultura en vastas zonas urbanas y rurales, entre otros.
4.-Varios académicos a nivel nacional e internacional apuntan a variables que son o pueden ser decisivas en este tema de la extensión de la delincuencia de alta envergadura y en su combate. Variables como pobreza y marginación, falta de acceso a la educación, crecimiento de pandillas juveniles en barrios, violencia intrafamiliar, venta/consumo de droga y alcohol, presencia territorial de miembros del crimen organizado, apoyo monetario desde bandas delictivas, tráfico de armas, presencia precaria/insuficiente de policías, ambiente de impunidad y baja resolución del Poder Judicial, corrupción, bajos niveles de organización y cohesión social, ausencia de cultura de la legalidad, llegada y extensión de trasnacionales de la criminalidad y cárteles de la droga. En definitiva, se queda al debe al simplemente señalar a los delincuentes, atribuirles a ellos todo lo que pasa (sin una causa ni origen), a pensar que todo va por “mano dura”, más cárceles, militares en las calles, y medidas de ese tipo. Como en muchas otras materias, parece que lo conveniente es abordar la raíz de todo este fenómeno y ahí detener las consecuencias negativas de un tema que tiene que ver con un tipo de sociedad.
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