Filme chileno en competencia en Festival de Cine de La Habana
“La Verónica”, con guion y conducción de Leonardo Medel y un tema de suma actualidad: las redes sociales. Compitiendo por Argentina podrá verse el sensible drama “Nosotros nunca moriremos”. La mexicana “Selva trágica” (con la colaboración de Francia y Colombia) también está en competencia.
Rolando Pérez Betancourt. “Granma”. La Habana. 03/12/2021. Desde su primer día, el Festival del Nuevo cine presenta un abanico de temas y géneros para escoger, de los cuales ofrecemos un adelanto. “Necesito que la gente me mire para ser famosa”, dice la protagonista del filme chileno en competencia, “La Verónica”, con guion y conducción de Leonardo Medel y un tema de suma actualidad: las redes sociales. En los rieles del humor negro conocemos a esta influencer, tan bella como aviesa, que interpreta Mariana Di Girólamo, un rostro que el director explota al máximo en planos medios fijos ligados a una impronta de cine experimental con no poca imaginación. Relaciones humanas regidas por el glamour y las poses constantes hacen de esta mujer un objeto de estudio, y también de interés policíaco, tras ser acusada de un asesinato ocurrido años atrás. La gloria y el derrumbe equilibrando en la cuerda floja del qué dirán.
Compitiendo por Argentina podrá verse el sensible drama “Nosotros nunca moriremos”, de Eduardo Crespo, un road-movie que se refiere a un hijo muerto, en cuya búsqueda, en un lejano pueblo, van su madre y el hermano menor. A ella la interpreta la actriz trans Romina Escobar, a quien se le vio brillar en Breve historia del planeta verde, filme que le valió dos premios a Santiago Loza en el festival de Berlín. Ahora, mientras se realizan las pesquisas relacionadas con la muerte del hijo mayor, su madre intenta desentrañar las causas de un posible suicidio, en tanto su otro hijo, Rodrigo, entre el dolor y la melancolía que le significan los días de espera, va dejando atrás sus sueños de infancia. Nosotros nunca moriremos ha contado con el aplauso generalizado de la crítica, que destaca en él su sobrio manejo de los sentimientos.
La mexicana “Selva trágica” (con la colaboración de Francia y Colombia) está dirigida por Yulena Olaizola y transcurre hace un siglo, en los espesores de una jungla, donde una mestiza (que pudiera ser una bruja) huye de la lujuria de unos hombres decididos a darle caza. En verdad son dos grupos de machos dispuestos a matarse entre ellos, porque la sensual muchacha, que se nombra Agnes (Indira Rubie Andrewin), y que en compañía de un guía y una enfermera devora a zancadas la selva mirando atrás, los ha trastornado por ser virgen. Machetes y fusiles a la orden del día en este filme de aventura con un atisbo hacia lo fantástico.
La siempre rica muestra internacional que trae el Festival debuta con la comedia negra alemana “Curveball”, de Johannes Naber, basada en hechos reales ocurridos cuando los servicios de inteligencia del país, engatusados por la mentiras de un informante, se empeñan en probar que en Iraq sí hay armas de destrucción masiva, a tono con aquella engañifa generalizada por la administración Bush que sirvió para orquestar una invasión. El filme se inscribe en el género de espionaje y cuesta creer que la historia sucedió y que el falso informante iraquí, Rafid Alwan, recibió un salario por parte del Estado y pasó a convertirse en toda una personalidad de la delación bajo el seudónimo de Curveball, mientras las autoridades del país, y la misma CIA, brindaban por el “hallazgo”.