En Chile hay “una crisis de las políticas migratorias”
Eduardo Cardoza, del Movimiento Acción Migrante, indicó que “la política que incrementó Piñera a partir de 2018 anunciada con discurso xenófobo y racista, fue el establecimiento de una política de obstáculos al fenómeno migratorio generando irregularidades”. Apuntó que desde el Gobierno y la derecha “en un escenario electoral que se les ve adverso con respecto a sus posibilidades electorales, están buscando la confusión, generar miedo” en el tema migratorio.
Karen Medina. Periodista. Santiago. 29/10/2021. El tema de la migración en Chile, los retrocesos en derechos durante el actual Gobierno de Sebastián Piñera y -especialmente- la situación que vive Colchane en los últimos meses, nos plantea la necesidad de conocer desde la voz del migrante más de este fenómeno mundial y que nos lleva a los orígenes de la migración y la historia. Para eso conversamos con Eduardo Cardoza, del Movimiento Acción Migrantes.
A propósito de los tristes hechos ocurridos hace unas semanas en Iquique, donde un grupo de migrantes fueron agredidos por autodenominados patriotas, quemándoles sus pocos enseres, y carpas donde habitaban, como reflejo de la crisis migratoria en Chile de estos últimos años. ¿A qué se debe a tu juicio?
Considero que en Chile lo que ocurre es una crisis de las políticas migratorias, más que una crisis migratoria. Hay un incremento notorio del ingreso de personas, pero en el caso de acá, dadas las malas políticas migratorias, se vio incrementado el ingreso y se ven los resultados, en el norte concretamente, con el ingreso de personas. Aunque en otros países hay el doble o muchísimos más, como en Colombia o Perú, u otros países de la misma región, esta situación se resuelve sin llegar a los niveles dados en Chile. La política que incrementó Piñera a partir de marzo de 2018 anunciada con discurso xenófobo y racista en todo el período electoral, fue el establecimiento de una política de obstáculos al fenómeno migratorio generando irregularidades. Si a eso se le suma el crecimiento de los grupos migratorios en la región nos encontramos con la situación de hoy, donde hay más rivalidad que nunca, generada tanto por las políticas actuales como por las políticas administrativas “de ordenar” el sistema, que en la práctica no sirvió de nada. La realidad es que se promueve un contexto conservador, y en un escenario electoral que se les ve adverso con respecto a sus posibilidades electorales, están buscando la confusión, generar miedo. El gran problema que generan al país a largo plazo, la cantidad de niños que están en situación informal, y como ha crecido la irregularidad en el país, por lo que le están dejando un peso enorme al Gobierno que viene para regularizarlo. Entonces creo que en Chile es más compleja la crisis de las políticas migratorias que el fenómeno concretamente que pueda generar la movilidad humana.
La realidad en los migrantes hoy es su condición precaria, incluyendo no acceder a trabajos estables, a tener sus papeles al día. Piñera obliga a “regularizar” la migración postergando indefinidamente el acceso a vida digna ¿qué implica esta contradicción con afirmar que “migrar es un derecho”?
Migrar es un derecho humano. Basta ver la historia, ver lo que somos y la historia de la humanidad cómo se ha creado. A nivel de organismos internacionales es absolutamente claro de que migrar es un derecho humano, las personas no dejan sus derechos en sus países de origen, los llevan consigo, la dignidad humana no tiene fronteras, viene con las personas. La base de cualquier régimen democrático dice que todos somos iguales en derechos, hasta en la Constitución de (Augusto) Pinochet. Entonces, negar que migrar es un derecho, negarle a las personas su condición de dignidad, en el fondo es un cuestionamiento a los derechos humanos. Cuando se habla de que no se puede, por ejemplo, garantizar los derechos sociales porque los países no son suficientemente ricos, porque la garantía de derechos tiene un costo. Es un discurso de las políticas neoliberales que hacen que haya un cuestionamiento de los derechos humanos en la práctica, lo que se hace es negarlo. El que quiera que no haya más migración que luche porque en el mundo no haya más desigualdades dentro de los países. Nadie se va a ir de su país si no quiere, porque en general muy poquita gente puede viajar por tratar de conocer países, en general el grueso de la migración tiene una razón económica que se aceleró sobre todo a partir de la incrementación que abrió el liberalismo en los años 70. La migración internacional se triplicó desde los años 70 hasta ahora, es producto justamente de lo que generó el neoliberalismo en los países pobres y que se manifestó en un flujo norte sur o sur norte y después cuando el norte se puso pesado, también ocurrió un flujo interno entre los países en el sur, pero cuando la situación es crítica como ahora en pandemia, ya se está viendo de que se retoma el flujo norte-sur y hay mucha gente que quiere irse a Estados Unidos, entonces no le echemos la culpa a los migrantes, la culpa la tiene el sistema global, el neoliberalismo, la migración es una consecuencia. El mensaje desde la postura conservadora es que hay que generar daños para que las personas no vengan o se vayan, es la misma lógica de castigar la protesta social para que no se haga, en definitiva, hay una forma de abordar los fenómenos sociales que no son atacados de las causas como por ejemplo en el caso concreto, en la migración.
Hasta el Gobierno anterior existía la visa laboral para permitir la formalización de trámites, y se promovía un trato amigable. Con Piñera se retrocede, considerando ya que se preveía una gestión antimigratoria con un Gobierno de derecha ¿Cuál es el impacto de Piñera en materia de políticas migratorias?
La política que incrementó Piñera a partir de marzo de 2018 anunciada con discurso xenófobo y racista en todo el período electoral, fue el establecimiento de una política de obstáculos al fenómeno migratorio generando irregularidades. Si a eso se le suma el crecimiento de los grupos migratorios en la región, nos encontramos con la situación que hay hoy, donde hay más rivalidad que nunca, generada tanto por las políticas actuales como por las políticas administrativas de “ordenar” el sistema, que en la práctica no sirvió de nada. La política de Piñera es la estigmatización de la irregularidad migratoria como un fenómeno que beneficia al empresariado inescrupuloso que se aprovecha de esta situación para fomentar el trabajo precario, callando los derechos humanos de las personas. Por eso es importante que las organizaciones internacionales se preocupen de los trabajadores. Pero también destaco que fue la gente la que lideró la situación, las organizaciones de sociedad civil solidarizando con 400 comidas diarias para asistir a la gente, pagando pasajes para venir acá, abordando en temas judiciales para ir resolviendo temas que se van generando, informando a la gente, pagando hostales, todo autogestionado y por solidaridad. Y eso se hace con el desalojo de Plaza Brasil. Hasta hoy el Estado no ha dicho nada, solo llevar los campamentos de cincuenta efectivos, sin comunicar a la población para qué estaban, ni promover los “programas sociales” que plantearon, que en la práctica son impedimentos lo que más tiene. Lo que ocurrió en Iquique generó condenas súper duras a nivel internacional que hicieron que incluso hasta la clase política que fomentó estas restricciones criticara y provocó estas condiciones que exacerbaron el odio contra la migración, luego tuvieron que decir que no estaban de acuerdo con la violencia que ocurrió, donde valen los hechos más que las palabras.