El (pre) cuadro de las y los presidenciables
Para algunos algo adelantando, se continúa dando una configuración con anuncios como el de Joaquín Lavín que apostó de lleno por la carrera hacia La Moneda, donde su primera contrincante es su socia en la UDI, Evelyn Matthei, e informaciones como que Beatriz Sánchez no va por el Frente Amplio, generando un espacio de vacío en el conglomerado, que puede ser momentáneo. Se suma a la incertidumbre (todavía) por la irrupción de Paula Narváez y la baja potencia de aspirantes en la ex Concertación. Una Pamela Jiles de hoy con las grandes dudas de mañana. La competencia enredada en RN con Desbordes y Sichel a la cabeza y las duda sobre decisiones de la ultraderecha. En un escenario donde la candidatura de Daniel Jadue aparece como la mejor posicionada y con nitidez respecto a respaldos.
Hugo Guzmán. Periodista. Santiago. 06/01/2020. No pocos dirigentes políticos y analistas apuntan a que es muy tempranera la carrera por el sillón grande de La Moneda.
Entre los motivos se señala que lo principal hoy es la elección de integrantes de la Convención Constitucional, que el panorama político tendrá una mejor definición después de las elecciones de gobernadores, alcaldes, concejales y convencionales (con el consabido mapeo electoral de las fuerzas políticas) y que la contingencia actual puede no coincidir con la coyuntura más global en los próximos meses.
En esa línea, por ejemplo, se ubica el despunte de la diputada del Partido Humanista (PH), Pamela Jiles, que se ubicó en primeros lugares de algunos sondeos al ser protagonista en la presentación e impulso del proyecto de segundo retiro desde los fondos de las AFP (Administradoras de Fondos de Pensiones) y potenciar su participación mediática. Hoy tiene un porcentaje que la ubica en un buen lugar de encuestas, pero despiertan dudas de si mañana esa situación persistirá.
El (pre) cuadro está muy abierto, con una veintena de candidatas/candidatos del oficialismo/oposición, más unos pocos autocalificados de independientes y algunos personajes totalmente desconocidos que salen en algunos medios diciendo que aspiran a ser Presidente de la República.
Jadue en posición nítida
Terminó el último trimestre del 2020 y el alcalde de Recoleta y dirigente del Partido Comunista (PC), Daniel Jadue, aparece en la posición más nítida, marcando en primer lugar de las fuerzas opositoras en el 80% de los sondeos realizados. Su presencia constante en medios de comunicación a donde es invitado (sobre todo radio y televisión), su dinamismo en redes sociales (RRSS), sus posiciones sobre la realidad política, y su gestión municipal que sigue siendo muy bien evaluada por la ciudadanía (empezando por los recoletanos) y distintos sectores, lo tiene en una posición privilegiada en esta carrera presidencial. Sin duda, será un factor de gravitación enorme en lo que viene, donde aparece encantando a un electorado muy diverso, sobre todo popular, joven y femenino, y como carta ajena a perfiles anticuados o ligados a la política tradicional.
Un elemento que se fue sumando en el último tiempo respecto a Jadue, es que en ámbitos de organizaciones sociales, de izquierda, inclusive del mundo ex concertacionista, fue sumando adherentes que, como lo apuntaron varios comentaristas, supero con mucho el porcentaje electoral del propio PC, destacando como una candidatura de ancha representatividad.
Las cartas UDI están corriendo
Otro alcalde, Joaquín Lavín (Unión Demócrata Independiente, UDI), de Las Condes, apostó de lleno a la competencia presidencial al anunciar que no irá a la reelección como jefe comunal. Lavín está en buenas posiciones en las encuestas y cuenta con un respaldo importante en la derecha, empezando por sectores de su partido, y también en otras áreas del electorado. Dadas las condiciones en que está, es posible que pase del pre cuadro a estar en el cuadro más competitivo que se verá a mediados de año.
En todo caso está la incógnita de qué efecto podrá tener la presencia de Evelyn Matthei, alcaldesa de Providencia, también candidata de la UDI, y que podría ser una competidora complicada de derrotar por Lavín en la interna, ya que cuenta con apoyos en el partido y también en su sector.
Hasta ahora, la UDI aparece con dos cartas que están corriendo y que podrían llegar a un punto avanzado en la competencia. Finalmente, ese partido podrá definir su aspirante presidencial por la vía de una primaria (cada vez la UDI le teme menos a este tipo de mecanismos) o porque Lavín o Matthei se retiren ante una evaluación de escenario; esta posibilidad aparece más real en el caso de la alcaldesa.
Lo claro es que Lavín y Matthei están corriendo, ejemplo elocuente de eso es el anuncio de este día del jefe comunal de Las Condes de que no va a la reelección para dedicarse de lleno a la carrera grande, y de la alcaldesa de Providencia de que está armando equipos y captando apoyos dentro de la UDI.
RN enredada
En Renovación Nacional (RN) la situación parece no solo más competitiva sino más enredada. Empezando porque una de las opciones es Sebastián Sichel, quien no es militante del partido, reivindica como valor “ser independiente” y quienes lo apoyan esgrimen con cierta fuerza el argumento de tener “un candidato ciudadano”, lo que le trae algunas complicaciones a RN, sobre todo si se cumple que un Consejo General de la colectividad será el que defina al candidato (hoy no hay ninguna mujer compitiendo).
Aunque dejó de marcar arriba en las encuestas (desde que asumió como Ministro de Defensa), Mario Desbordes se perfila con las mayores posibilidades en su organización, al parecer con buen respaldo de las bases y niveles regionales. Para muchos es esencial que el presidenciable sea de las propia filas y más si tiene posibilidades. Está en carrera en senador Francisco Chahuan, que aparece con posibilidades disminuidas.
El hecho de que se esté planteando dentro de RN “libertad de acción” para votar por un no militante (Sichel) y que la opción de Desbordes sea vea como parte de las disputadas internas, complejiza el panorama en el partido de derecha y puede que las decisiones no sean todo lo fluidas que ellos quisieran.
Los otros y el caso de la ultraderecha
Evópoli se ve complicado con figuras no instaladas del todo y con un tiempo que se agota. El PRI ya entregó su apoyo a Desbordes.
Lo que pase con el ultraderechista Partido Republicano y la posible candidatura de José Antonio Kast es todavía una incógnita. En la derecha no se descarta que ese personero vaya a la primera vuelta para potenciar a los ultraconservadores, aunque algunos quieren negociar con él (en eso incidirán los acuerdos para las elecciones de abril próximo y las parlamentarias, donde los republicanos reclaman espacios) y permitir que Chile Vamos tenga una sola candidatura.
El respaldo que en estos días Desbordes dio a una alianza con Kast y los republicanos en elección de convencionales, podría abrir una ventana a que finalmente ese sector no vaya solo a la presidencial. También hace semanas hubo gestos desde la UDI hacia Kast y los republicanos. Habría una disposición a acordar para los comicios de abril próximo y con eso, teóricamente, abrir la lleva a que la presidencial sea acordando entre la derecha y la ultraderecha.
Habrá que ver, por cierto, cómo la derecha termina tomando la decisión, aunque todo indica que se jugarán por primarias del sector. Prácticamente no hay análisis que apunte a que la UDI y RN (las fuerzas mayoritarias) vayan separadas a la contienda presidencial.
Un factor, por cierto, que tienen sobre la mesa en la derecha y la ultraderecha, es la baja de respaldo ciudadano al Presidente Sebastián Piñera (que aparece descartado como líder del sector), junto al bajo porcentaje de aprobación del gobierno de Chile Vamos. Es una valla a sortear en la presidencial, donde por ejemplo, Lavín y Matthei aparecen más distanciados de La Moneda que Desbordes o Silches.
Narváez, incertidumbre y los candidatos desperfilados
Cuando irrumpió la opción presidencial de la ex vocera de La Moneda, Paula Narváez, sobre todo por aquella carta con más de mil firmas y el respaldo de la ex presidenta Michelle Bachelet, se remeció el tablero no solo de su colectividad, el Partido Socialista, sino de la ex Concertación (Convergencia Progresista, Democracia Cristiana, Partido Progresista, Ciudadanos), en su conjunto. Simplemente porque apareció una figura que, dentro de los esquemas de análisis electorales, políticos y comunicacionales, se presentaba como “más fresca”, alejada de los perfiles tradicionales de los ex concertacionistas, con capacidad de captar un electorado amplio y potenciando un liderazgo femenino.
En todo caso, hay incertidumbre respecto a Narváez porque, como es natural, no ha estado en los sondeos, no ha estado en la contingencia política (de hecho no se le conocen declaraciones públicas después de ser instalada como posible candidata), no ha estado en los debates/ejes del periodo y son muy recientes los análisis respecto a sus posibilidades.
Lo que sí mostró su irrupción, fue la baja potencia de la mayoría de los aspirantes en la ex Concertación. La simpatía y respaldo casi espontáneo que despertó Paula Narváez, contrastó con los apoyos tenues, tibios, casi formales, a candidaturas como las de Álvaro Elizalde (PS), Carlos Maldonado (PR), Heraldo Muñoz, Francisco Vidal y Jorge Tarud (PPD), y Ximena Rincón y Alberto Undurragada (DC). Por cierto, en un escenario donde todos ellos marcan bajo tres puntos en cualquier encuesta o simplemente no figuran.
Se ha repetido mucho, y parece ser constatado por la evidencia, de que en el campo de los ex concertacionistas, socialdemócratas y liberales hay “una crisis de liderazgo” que se representa claramente en débiles opciones presidenciales, quedando lejos en la historia perfiles como los de Patricio Aylwin, Ricardo Lagos o Michelle Bachelet.
Sorpresivamente Narváez tendría mayor posibilidad de revertir ese factor que figuras como Elizalde, Muñoz, Vidal o Maldonado, y le podría meter un panorama más complicado a Rincón y Undurraga. Pero incertidumbre es la palabra de estos días.
FA en un espacio del vacío
El Frente Amplio está, al menos en esta semana, en un espacio del vacío respecto a la contienda presidencial.
No tiene definida cartas presidenciales que se puedan mencionar como posicionadas, ante la confirmación de que Beatriz Sánchez no va, siendo la mejor ubicada en los sondeos (de este sector); Fernando Atria se excusó de ser candidato; y se están analizando nombres sin nada seguro hasta ahora. En rigor de dato, está corriendo Marcelo Díaz, de UNIR, quien sería el único candidato del Frente Amplio formalizado como tal hasta la fecha.
Para algunos no es menor que dentro del FA existan reflexiones y argumentos que apuntan a que, a final de cuentas, la opción debería ser apoyar a Daniel Jadue, dado el respaldo que ostenta y que representaría la candidatura antineoliberal y anticapitalista, que es la base de sustento del acuerdo político y electoral que tiene hasta hoy el Frente Amplio con Chile Digno, donde están el Partido Comunista, el Frente Regionalista Verde Social y Acción Humanista, entre otros. En entrevistas de prensa y algunos análisis, dirigentes del FA expresaron sus simpatías por, finalmente, respaldar a Jadue.
El tema es que tiene mucha fuerza interna la postura en cuanto a que el FA debe tener candidata o candidato presidencial propio, ponerlo a correr y posicionarlo lo mejor posible, pensando sobre todo en la posibilidad de primarias en la oposición. Como sea, es algo que se debería resolver en las próximas semanas, considerando que esa figura debería aprovechar el contexto de elecciones municipales, gobernadores y convencionales.
Un (pre) cuadro dinamizado pese a que faltan unos siete meses para las definiciones y formalizaciones de candidaturas presidenciales, el cual con seguridad decantará, y donde ciertas decisiones políticas (bajada y subida de candidaturas, apoyos más o menos transversales) y de mecanismos (primarias para definir nombres) incidirá en el dibujo que se arme.
Lo que se podría adelantar teniendo en cuenta la realidad actual de cara a la elección de convencionales, gobernadores y alcaldes, es que podrían llegar con fuerza a una primera vuelta, las/los candidatos de fuerzas antineoliberales, de la ex Concertación y de la derecha.
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