HABLEMOS DE LA TELE. Lobos con piel de ovejas

A la derecha y el empresariado, que se expresa diariamente en la televisión y otros medios de comunicación, le interesa desdibujar el programa, que se retarden la reforma tributaria, la construcción de un sistema previsional que realmente aumente las pensiones, defender a cualquier costo la existencia de las AFP y las Isapres para evitar el inicio de las transformaciones de fondo prometidas al país.

José Luis Córdova. Periodista. Santiago. 23/12/2021. Conocida la victoria de Gabriel Boric los canales de televisión -desde sus animadores y panelistas- unificaron sus discursos con el diario El Mercurio, La Tercera y radio Bio Bio llamando a la “moderación” e insistiendo en la supuesta existencia de “dos Boric”, uno de la primera y otro de la segunda vuelta, según “teoría” planteada por el empresario Juan Sutil -ahora lobo con piel de oveja ante las cámaras-.

La idea es imponer que el programa de gobierno de Apruebo Dignidad, apoyado por una tremenda mayoría del país debe experimentar una suerte de freno o -al menos- relativizar sino ralentizar- algunas de las propuestas de cambios estructurales. Ya aparecieron los primeros “orejeros”, “yes-men” y/o agoreros (Sergio Lehmann, Claudio Fuentes, Raphael Bergoeing) que presionan además por acelerar el nombramiento de miembros del gabinete y por confeccionar una lista de “prioridades” según los intereses de tal o cual.

A la derecha y el empresariado, que se expresa diariamente en la televisión y otros medios de comunicación, le interesa desdibujar el programa, que se retarden la reforma tributaria, la construcción de un sistema previsional que realmente aumente las pensiones, defender a cualquier costo la existencia de las AFP y las Isapres para evitar el inicio de las transformaciones de fondo prometidas al país.

La campaña electoral en primera vuelta estuvo signada por el enfrentamiento ideológico con la ultraderecha y el fascismo que representaba Kast, quien precisamente se empeñó en propalar mentiras y ataques personales que ensuciaron el proceso democrático y de las cuales la televisión se hizo cargo con singular entusiasmo.

Una vez más nuestros colegas no ocultaron sus ansias de mostrar cuanto antes desmanes y enfrentamientos entre manifestantes y carabineros durante el acto de cierre en la plaza Almagro y la noche del triunfo en Alameda con Santa Rosa. En ninguno de estos dos eventos se registraron actos de violencia y la policía brilló por su ausencia.

La supuesta figura de un Boric I quedó signada como un personaje confrontacional, radicalizado con propuestas presuntamente “extremistas” con el cual se enfrentaron periodistas, comunicadores y los “opinólogos” que nunca faltan. Para estos colegas y sus medios, al iniciarse la segunda vuelta presidencial, el candidato de Apruebo Dignidad habría “moderado su discurso” y lo ejemplarizaron con las lógicas y racionales ideas de gradualidad, “paso a paso” de cada una de las medidas propuestas como programa de gobierno por parte del tal Boris II.

Nadie puede esperar que el gobierno que asume el 11 de marzo va a terminar de un día para otro con las AFP o las Isapres, sobre todo tomando en cuenta que las últimas elecciones legislativas dejaron un mapa político prácticamente equilibrado entre la derecha, la izquierda y los independientes.

Boric II sería la encarnación de los ocultos deseos de los sectores privilegiados por mantenerlos a toda costa y así se demostró a 24 horas del triunfo con el alza histórica del precio del dólar y la caída de la Bolsa.

Agotados estos pretextos, la televisión a través de sus comunicadores y también de sus panelistas invitados (como el economista Sebastián Edwards y el empresario Juan Pablo Swett) se dedicaron a “exigir” el pronto nombramiento de los miembros del gabinete del Presidente Boric, lo que es una facultad exclusiva del primer mandatario.

El diario El Mercurio y Canal 13 piden a la DC que no se aproxime siquiera a Apruebo Dignidad y el presidente de la Confederación de la Producción y Comercio, Juan Sutil hizo un cambio radical a su discurso anti Boric, tras la derrota de su candidato Kast arguyendo el supuesto “giro” de posición del próximo jefe de Estado respecto al crecimiento económico, la reforma tributaria, el sistema de pensiones, cuestiones claramente ratificadas por Boric desde la campaña en primera vuelta hasta el discurso de la victoria. El poderoso empresario y líder de la élite económica del país busca colocarse la misma piel de oveja con que se pretendió disfrazar también Kast, con los resultados conocidos.