Bárbara Figueroa: “Los trabajadores y trabajadoras debemos estar alerta el 2021”

Presidenta de la CUT planteó vigilancia sobre los temas salario, empleo, proceso constituyente y elección presidencial. “Ello implica no descartar la movilización para presionar por la agenda laboral”, apuntó. En balance del 2020, la dirigenta declaró que “el gobierno no solo fue inflexible, fue por sobretodo irresponsable con el país y tuvo una negligencia inaceptable”. Sostuvo que en este período “se trata de proteger la vida, el trabajo y los salarios/ingresos”. Advirtió que el empleo informal y el autoempleo se extenderán ante la falta de fortalecimiento del empleo formal.

Hugo Guzmán. Periodista. 31/12/2020. En entrevista con ElSiglo.cl, Bárbara Figueroa, presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), abordó el sensible tema de la realidad que se sigue viviendo en el mundo del trabajo, sobre todo en el contexto de la pandemia que continúa, y llamó a las y los trabajadores a estar alerta y prepararse para movilizaciones ante un escenario que no se ve positivo, dijo, por la actitud del gobierno.

Está terminando este 2020 y hay una percepción de que salieron de la agenda temas labores cruciales, como desempleo, la baja de salario, aumento de la informalidad, incertidumbre para las y los trabajadores. ¿Es que se avanzó, estamos igual que al inicio de la pandemia, peor?

El balance en cuanto a la realidad del mundo del trabajo y de la situación en que se encuentran trabajadores y trabajadoras es muy preocupante al cierre de este 2020. Por los datos objetivos de mantención del desempleo y el congelamiento, baja o suspensión de salarios, que genera una sensación de incertidumbre sobre el 2021, sobre si se van a mantener o no los contratos de trabajo, los sueldos, cuál será la situación de la pandemia para retomar las fuentes laborales. Todo esto golpea tanto al sector privado como al sector público. Desde el gobierno se da la señal de que quienes tienen que seguir apretándose el cinturón son los trabajadores y las trabajadoras.

Frente al escenario que plantea, ¿los trabajadores deben estar alertas y movilizados el 2021?

Sí, los trabajadores y trabajadoras debemos estar alerta y vigilantes respecto de lo que ocurra en materia laboral el año 2021, eso implica estar alerta sobre las urgencias: creación de empleo y salarios. Hoy es imperioso que tengamos asegurados ingresos para las familias este 2021 pues lo que ha quedado en evidencia es que una pandemia se vuelve más critica aún cuando los estados y las políticas públicas y económicas no van acompañadas de garantías de ingresos y trabajo para las familias, eso en nuestro país transformó la crisis sanitaria en una crisis social y económica de grandes proporciones. La única forma en que la economía se podrá recuperar más rápido es con un crecimiento guiado por salarios y eso implica debatir el proyecto de ley de impuesto a los súper ricos, instalar una renta básica universal para las familias e informales y proteger de manera efectiva los empleos y salarios.
Y, por otro lado, debemos estar alerta y vigilantes sobre el proceso constituyente y el cumulo de elecciones que se desarrollarán el 2021, ciclo que culmina con la elección presidencial en noviembre y donde será fundamental el deberá programático y que las demandas expresadas al calor del proceso constituyente, sean recogidas en el debate programático presidencial.

Ello implica, por tanto, no descartar la movilización para presionar por la agenda laboral, la urgencia de trabajo e ingresos y por otro lado, alerta y movilizados frente a un proceso constituyente en disputa.

Entendido así, como movimiento sindical estaremos profundamente desafiados este 2021. Más aún, con un debate público donde estas urgencias concretas no están en la agenda de los medios hegemónicos. Más se debate hoy sobre candidaturas y poco sobre proyectos, sobre contenidos y sobre las necesidades e incertidumbres que está viviendo la inmensa mayoría de la población.

En la síntesis de lo ocurrido el 2020, ¿el gobierno fue flexible o mantuvo una cerrazón?

En un escenario donde el mayor flagelo ha sido la falta de trabajo y la incertidumbre frente a lo que vendrá y los ingresos, el gobierno no solo fue inflexible, fue por sobretodo irresponsable con el país y tuvo una negligencia consciente inaceptable. Como CUT el 17 de marzo le presentamos al gobierno el primer plan nacional de emergencia para enfrentar la crisis sanitaria, económica y social. El gobierno no considero nuestras propuestas. Presentamos desde inicio de la pandemia hasta septiembre dos planes nacionales de emergencia y un cumulo de propuestas para la coyuntura que no fueron consideradas, fuimos junto a nuestra fundación FIEL a presentar indicaciones al proyecto de protección de empleo que fueron recogidas por la cámara de diputados pero que se rechazaron en el senado. Es decir, nuestra crítica al gobierno no es caprichosa ni antojadiza, y decir que ha habido negligencia, no es un concepto exagerador. Ha sido brutal el abandono en materia de la pandemia, y lo ha sido tanto más en materia laboral y eso nosotros lo hemos expresado y hemos propuesto fórmulas para impedirlo.

Eso se ha expresado también en dos momentos claves donde el Estado tenía la oportunidad de dar señales claras de protección a los trabajadores, en el proceso de negociación del sector público y la negociación del salario mínimo. Pero lo que vimos fue un gobierno tozudo y defensor de su ideología por sobre cualquier otra consideración.

El costo de la crisis la han pagado los trabajadores y trabajadoras, pero no es porque “naturalmente” debiese ser así producto de la pandemia, ha sido así por decisión de este gobierno, por decisión de la derecha que puso todo su esfuerzo en proteger los ingresos de los grandes empresarios y proteger al gran capital, por sobre la vida y los trabajadores y trabajadoras.

Todo indica que los efectos de la pandemia persistirán. ¿Qué valoración hace de las medidas de cuidado, de protección de los trabajadores, sobre todo de sectores como salud, transporte, servicios?

Se está al debe, eso es a todas luces evidente. Producto del no cierre de fronteras, ya tenemos en nuestro territorio nuevos contagios producto de la cepa identificada en Reino Unido, eso es estresar al máximo, una vez más, al sistema de salud y a los trabajadores y trabajadoras que han sido la primera línea en su combate. Esto nos dice que no estamos ni por lejos en condiciones de decir que podremos controlar la pandemia, la que ni en su primera etapa logramos controlar. Respecto de la protección de los trabajadores, es claro que no podemos pretender seguir viviendo a costa del seguro de cesantía ni mucho menos de los retiros de fondos de pensiones, lo que se requiere es debatir de una buena vez sobre una renta básica universal, tal como se ha señalado por organismos como la CEPAL, ONU, OIT, e impedir despidos, eso lo hemos dicho desde el día uno. Solo garantizando ingresos y salarios y protegiendo de verdad el empleo, cerrando la llave de paso a los despidos, es que podremos sortear en tiempo que viene y no quedar desplomados en materia económica.

Para ello se requieren más recursos y esos deben venir de un impuesto a las grandes fortunas, no basta solo con endeudar al estado si no le cobramos a los que no han puesto un peso en esta crisis.

Aquí se trata de proteger la vida, el trabajo y los salarios/ingresos y esas máximas no deben ser solo las banderas del movimiento sindical, deben ser la tarea de todo Chile y en primer lugar del gobierno. Hoy como los apoyos son cada vez más paupérrimos para el gobierno, es claro que ya “tiraron la toalla” y en la práctica tenemos un gobierno que no gobierna y que solo se ha dedicado en este período a proteger a la clase empresarial, por eso es clave el rol del movimiento social y el propio Parlamento.

¿Cuál es su mirada respecto al empleo informal o auto-empleo como fenómeno que parece extenderse?

Es una tendencia que se profundizará en un escenario donde la protección del empleo formal no existe y donde las urgencias apremian. Si por estar fuera del “mercado laboral” puedo acceder a un IFE de 400 mil pesos, pero en empleo formal no puedo acceder a un salario digno y los reajustes salariales son de 6 mil pesos, es claro que la señal que damos como país es que no nos interesa formalizar a los trabajadores, pues puedo acceder a más ingresos fuera que dentro. Si a ello sumamos un mundo del trabajo absolutamente desregulado, y donde casi todos los países de América latina han visto acrecentado la informalidad, no tenemos cómo romper este círculo vicioso en un escenario tan complejo como el que enfrentamos con la pandemia.

A lo que uno podría apostar, es a que -tras la pandemia o durante el 2021- este tema esté en el centro del debate constitucional y programático pero no solo desde el derecho al trabajo decente, sino por sobre todo discutiendo un nuevo modelo de desarrollo. Aquí lo que tenemos es que el debate estructural no se resolverá solo por definiciones laborales, es clave el debate de modelo de desarrollo y cómo en éste, se coloca el valor del trabajo al centro por sobre el capital, que es lo que privilegia el actual modelo neoliberal.

Debemos entender que el debate del mundo del trabajo y de los trabajadores y trabajadoras no es estanco, es un sujeto que cambia y donde los propios desafíos del presente nos invitan a estar en permanente revisión, por ejemplo, ante fenómenos como el crecimiento exponencial de los Rider u otros, la condición de trabajadores de éstos, que es el debate a nivel mundial. El tema de las fronteras casa/trabajo y mecanismos de desconexión o su efectiva fiscalización; el tema del valor (remuneración) del trabajo doméstico ejercido por un miembro de la familia, etc. Hay muchos temas que hoy son desafiante en materia laboral y las respuestas ante ello deben ser audaces pues de lo contrario, podemos quedarnos cortos.

Estos nuevos desafíos, junto con las deudas de arrastre como ocurre con informalidad, brechas salariales, trabajadores del campo, y muchos más son parte de las tareas que como país debemos enfrentar y ello no se resolverá sin un efectivo debate de modelo de desarrollo, junto con legislaciones acordes a la protección de los derechos de los trabajadores y trabajadoras.

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