“La Constitución tiene que ser una base poética para construir una nueva sociedad”
En entrevista, Jorge Coulon, fundador de Inti-Illimani, valoró para la cultura la opción de una nueva Constitución y afirmó que “no sé cuál es la concepción de cultura que tiene este gobierno”.
Daniela Pizarro A. Periodista. 17/11/2020. Jorge Coulon Larrañaga es uno de los fundadores de una de las agrupaciones más reconocidas a nivel internacional y de las más relevantes y longevas de la música chilena. Con Inti-Illimani suma decenas de discos y reconocimientos de diferentes rincones del mundo. Su larga trayectoria también muestra su dimensión política con varias candidaturas municipales y parlamentarias en la región de Valparaíso de la mano del Partido Comunista. Además, fue director del Parque Cultural de Valparaíso y director del Centro Cultural de La Florida. En la actualidad Coulon es una posible carta para la Convención Constitucional.
En entrevista con El Siglo el músico habló de los aspectos y de la posibilidad que supone el proceso constituyente para el país. Asimismo, criticó la gestión en materia de cultura que hasta el minuto muestra el gobierno de Sebastián Piñera.
Nuevamente el presupuesto para Cultura fue rebajado y la ministra lo justificó por los gastos de la pandemia. ¿Cuál es el impacto que genera esta política?
Esta medida demuestra la incomprensión profunda que tiene de la importancia del trabajo cultural el Ministerio de las Culturas. No sé cuál es la concepción de cultura que tiene este gobierno, quizás para ellos la cultura es algo que tiene que ver con el entretenimiento ligado en el mejor de los casos a las artes, siendo que la cultura es mucho más que las artes. Si existiera una mínima política cultural entenderían que frente a una situación como la que hemos vivido como es una pandemia o emergencia sanitaria, un pueblo culto habría significado un ahorro enorme de recursos y una disciplina social mucho mayor a la que vimos. No hay atisbos de políticas culturales y como hemos visto durante los últimos años el gobierno improvisa e improvisa.
Muchos alzaron la voz para pedir la renuncia de la ministra. ¿Comparte esa medida?
Es una reacción lógica, pero creo que frente a un desastre tan generalizado en todos los frentes del gobierno, sería sólo una medida sin mucha solución. Ningún ministro o ministra puede enfrentar un cargo tan importante sin una política atrás al respecto. Comparto la petición, pero no estoy seguro de que eso solucione algo.
¿Cómo ve la actuación del gobierno en el área de la Cultura, donde lo más recordado termina siendo el paso de Mauricio Rojas como el ministro más breve?
La postura del gobierno desde el comienzo fue de una arrogancia extraordinaria siempre con un afán refundacional, que a la luz de los acontecimientos y del pésimo desempeño que han tenido parece muy lejano. Pero no olvidemos que se designó a este personaje llamado Mauricio “El breve” casi como una provocación a la cultura nacional, porque ellos entienden que la cultura nacional es la cultura de la izquierda. Pero no es así, porque la cultura es un sedimento que va quedando de las distintas políticas, acciones e interacciones culturales de una sociedad, entonces, esa paranoia que tienen de la hegemonía cultural de la izquierda los llevó en este afán refundacional a poner un ministro como Rojas, como una provocación, que fue lo que gatilló la reacción del mundo de la cultura y la salida de ese ministro en cinco días. Es claro que no hay una política cultural y que la derecha entiende este Ministerio y a la cultura en general, como un campo de batalla donde tratan de derrotar políticamente las posiciones culturales que no son las de ellos. En ese sentido siempre han malinterpretado a (Antonio) Gramsci porque hay que entender que la cultura no es la política contingente sino que es la huella que va dejando la política y la acción social de los seres humanos. En ese marco de alguna manera la cultura tiene que ver con la identidad de los pueblos, por lo tanto la identidad de Chile no la van a cambiar haciendo de la cultura un campo de batallas contingentes.
¿Cree que el futuro cambio constitucional puede ser la oportunidad para de una vez darle a las culturas y las artes un papel relevante?
Es una gran oportunidad. Ahora las acciones políticas no se desarrollan en un campo perfecto sino que se desarrollan en un campo y en un medio que está condicionado por las fuerzas políticas, culturales y filosóficas que componen una sociedad, lo que siempre es complejo, entonces, creo que la aspiración máxima que debemos tener es llegar a una Constitución que establezca los mínimos necesarios y que no sea una jaula que nos impida desarrollarnos como sociedad. En el campo cultural estamos discutiendo muchísimo y viendo cuáles son las aspiraciones que el mundo de la cultura tiene, pero además, cuáles son las que tiene la sociedad respecto a la cultura para que queden plasmadas con rango constitucional. Ahora las acciones políticas tienen que salir de la práctica política. A partir de la Constitución debemos construir una sociedad que tenga una concepción totalmente distinta a la que tiene la Constitución del ochenta, donde la única preocupación de la dictadura fue dejar amarrado su sistema neoliberal. La Constitución tiene que ser una base poética, hermosa, compartida por todos, para construir sobre ella una nueva sociedad.
¿Qué debiera establecer la Constitución como principio en esta materia?
Tienen que quedar establecidas bases que tengan que ver con la libertad de creación, la libertad de conciencia, con la nula relación del Estado con la religión, el tema comunidad tiene que estar, porque si bien el individuo debe ser protegido también lo deben ser las comunidades, tanto sus derechos como sus posibilidades de defenderse y organizarse.
¿Cómo se están organizando desde el mundo de los trabajadores de las culturas y las artes para enfrentar estos temas (recorte presupuesto/constituyente)?
Somos un gremio bastante reactivo. Cuando hay que reaccionar como pasó con el anterior ministro, la unidad es alta y la capacidad de movilización es importante, pero no somos muy orgánicos en nuestro trabajo y creo que eso no solo es responsabilidad de los trabajadores de la cultura sino que también de la falta de organización que se ha construido en el país en los últimos 47 años, con una especial destrucción de esa capacidad organizativa en los últimos 30 años, y en eso no somos la excepción. Sin embargo, tenemos constante diálogo y por ello nos estamos movilizando ahora con esto de la rebaja presupuestaria. También he visto que mis colegas tienen mucho interés de participar en el proceso constituyente, tanto como candidatos y también para crear equipos de trabajo. Tenemos que corregir esta incapacidad de organización y ojalá que todos los sectores que están al debe también puedan hacerlo.