HABLEMOS DE LA TELE. ¡Todos ganaron otra vez!

Primarias: Los canales de televisión se limitaron a exhibir unos spots de difusión distribuidos por el Servicio Electoral y muy pocos programas “políticos” dedicaron espacios a los precandidatos a alcaldes y gobernadores en todo el país. El día de los comicios, sólo TVN y CHV transmitieron ininterrumpidamente desde los lugares de votación ni siguieron a ciertas autoridades o personajes hasta las urnas donde les correspondía sufragar.

José Luis Córdova. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 21/6/2024.  Las elecciones primarias del pasado domingo 9 de junio constituyeron caldo de cultivo para que la derecha y los medios de comunicación hegemónicos las emprendieran contra el Gobierno y el Servicio Electoral. La televisión se sumó con entusiasmo a la corte de quienes criticaron la falta de información sobre el proceso y acusaron a las autoridades, pese a que las primarias eran una tarea especialísima y urgente de los partidos políticos y también de los medios de comunicación.

Los canales de televisión -incluido la estación “pública”- se limitaron a exhibir unos spots de difusión distribuidos por el Servicio Electoral y muy pocos programas “políticos” dedicaron espacios a los precandidatos a alcaldes y gobernadores en todo el país.

El día de los comicios, sólo TVN y CHV transmitieron ininterrumpidamente desde los lugares de votación ni siguieron a ciertas autoridades o personajes hasta las urnas donde les correspondía sufragar.

En todo caso, los escenarios más visitados por los reporteros fueron las comunas de Puente Alto y La Florida. La primera, por la partida del alcalde Germán Codina que pretende dejar como “delfina” a la exministra de Piñera, Karla Rubilar y en el territorio del “sheriff” Rodolfo Carter ungió a su presunto sucesor, el “independiente”, Daniel Reyes.

La indiferencia fue total en Canal 13 y Mega mientras que CNN Chile cubrió el acontecimiento a la usanza tradicional, pese a la evidente desidia de parte de la población ante unas primarias que no lograron entender ni explicarse como se debe a los electores.

La voluntariedad del voto en determinadas comunas (60) y en apenas dos regiones (Aysén y Coquimbo) complotó también contra el interés o atracción por unos comicios complejos y confusos. Pocos sabían o entendían -entre los televidentes- que el voto era voluntario y se elegía solo entre las coaliciones políticas (oposición y oficialismo) aunque tanto en la derecha como en el progresismo destacaron la presencia de “independientes” en algunas de las listas.

A estas alturas, ser “independiente” no permite la electividad de ningún candidato que se precie. Necesariamente debe ser promovido y presentado por alguna de las coaliciones, aunque tras las primarias se hace cada vez más evidente que aparecerán todavía otros precandidatos “por fuera”, así como postulantes de partidos como demócratas, socialcristiano y republicanos.

Los “politólogos” -que nunca faltan- comentaron en los programas de “análisis” tras conocerse los resultados que el surgimiento de otros nombres en la papeleta del 27 de octubre próximo desordenará el cuadro político, especialmente en la oposición. Sin embargo, a juicio de estos “expertos”, todos ganaron igualmente una vez más.

Aparte de la confusión desatada tras conocidas las votaciones, está claro que ni los postulantes más votados -por ejemplo, en Puente Alto o La Florida- tendrían asegurado el sillón edilicio para octubre.

Pareciera que la Unión Demócrata Independiente (UDI) resultó la más damnificada (sobre todo el perder comunas “propias” como Lo Barnechea) por los resultados, mientras la derecha y “demócratas” y amarillos iniciaron los cantos de sirena para atraer a la Democracia Cristiana hacia la oposición al actual Gobierno, pese a que esta colectividad -que tenía una fuerte presencia comunal- (o territorial, como se dice ahora), logró mantener algunas posiciones expectantes en el marco de la alianza con el oficialismo.

Todo indica que las semanas que vienen hasta el 27 de julio -cuando se cierran las inscripciones de candidatos a alcaldes, gobernadores, Cores y concejales- serán de tensas y afiebradas negociaciones en la oposición por la repartija, mientras la alianza de Gobierno tiene bastante adelantada la tarea de conformar listas integradas y definitivas.

La guinda de la torta fue la demanda de la Fiscalía y el Instituto Nacional de Derechos Humanos contra el excarabinero, expresidente de RN, exdiputado y exministro de Defensa, Mario Desbordes, acusado de tráfico de influencias en el llamado caso “Tipógrafo” que involucra al exjuez Juan Poblete y respecto al nombramiento -por razones políticas- de la magistrada María Teresa Letelier, a partir de llamados del exministro Alberto Espina y de Desbordes. Una impresentable intervención de la política en el poder judicial, al punto de designar jueces según sus intereses.

Un visiblemente alterado Desbordes se enfrascó en discusión con la colega Mónica Rincón, dando pasos de ciego y, en su desesperación, acusando a periodistas de CIPER y al colega Mauricio Weibel por una supuesta filtración y -peor aún- una presunta “traición a la patria” sin desmentir su descarada intervención en el nombramiento de jueces afines al gobierno de Piñera. Durante la entrevista reiteró su absoluta seguridad de imponerse como alcalde y desplazar a la actual alcaldesa Irací Hassler a quien calificó poco caballerosamente en duros términos por su gestión.

La urgente necesidad de formación política, de conciencia social y de educación cívica entre las actuales generaciones se hace más presente que nunca en estos casos y la televisión abierta -como otros medios de comunicación- tiene una responsabilidad insoslayable, que va más allá de las preferencias inocultables de periodistas, analistas, reporteros y comentaristas de nuestra realidad política nacional.

 

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