HABLEMOS DE LA TELE. Entre el palco y la cancha
Los canales deberían estar convocando a la ciudadanía a participar con sus firmas en las diferentes iniciativas populares de ley, una de las formas de participación democrática que está ofreciendo el actual proceso de redacción de la nueva Constitución Política del Estado que debe garantizar precisamente mayor democracia y participación. Pero, en su lugar, están preocupados de la labor que desarrollará la pareja del primer mandatario (¿).
José Luis Córdova. Periodista. 21/01/2022. Agotada la ofensiva contra las estrategias del Frente Amplio y el PC para elegir a la nueva mesa directiva de la Convención Constitucional, el Gobierno, la derecha y el empresariado las emprendieron en la televisión contra otros aspectos del reglamento de esta corporación y a “quemar” nombres para el gabinete en formación por el presidente electo y el rol de la llamada “primera dama”.
El poder constituido no se resigna a respetar la autonomía del poder constituyente y así lo deja patente cada vez que un representante de esos ámbitos aparece ante las cámaras. El rol de los programas dominicales “Mesa Central” y “Estado Nacional” es evidente en la labor de zapa contra el avance del proceso constituyente y la apertura de nuevos frentes contra el Gobierno entrante.
Matías del Río, Iván Valenzuela, Constanza Santa María y también Álvaro Paci, al igual que Alfredo Joignant jr. y Gonzalo Miller aparecen como abiertos detractores de los acuerdos que logran colectivos como Independientes No Neutrales, la Asamblea Popular por la Dignidad y las coordinadoras de pueblos originarios, entre otros. Sin embargo, la vergonzosa actitud de los tres grupos derechistas que conforman Chile Vamos es invisibilizada, pese a que al cierre de estas líneas aún no concordaban un nombre para sumar a las 7 vicepresidencias adjuntas.
Superadas las notas “veraniegas”, es decir imágenes de paisajes costeros, chicas en bikini y fabulosas pailas marinas, los “reporteros” en terreno se mantienen en las afueras de la llamada “Moneda chica” donde el presidente electo estudiaba la conformación de su primer gabinete en medio de especulaciones, “pollas” y fakes news para descartar posibles nombres ministrables.
La televisión entra en un marasmo estival sólo alterado por concursos de cocina, bailes, imitaciones y otras banalidades mientras los noticieros se inundan de noticias contra el comercio ambulante, la urgencia de medidas de Interior por la seguridad pública, los accidentes de tránsito, encerronas y portonazos. Un punto de prensa de Irina Karamanos, pareja de Gabriel Boric dio pábulo a novedosos ataques sobre el papel que le corresponde en el futuro Gobierno.
Mientras, en el Poder Legislativo aceleran las discusiones de la Pensión Garantizada Universal (PGU), el impuesto a los “súper ricos”, la licitación del litio y otras medidas propuestas por el gobierno saliente o que significan compromisos para la próxima administración del Estado.
Bien harían los medios de comunicación en informar clara y eficientemente sobre los contenidos y alcances de muchos de los proyectos presentados a última hora por Piñera y otras iniciativas que, con la nueva conformación del Parlamento, tendrán pocas posibilidades de ser aprobadas sin una intensa negociación entre el Gobierno de Boric y la flamante oposición de derecha.
En tanto, los canales deberían estar convocando a la ciudadanía a participar con sus firmas en las diferentes iniciativas populares de ley, una de las formas de participación democrática que está ofreciendo el actual proceso de redacción de la nueva Constitución Política del Estado que debe garantizar precisamente mayor democracia y participación. Pero, en su lugar, están preocupados de la labor que desarrollará la pareja del primer mandatario (¿)
Mientras Piñera apresura la licitación por el litio y conseguir el rechazo al proyecto de indulto, la presidenta del Senado se permite advertir que “tomará palco” ante el próximo Gobierno con una desfachatez que invita a rechazar a políticos como ella.
Se desató otra polémica por la decisión del canal privado La Red de terminar el programa “Café cargado” que fue entendida como “censura” ante declaraciones provocadoras y sediciosas del humorista Checho Hirane. La libertad tiene sus límites y nadie puede llamar a bloquear a un Gobierno que ni siquiera empieza su período. Un canal privado tiene plena “libertad” de programación ¿o no?
Son momentos en que vale la pena transparencia máxima, imparcialidad y la mayor eficacia en la transmisión de mensajes en medio de la “luna de miel” del Ejecutivo con los poderes del Estado y la mal llamada “opinión pública” ante la apertura interesada de nuevos frentes como el financiamiento de la PGU, la Ley de Control de Armas, el indulto a los presos de la revuelta y otras iniciativas. En tanto, Irina debe estar ¿en el palco o en la cancha?