¿Adiós general?

El retiro de la estatua del general Baquedano y su ritualización es un fruto de un punto de inflexión de reconciliación entre la derecha política y las FFAA.
Francisco Contreras. Bachiller en Ciencias Naturales y Exactas. 19/03/2021. Se nos fue Baquedano de dignidad, entre risas, goce y festejo en RRSS por parte del mundo popular el cual ya se había transformado en un símbolo y maniquí para las expresiones artísticas de quienes perdieron el miedo; dejamos de lado un detalle poco reflexionado y es el del evento propiamente tal y su ritualización, o sea, ¿cuál fue el objetivo de espectacularizar su retiro? ¿Sirvió de algo?
Llevábamos cerca de tres décadas como país desde que se desmilitarizaron las calles y su retorno desde la revuelta popular no ha estado exenta de problemas; como su nulo profesionalismo y capacidad para articularse como una fuerza de orden, su polémico y todavía investigado actuar por las últimas violaciones a los DDHH en el contexto actual, desfalco y corrupción, su creciente rechazo por parte de la población y su desgaste físico, psicológico y moral dentro de las filas, pero paliadas en parte con bonos de servicio para lograr mantener este aparato funcional a las políticas del gobierno de turno.
Luego de su independencia financiera gracias a la dictadura, las FFAA se han afiatado en una zona de confort en la que su relación con la política solo se ve representada por su historia, su tradición conservadora y la “familia militar”; y en ese mismo sentido se cultiva sutilmente una contradicción cultural que a grandes rasgos es entre una cultura neoliberal que reniega de la identidad nacional propia; y el conservadurismo que apela a lo contrario, que es el sostén moral y místico de la institución. A lo largo de este periodo de transición se han visto distintos guiños que corroboraban el -pequeño- giro de las FFAA como lo fue con los comandantes en jefe desde Cheyre en adelante y ya últimamente la icónica frase del general Iturriaga “yo no estoy en guerra con nadie”; ninguneando la abierta declaración de guerra del pdte Piñera hecha antes de esos dichos.
Ahora bien ya ha pasado más de un año del comienzo de la revuelta popular, la derecha ideológica logró identificar esta disyuntiva en donde la izquierda no pudo hacer lectura, y consiguientemente trabajó en ello. El retiro de la estatua del general Baquedano y su ritualización es un fruto de un punto de inflexión de reconciliación entre la derecha política y las FFAA; sus distintos actos de homenaje, ofrendas florales, mítines y discursos in situ y su ritual acto marcial de despedida con honores tuvo por objetivo llenar nuevamente de mística las filas y tapar momentáneamente esa fisura cultural, reconciliando virtualmente a estas dos partes hasta que se vuelva una vez más a presentar la herida; pero que tácticamente al gobierno de turno le sirve para ganar tiempo extra necesario para continuar manteniendo a este aparato explotado de represión.
La pregunta es, ¿De qué sirve esta reflexión? Si uno se da cuenta no es una reflexión extensa y minuciosa, solo apela a un ápice del cual no se ha hablado mucho y se infiere implícitamente la poca capacidad reflexiva por parte de la izquierda para trabajar estos temas para proponer estrategias y elaboración de políticas tanto desde lo institucional como de lo social y popular para lograr el acometido del pueblo.
Años atrás se hablaba de ganarse a las FFAA subiéndoles el sueldo, sin pensar que esa idea sólo haría promoción a alimentar una mera conducta mercenaria; también se ha hablado de democratización sin pensar en que esas palabras solo caen bien en la izquierda pero no es un discurso digerible en una institución marcada por una jerarquización funcional, si quisiéramos hablar de democratización para ello deberíamos elaborar una propuesta y un discurso que apele a una idea de apertura y democracia utilizando un buen el uso del lenguaje que no espante y mantenga la idea de la jerarquización funcional a la que está arraigada en su esencia militar.
Por último, la idea de la disolución, por lo menos de las FFAA. sin contar a las fuerzas de orden, cae en un ideal alejado de la realidad tanto por las condiciones materiales y geopolíticas como también las subjetivas; las FFAA como una fuerza activa y profesional a diferencia de una reserva cumplen un rol disuasivo ante fuerzas extranjeras, por otro lado sirven como reserva activa en caso de necesitar personal de contingencia ante desastres naturales como terremotos e incendios. Cabe mencionar también que una refundación hoy en día se ve inconcebible por la simple idea de la posición de poder en la que se encuentran presentes y por el monopolio de las armas, como también la incapacidad social actualmente de formar un ejército paralelo; si quisiéramos refundar tendría que ser en base a un trabajo sostenido en el tiempo que coapte y cambie a una parte considerable de las filas, con una cultura servicial a los intereses de la sociedad.