El nuevo cambio en el Ministerio de Hacienda
La salida de Briones conduce a otros temas. Uno muy evidente es la debilidad del gobierno. El futuro político de los miembros de su equipo ministerial no está en permanecer en el cargo, de ahí el retiro sucesivo de ministros. En lo económico, de otra parte, la modificación ministerial no expresa ningún proyecto a futuro.
Hugo Fazio. Economista. CENDA. 01/02/2021. Sebastián Piñera debió designar a su tercer ministro de Hacienda al decidir Evópoli por unanimidad que Ignacio Briones fuese su candidato para las primarias presidenciales de Chile Vamos, junto hasta el momento a Joaquín Lavín, Evelyn Matthei, Mario Desbordes y Sebastián Sichel. El primer cambio se produjo con la salida de Felipe Larraín, que había sido su ministro de Hacienda durante toda su primera administración. Tuvo lugar durante el estallido social de 2019, que incluyó entre las demandas se abandonase la reforma tributaria que formaba parte central del programa económico de gobierno, defendido obcecadamente por Larraín y el equipo económico, del cual formaba parte Rodrigo Cerda, su nuevo ministro. Esta salida significó a la vez el abandono total del programa de Gobierno.
Lo reemplazó Ignacio Briones que tuvo la tarea de aprobar una reforma tributaria claramente muy diferente a lo programado, Rodrigo Cerda, poco después de la salida de Larraín, también abandonó el ministerio, en el cual fue coordinador macroeconómico y jefe de asesores en el primer gobierno al cual llegó incorporado por Larraín. En la segunda administración de Piñera, Cerda fue director de presupuestos hasta diciembre de 2019. En el intertanto, desde el 12 de marzo del 2014 al 28 de febrero de 2018, el economista doctorado en Chicago fue director interino de Clapes UC, organismo dirigido por Felipe Larraín. Como muestran estos antecedentes el tercer ministro de Hacienda de Piñera forma parte de su núcleo económico más cercano.
Al asumir Rodrigo Cerda declaró que “la primera prioridad es la reforma de pensiones. Estamos trabajando en eso muy intensamente y esperamos llegar a un acuerdo lo antes posible”. Este objetivo prioritario constituye todo un símbolo en el significado de su gestión y del debilitado gobierno de Piñera. Esta reforma es un intento buscado largamente en la Comisión de Trabajo del Senado para alcanzar un acuerdo entre sectores de la oposición y el Ejecutivo, el cual persigue el objetivo de la mantención del regresivo sistema de las AFP, cuando la exigencia mayoritaria es al contrario demandar no más AFP. Además, el proyecto contempla aumentar los gravámenes a los trabajadores, con el pretexto que ello sería de cargo de las empresas. Desde luego, Rodrigo Cerda además se pronunció inmediatamente, por mantener el criterio sostenido por Ignacio Briones, de impedir un nuevo retiro de 10% del fondo de pensiones, que ha traspasado a enero más de US$34.000 millones desde recursos manejados por grandes intereses económicos a sus dueños, los cotizantes, constituyendo un factor positivo en la actividad económica. La economista jefa del FMI, Gita Gopinath, al dar a conocer las estimaciones del organismo para la economía chilena en 2021, manifestó que la habían mejorado precisamente “debido al efecto positivo de los retiros de los fondos de pensiones” (26/01/21).
La salida de Briones conduce a otros temas. Uno muy evidente es la debilidad del gobierno. El futuro político de los miembros de su equipo ministerial no está en permanecer en el cargo, de ahí el retiro sucesivo de ministros. En lo económico, de otra parte, la modificación ministerial no expresa ningún proyecto a futuro. El programa inicial del gobierno de Piñera nunca se logró abrir paso, el reemplazo de Felipe Larraín se produjo cuando el proyecto de reforma tributaria gubernamental encontraba un amplio rechazo. El acuerdo tributario logrado durante la gestión de Briones lo dejó totalmente de lado. Luego, la pandemia fue planteando una serie de grandes tareas, que se multiplicaron por la magnitud de la crisis económica. Briones poco antes de dejar el ministerio reconoció que frente a agudos problemas sociales actuó tardíamente. Lo cierto es que el primer programa de emergencia no solo fue tardío sino mostró la insuficiencia con que se enfrentó. Basta solo recordar que la primera ayuda fue de escasos $60.000 mensuales, que después incluso se iba disminuyendo en los dos meses siguientes.
En el plano estrictamente político el cambio ministerial se produce porque Evópoli necesita a Briones para enfrentar la coyuntura. Su líder indiscutido hasta ahora, Felipe Kast, que fue candidato en las elecciones presidenciales pasadas, dio un paso al costado. El papel político de Evópoli también se fue desdibujando. El aire renovador que buscó levantar sufrió un duro golpe al llegarse a un acuerdo para las elecciones constituyentes con el Partido Republicano de José Antonio Kast. Sus dirigentes no han dado ninguna explicación de ello más allá de reconocer que se constituyó una lista en lo formal de base política más amplia, moviéndose hacia la extrema derecha. Surge otro elemento a tener presente. Evópoli pasó a ser una fuerza políticamente clave desde fines de 2019 en el equipo ministerial de Piñera al quedar a cargo de las carteras de Interior y Hacienda. Ese papel ya desapareció, lo cual elimina a responsabilidad por la gestión en ese lapso.
El cambio ministerial tuvo lugar cuando las expectativas económicas de la población permanecen por 31 meses consecutivos en zona de pesimismo. Así lo constató el Índice de Perspectivas Económicas de Adimark del mes de enero, al alcanzar 29,5 puntos que desde octubre permanece en un nivel prácticamente similar, cuando se requieren cincuenta para entrar en la zona de visiones optimistas y se trata del indicador de enero más pesimista en los últimos 18 años, desde comienzos de siglo. “Claramente -reflexionó Max Purcell, su gerente general-, hay perspectivas de un mercado laboral que no repunta y que hunden la confianza, pese a que lo usual para el mes de enero es ver mejoras en el estado de ánimo de los consumidores. El shock de adrenalina que impulsó el segundo retiro del 10% de las AFP, cuyo efecto fue notorio en diciembre pasado -añadió-, ahora aparece diluido, sin ser un determinante de importancia en las perspectivas” (29/01/21).
El componente del indicador de enero de mayor descenso fue el de “situación compra de artículos para el hogar”, con una caída de cuatro puntos con relación a diciembre. “Este movimiento da cuenta de que el efecto del segundo retiro del 10% en el bolsillo de los chilenos -insiste Purcell- ya se habría diluido”. La estimación más baja se registró en “situación país” con solo 27,0 puntos, seguido por “situación personal actual (27,7 puntos). El segmento de la población más pesimista es el de menores ingresos, el D y E, con 27,3 puntos, siendo el más alto los 32,4 puntos del C2. El ABC1 anotó 31,8 puntos.
Uno de los compromisos no cumplidos por Briones durante su gestión fue el acordado con miembros de la comisión de Hacienda del Senado, de efectuar propuestas para reducir las exenciones tributarias estimadas por el Servicio de Impuestos Internos en US$9.332 millones. De dicho total, US$6.700 millones se originan en el impuesto a la renta y 2.600 millones en el IVA. Su primer paso consistió en solicitar un estudio sobre el tema a la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) que fue entregado revelando debilidades en la información y haciendo sugerencias en algunas temáticas.
Este documento fue puesto posteriormente a consideración de 18 integrantes, denominada Comisión Tributaria para el Crecimiento y la Equidad, encabezada por el expresidente del Banco Central, Rodrigo Vergara, que además de participar en algunos directorios empresariales forma parte del udista Instituto Libertad y Desarrollo, los cuales hicieron entrega al ministro Cerda a los pocos días de asumir de un informe preliminar que no se pronunció sobre una posible hoja de ruta tributaria ni entregó recomendaciones acerca del sistema tributario en general. “Estas tareas -comunicó la comisión- serán objeto de un segundo informe (…) que se espera finalizar a mediados de este año”. Después se procedería a definir si se traduce en un proyecto de ley, que era el compromiso asumido por Briones. Para Cerda, “es un muy buen informe. Ahora -agregó- tenemos que digerirlo en el ministerio (…) no se descarta nada, pero hoy las urgencias son otras” (31/01/21). En el equipo nominado participó el asesor de Briones en el ministerio, Claudio Agostini.
La comisión puso su atención en los gastos tributarios, los cuales se definen como el monto de ingresos que el Estado deja de percibir al otorgar un tratamiento impositivo diferente al establecido como regla general en la legislación tributaria. El gasto toma la forma de exenciones o deducciones tributarias, diferimientos en las cancelaciones y amortizaciones aceleradas, entre los mecanismos más utilizados. El más relevante en monto anual es el referido a las ganancias del capital. Estudios encabezados por Claudio Agostini en octubre de 2019 los cuantificaron en US$900 millones.
Entre las sugerencias de la Comisión Tributaria, como se esperaba, está la eliminación del mecanismo de la renta presunta y el crédito del impuesto específico al diésel para empresas de transporte e industrias. En cuanto a las ganancias de capital obtenidas en enajenación de bienes raíces recomienda mantener la exención hasta el límite de las 8.000 UF. Y terminar con los beneficios de las viviendas DFL 2, considerando que no están cumpliendo los objetivos para los cuales se crearon. El monto más elevado de gasto tributario en este sector se produce en el crédito especial a la construcción que implicó US$560 millones en el Informe Tributario de 2009. Este ítem les permite deducir el 65% del IVA en la venta de bienes inmuebles cuyo precio no exceda de 2.000 UF, con un tope de hasta 225 UF por vivienda. con el propósito se sostiene de evitar un alza en su precio.
Desde luego, sectores beneficiados por estos gastos tributarios se pronuncian en contra de su modificación, en general argumentando que la eliminación afectaría a pequeños empresarios o a los destinatarios. Por ejemplo, la Sociedad Nacional de Agricultura manifestó que ya se había disminuido bastante la utilización de la renta presunta, planteando que “se debe mantener o que se deje abierta la posibilidad a que las microempresas y agricultura familiar campesina opte por el sistema tributario que les convenga (…)” (25/01/21). Los informes de la SNA establecen la existencia de 80.000 empresas agrícolas contribuyentes, de las cuales un 79% pertenecería a microempresarios. “La eliminación de este sistema -argumentó la SNA- tendría un impacto relevante en la micro y la agricultura familiar campesina”. No haciendo ninguna referencia de aprovechamiento de estos beneficios, como se sabe, por otras empresas de mayor envergadura.
A su turno, la Cámara Chilena de la Construcción, sector que goza de una franquicia tributaria sostiene que de eliminarse perjudicaría a los adquirentes, “El IVA a la construcción o crédito especial -argumentó el organismo empresarial- favorece a los compradores de vivienda, ya que las constructoras lo aplican traspasando este beneficio directamente al precio final de la vivienda, con lo cual los hacen algo más accesibles, en un contexto en que su precio ha aumentado sostenidamente en la última década por las crecientes restricciones a la construcción de proyectos habitacionales”. (25/01/21). La estimación es que el sistema vigente conduce a una exención del 25% del IVA.
El cambio ministerial coincidió con la actualización de las perspectivas económicas mundiales del FMI. El organismo estimó una reducción de la contracción global en 2020 a -3,5%, inferior al -4,2% proyectado en octubre, explicando esta disminución por mejores cifras en algunas regiones durante la segunda mitad del año. Destacando que la recesión tuvo un impacto negativo mayor entre las mujeres, los jóvenes, la población en pobreza, los trabajadores informales y aquellos sectores de la economía donde existe más contacto entre las personas.
La proyección se efectuó considerando que a mediados de 2021 existiría “una amplia disponibilidad de vacunas en economías avanzadas y algunas economías emergentes”, calificándola de una evolución “acelerada” en relación a las expectativas existentes hace algunos meses atrás. De no ser así, manifestó Gita Gopinath, su economista jefe, “es un riesgo a la baja”, estableciendo que “una incertidumbre excepcional rodea la proyección de la línea de base”, Además constató que se está frente a una recuperación económica “incompleta” y “desigual”. Para evitar hechos de este tipo sostuvo “lo primero es asegurarse de que las vacunas, tratamientos y exámenes estén ampliamente disponibles. Sabemos que con las nuevas cepas -agregó- la pandemia no terminará a menos que termine en todas partes. Se necesita -concluyó- mucha más colaboración en ese frente por parte de la comunidad internacional”.
El FMI aumentó su escenario base para 2021 a 5,5%, tres décimas de puntos porcentuales superior a su estimación anterior, con un incremento en el comercio internacional de 8,1%, tras una reducción de 9,6% en 2020. Por tanto, seguiría el intercambio en un nivel inferior al alcanzado en 2019. Para el documento existen tres interrogantes para visualizar a ciencia cierta la actividad del año. La primera, es la magnitud de la recuperación de las restricciones a corto plazo antes de que las vacunas proporcionen una protección eficaz a toda la población. La segunda es como las políticas públicas y la campaña de vacunación inciden en la comunidad. Y la tercera es ¿cómo evolucionarán las condiciones financieras y las cotizaciones de las materias primas? Esto último tiene una gran relevancia en América del Sur.
Para América Latina, el FMI considera que “se necesitará hasta 2022 para que (…) vuelva a los niveles anteriores a la pandemia -afirmó la economista jefa del FMI-, todavía queda un largo camino por recorrer. El principal obstáculo sigue siendo -agregó- que la pandemia es muy importante. El segundo es que había debilidades preexistentes en algunos países, y eso obviamente afecta el crecimiento potencial”. En cuanto a Chile, comentó “hubo una recesión severa. Esperamos un retorno al crecimiento, de hecho, mejoramos nuestra predicción para 2021 debido al efecto positivo de los retiros de fondo de pensiones. Pero existen riesgos a la baja, la pandemia es importante”.
Poco después de conocerse el informe del Fondo, el Departamento de Comercio de EEUU dio a conocer las cifras de la fuerte caída en el producto del país durante el año pasado, -3,5%. Es el peor registro desde 1946, cuando disminuyó en 11,6% y más bajo del experimentado en 2009 durante la Gran Recesión (-2,5%). La fuerte caída de la actividad económica, debido a las decisiones de políticas públicas para enfrentar la pandemia, se registró en el segundo trimestre, alcanzando a un 31,4%, en el primero había descendido un 5%. En el tercer trimestre se recuperó de manera importante debido a las políticas de estímulo fiscales y monetarias, en un 33,4%, permaneciendo en cifras negativas en comparación con el promedio a septiembre de 2019. Pero en el cuarto se desaceleró, aumentó 4% en doce meses.
Ello había sido ya advertido en el comunicado de la reunión de la Reserva Federal efectuada en enero. “El ritmo de recuperación de la actividad económica y el empleo se ha moderado en los últimos meses -señaló-, con la debilidad más concentrada en los sectores más duramente golpeados por la pandemia. El restablecimiento de la economía estadounidense -subrayó la Fed- depende de la covid-19 y de la vacunación” (20/01/21). El nivel del empleo se encontraba todavía con diez millones de personas por debajo de lo existente antes de la pandemia. En la desaceleración de octubre-diciembre un factor importante fue el corte producido en los planes fiscales de emergencia, por la negativa republicana a acordar un incremento en el gasto público como se requería. En ese momento tenía mayoría en el Senado, posición que se modificó en la última elección y particularmente con las dos elecciones en Georgia a comienzos del mes. En 2020 hubo algunos datos muy negativos, entre ellos la reducción de las exportaciones en cifras anualizadas de -13%, el consumo personal en -3,9% y la contracción sufrida en el gasto de administración estatal y local.
¿Qué aconteció en 1946 para que se diese una reducción del PIB tan grande como la señalada? El año anterior había finalizado la Segunda Guerra Mundial produciéndose un shock de oferta al transformarse industrias con fines militares a civil. La producción pasó a ser superior a la demanda solvente, originándose cierre de fábricas, despido de trabajadores, etc. Un escenario del mismo tipo se registró en 1952 al finalizar el conflicto de Corea.
(El Siglo es Soberanía Informativa. Información para el Conocimiento. Por ello es generador de contenidos que contribuyen al análisis, el debate, la profundización temática)