Respuesta al convencional Agustín Squella
Hay que considerar que los medios de comunicación en Chile -especialmente los más masivos- están en manos de un par de poderosos grupos económicos absolutamente desinteresados en el proceso constitucional en marcha y algunos francamente en contra de sus posibles resultados, dado la heterogeneidad de la composición de la Convención.
Ericka Portilla. Convencional Constituyente. Distrito 4. 07/02/2022. Acierta el convencional Agustín Squella al afirmar en La Segunda de hoy lunes 7 de febrero que «culpar a las comunicaciones (por nuestras carencias o deficiencias) nos sume en la autocomplacencia». La verdad es que no hemos sabido entregar a las comunidades, colectivos y territorios los resultados de los debates y las primeras conclusiones a nivel de comisiones del trabajo desplegados en estos primeros meses de la Convención Constitucional.
Hay que considerar que los medios de comunicación en Chile -especialmente los más masivos- están en manos de un par de poderosos grupos económicos absolutamente desinteresados en el proceso constitucional en marcha y algunos francamente en contra de sus posibles resultados, dado la heterogeneidad de la composición de la Convención.
La izquierda y los comunistas -en particular- hemos luchado denodadamente por el derecho a la comunicación, como uno más de los derechos sociales que deberá garantizar nuestra futura carta magna e invito al convencional Squella a no temer por la futura creación de un Consejo de Medios que precisamente garantice este derecho.
Un sistema de medios democráticos deberá impedir el monopolio de las informaciones, que la propiedad de los medios se mantenga -como ahora- en unas pocas manos, que se coordinen -o colusionen- los intereses de los poderosos y de algunas empresas transnacionales en contra de las mayorías, que -por el contrario- se protejan desde el Estado los medios regionales, comunitarios, comunales, independientes y contra hegemónicos. Eso no es autoritarismo, es mayor democracia.
El colega Squella asegura que «nos movemos sin certezas» pero es precisamente en el campo de las comunicaciones, de la libertad de expresión y de prensa donde necesitamos más democracia para ejercer el derecho a la comunicación, sin autocomplacencia ni soberbia, con la mirada certera en perspectiva hacia un nuevo pacto social en nuestro país.