LA ENTREVISTA PRIVADA. Claudia Pascual, ministra y senadora PC, pos ‘73

A unos cuatro meses de llegar al Senado, la ex titular del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género dice sentir “una responsabilidad bien grande” en un camino recorrido por Mireya Baltra, Julieta Campusano y Gladys Marín. “Voy a respaldar y luchar por los derechos de las mujeres en el Senado” asevera en entrevista. Esta antropóloga, que estuvo en las luchas secundarias en contra de la dictadura y luego en las batallas universitarias al inicio del periodo pos dictatorial, indica que el Partido Comunista “se ha caracterizado por una conversación intergeneracional, sobre todo desde las últimas décadas”. Frente al cuadro de la segunda vuelta presidencial, afirma: “Tengo confianza porque Boric y su programa apuntan al cuidado e inclusión de las personas, de todas las personas”. Sobre el perdón que pidió Kast por haber dicho que cerraría el Ministerio de la Mujer y que no lo hará finalmente, la futura senadora del PC afirma que “no creo que sea sincero el anuncio, ni su perdón”.

Hugo Guzmán. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 03/12/2021. Eres la primera ministra y primera senadora comunista después de 1973…

Lo asumo como una responsabilidad bien grande. Hay un peso importante en desempeñar esas responsabilidades. Obviamente, si una lo hace relativamente bien, eso abre puertas para otras y otros, dejas bien representado al Partido Comunista, de lo contrario, puede tener otro efecto. Me lo tomo con mucha responsabilidad por lo que ha sido el desempeño del partido en tantos años.

¿Te produce algún sentimiento pensar en Mireya Baltra que fue ministra en el Gobierno de Salvador Allende, en la senadora Julieta Campusano, en Gladys Marín que fue diputada?

Siempre hay un recuerdo hacia ellas, y es un peso grande saber que una está continuando la labor de destacadas de compañeras tan importantes para el partido y la historia del país, con sus trayectorias y aportes. Las compañeras que tú mencionas son muy importantes para todas y todos, y para mí, tengo un cariño especial por Mireya Baltra.

Desde tu militancia siempre estuviste ligada al feminismo y luchas por las reivindicaciones de las mujeres. ¿Contigo entra el feminismo al Senado?

Me considero feminista y voy a respaldar y luchar por los derechos de las mujeres en el Senado. Sin embargo, no me arrogo la representación del feminismo. Las organizaciones feministas son muchas, son diversas, y tienen sus representaciones. En todo caso, mi compromiso está con las materias relacionadas con los derechos de las mujeres, pero no me arrogo una representación en mi persona en el Senado.

Tú fuiste de una generación de comunistas que luchó en el movimiento estudiantil secundario contra la dictadura, después desde la Universidad en la era pos dictatorial, y vinieron muchos años de luchas de distintas características. Con esa perspectiva, ¿cómo miras esas polémicas que se arman ahora sobre las generaciones dentro del PC?

Creo que el partido se ha caracterizado por una conversación intergeneracional, sobre todo desde las últimas décadas. En eso quiero reconocer la conducción del compañero (Guillermo) Teillier, en colectivos de dirección, tanto en Comisión Política como en el Comité Central, que permitieron la conversación entre generaciones distintas dentro del partido. Eso permitió una convivencia de vivencias diferentes, de opiniones variadas.  Todas y todos tenemos cosas en común como la defensa de las y los trabajadores, de un desarrollo económico distinto, la lucha por superar el neoliberalismo, de incluir la lucha feminista y medioambiental, de pobladores y pobladoras, de personas mayores, y hay también una conversación intergeneracional que permite, con más fuerza en los últimos 20 años, ese diálogo y ese intercambio. Un promotor fue el presidente del PC, eso fue muy necesario. Eso está mejor reflejado como conversación entre distintas generaciones, en el marco del último tiempo.

¿Te resulta un espacio incómodo, excesivamente formal, conservador, el Senado?

Mira, he estado comentado en la campaña y después de que se supieron los resultados, que nosotros respaldamos una propuesta, y me lo creo muy personal y políticamente, de tener un Parlamento con una sola Cámara. Hoy no se justifica tener dos Cámaras, estamos por la unicameralidad, tener dos Cámaras ha hecho dilatar y hacer más lento el tramitar proyectos de leyes importantes. La gente identifica que proyectos sociales, importantes para muchos sectores, para trabajadores, para territorios, proyectos medioambientales y de derechos para las mujeres, no solo no son tramitados con celeridad en el Senado, sino que quedan en tabla muchísimo tiempo y simplemente no avanzan. La defensa y propuesta de un Parlamento unicameral tiene mucho sentido. Desde esa perspectiva, ahora que soy senadora, no voy a decir que tiene que seguir el Senado, para nada, soy partidaria de lo unicameral. Creo que por el momento, se puede hacer más receptivo de las necesidades diversas, sociales, económicas, culturales, políticas y de las necesidades de la gente. Puede ser más receptivo de las organizaciones sociales, que puedan ser escuchadas, y ser más incidentes en el Senado.

Tienes un niño pequeño y vuelve a estar presente el tema de la maternidad y el trabajo de una legisladora.

Me pasa lo que le pasa a todas las madres de este país. Cuando tenemos que trabajar, tenemos que compatibilizar la maternidad, sobre todo cuando son hijos o hijas más chicos, ahí es más difícil. Siento y tengo las mismas inquietudes que tienen todas las madres, en sus distintos trabajos y funciones. Cómo estar más presente, qué hacer si hay una emergencia y alcanzar a llegar, cómo tener y aprovechar un tiempo de calidad, cómo disminuir las ausencias. Bueno, las mujeres, con muchas dificultades que se presentan en el desarrollo personal y laboral, tenemos que mostrar estas condiciones donde nos discriminan, y mostrar todo lo que nos cuesta a las mujeres.

En tu caso, además, el desplazamiento a otra ciudad al menos tres días a la semana…

Bueno, pero supongo que eso les pasa a los parlamentarios que son hombres y que son padres…Y a ellos no les hacen esa pregunta. Es que somos vistas como las únicas responsables de crianza de nuestros hijos y nuestras hijas, pero a ningún senador o diputado que fue electo y que fue papá recientemente, se le pregunta si acaso se le va a dificultar su labor parlamentaria por ser padre. Esas preguntas solo se hacen cuando somos mujeres.

Leí en Twitter que alguien dijo que votaría por ti si dejabas de usar palabras como “hijes”, “bienvenides”…

Siento que toda modificación del lenguaje que pasa por visibilizar realidades que han estado invisibilizadas, marginadas, excluidas, discriminadas, es relevante. Sobre todo si desde esa perspectiva de autoreivindican y se siente incluidos, incluidas, incluides las personas. El lenguaje puede ser mucho más dúctil, flexible, si eso nos permite generar una cultura de la inclusión, de integración de realidades que han sido históricamente excluidas. No tengo problema en adaptarme a esos cambios, lo hago con gusto, con mucho respeto. Aquellas y aquellos que no lo comparten, se puede hacer un esfuerzo de incluirlos e incluirlas en esta modificación, en este cambio.

¿Le aceptas el perdón que pidió José Antonio Kast por haber dicho que iba a cerrar el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, y que ahora no lo hará? Fuiste la primera ministra de esa cartera.

Me pasan dos cosas. Primero, que su anuncio es bastante electoralista, no me da garantías su anuncio. Es como que analizaron que eso estaba provocando mucho ruido y por tanto cambiar puede captar un segmento de votación. No creo que sea sincero el anuncio, ni su perdón, ni un compromiso férreo con la realidad de las mujeres. Segundo, es el único anuncio que hace, y todo el resto del programa sigue con la no promoción de los derechos de las mujeres, no defensa de lo hasta acá logrado, y mucho menos proyección de nuevos derechos que debemos seguir alcanzando para terminar con las realidades de discriminación y violencia contra las mujeres. Me pasa que es poco creíble.

¿En qué pones la confianza en un triunfo de Gabriel Boric el 19 de diciembre?

Pongo la confianza en que hay un programa comprometido con políticas sociales, con transformar legislaciones, generar avances en consagrar derechos sociales, de tener un modelo de desarrollo más equitativo, de respaldo a los derechos de las mujeres para seguir ensanchándolos, de tener un Estado cuidador. Tengo confianza porque Boric y su programa apuntan al cuidado e inclusión de las personas, de todas las personas. Creo que las respuestas programáticas que presenta Gabriel, son respuestas efectivas. A eso se suma un nuevo sistema de pensiones, no más Afp, reformas al sistema de salud, centralidad en la salud mental, respuesta a la demanda de viviendas sociales, el respeto a derechos individuales y colectivos de trabajadoras y trabajadores, el respeto y proyección de derechos para diversidades y disidencias sexuales. Todo eso está cuando se ve que cada vez más personas expresan que van a votar por Gabriel Boric.

Otro elemento es la coyuntura y la encrucijada histórica en que estamos, en que hemos llegado a una segunda vuelta con nuestra candidatura, de Gabriel, que propone seguir transformado a Chile, seguir ampliando derechos, protegiendo y cuidando a las chilenas y los chilenos, y seguir profundizando la democracia, sobre todo con la Convención Constitucional. Versus al frente, con un candidato que lo que hace es poner un freno de mano e incluso retroceder en materias muy diversas. La gente quiere avanzar en derechos, quiere mejorar lo que hay, y él, por ejemplo, deroga el Decreto 170 en materia de inclusión e integración educativa de niños, niñas y niñes y adolescentes, quiere derogar la despenalización del aborto en tres causales, quiere entregar beneficios distinguiendo y discriminando a las mujeres que no están legalmente casadas, quiere reducir el Estado cuando la gente pide un Estado eficiente y con más recursos, quiere negar -algo que parece ridículo, pero ellos lo creen de verdad- la concepción y protección de derechos humanos avalada universalmente, no reconocer derechos humanos en segmentos de la población y en general; promueve represión, niega el cambio climático y entonces se niega a investigaciones, diagnósticos y conocimientos para el avance científico en medio ambiente. Puestos en esa encrucijada, siento que la gente se da cuenta que no se le puede dar el voto al candidato de al frente, y no se puede dejar de ir a votar.

Creo que vamos a ganar porque las fuerzas que fueron convocadas y convocantes a votar por el Apruebo (nueva Constitución), en el plebiscito del 2020, se unificaron tras la candidatura de Gabriel Boric. Nos queda el desafío de seguir convenciendo a aquellas personas que no se sintieron convocadas a votar en esta primera vuelta. Son muchas las razones que respaldan que Gabriel tiene y puede ganar este 19 de diciembre.