Meditaciones y reflexiones existenciales
Os escribo en tiempos de pandemia, aquí estoy en mi buhardilla de poeta, os escribo resistiendo con mi arma de poeta, las palabras, os escribo para romper el silencio de los días.
Norton Robledo. Escritor. 24/12/2020. Os escribo en tiempos de pandemia, aquí estoy en mi buhardilla de poeta, os escribo resistiendo con mi arma de poeta, las palabras, os escribo para romper el silencio de los días, os escribo para acortar la distancia de dos metros, os escribo para llegar, tocarlos y abrazarlos con la palabra. Porque como dice el gran poeta Walt Whitman “Camarada, esto no es un libro; quien toca esto toca a un hombre”.
Os escribo cuando se acerca la Navidad y la Noche de Reyes, llenando de sueños e ilusiones el alma de los niños y los adultos. No hay que olvidar que es el día en que se conmemora el Nacimiento de Jesucristo en Belén. Considerando que en estos tiempos de pandemia, encerrados en los laberintos del tiempo, viviendo días de incertidumbre en los que el Covid-19 va portando la muerte y enfermedad por todos los continentes. Esta Navidad no va a ser como las de antes, porque nada es como antes, el mejor regalo para el mundo es Salud, y el pedido de todos es que pase esta terrible pandemia que ha puesto más aún de manifiesto la terrible desigualdad social, la gran brecha entre ricos y pobres, la gran desigualdad de condiciones y posibilidades entre los continentes, entre los países.
En esta Navidad frente a una pandemia que no tiene fronteras ni banderas, ni de religión ni condición social, nos damos cuenta de lo vulnerable que somos en nuestra condición humana. El pedido a Papá Noel, al Viejito Pascuero, a los Reyes Magos es que atiendan los pedidos de salud para el mundo, de que la pandemia sea vencida. El pedido en esta Navidad debería de ser de Paz en el mundo, que termine con el hambre y que la humanidad viva en armonía con sus semejantes y con la naturaleza, y cuide el ecosistema. Que escuche la voz del Universo porque él habló y no le hicimos caso.
Soy agnóstico, soy comunista desde la leche materna, Marxista y Leninista por convicción y derecho, voy caminando junto a los más sencillos, vengo con el corazón ardiente y el alma templada por el fuego. Por ende y pensando en que antes de la Utopía de Tomás Moro, antes de las ideas del socialismo utópico, antes, mucho antes, las primeras ideas sobre un mundo más justo e igualitario, las ideas de que un mundo mejor es posible están en el cristianismo primitivo. Por eso Jesucristo, sus enseñanzas, ideas y principios deberían de ser el principal invitado en las reuniones y cenas de Navidad. Ese sería el mejor regalo en esta Navidad en la que para muchos por primera vez no estarán en la cena de Navidad toda la familia, ya sea por las restricciones sanitaras o porque sus almas se fueron a otros mundos esterales.
A mi familia, a todos mis amigos, hermanos, compas, a los lectores que han leído mis trabajos literarios. A los que hoy me leen por primera vez.
Un abrazo de Luz. Un sincero deseo de Feliz Navidad.