¿La primera trenza de una cuerda al poder constituyente originario?

Si la Convención Constitucional no toca el problema del monopolio  de la fuerza, lo que ocurriría es que se dilatará la crisis.

Vicente Painel Seguel. Profesor e investigador mapuche. 05/11/2020. Chile nunca ha tenido una Asamblea Constituyente, tampoco la tendrá en lo inmediato. En efecto, la Convención Constitucional no es una Asamblea Constituyente, parte limitada de inicio con los dos tercios…La democracia chilena, conservadora en su avatar, nunca ha residido en una situación original de pluralismo y equidades fundantes del Estado de Derecho: “las reglas del juego”. Lo que dan cuenta las constituciones anteriores, es de un ethos concesionario, en que la elite auto ungida castellano-vasca, u honorable, concede distintos tipos de derechos a la plebe, la baja plebe y los proletarii, y hoy quizás a las nacionalidades indígenas, siempre vistas como bárbaras. El Estado de Chile es colonial y posee impronta romana, desde que el conquistador creyó ver el águila bicéfala al fundar la Imperial, luego de arrancar desde el cimiento los Kurarehue; hasta el pugilato entre Jaime Guzmán y Jorge Ovalle en la Comisión Ortúzar.

Ovalle alegaba que Chile es una Democracia Representativa, Guzmán defiende que Chile es una República Democrática; Ovalle define que en la Democracia Representativa los elegidos deben representar a sus electores, Guzmán responde que en una República Democrática los elegidos se definen por su deber de procurar el bien común, ¿Quien define Bien común? interpela Ovalle…Acto seguido, Ovalle es expulsado, más el mérito del letrado es que logra develar el carácter teísta oligárquico: la República Romana del Senado -senil- aparece en nitidez, no es raro que Pinochet, sin sentido del ridículo, apareciera con capa de emperador…

El tema es que, por la reducción de la presencia del Estado, al convertirlo en subsidiario, las exigencias transnacionales a las franjas transnacionalizadas de la oligarquía; el descontento del pueblo endeudado con el mal gobierno, y la emergencia de las nacionalidades indígenas…la oligarquía concedió discutir la formulación de derechos con el resto de la sociedad, eso es lo nuevo.

El origen de la sociedad es el monopolio de la fuerza, de este axioma se realiza la expropiación de unos sobre otros y de todos sobre sí mismos -Impuestos Internos-, del monopolio de la fuerza emana la fuerza de ley, o sea, la ley se cumple porque tiene el recurso para hacerse cumplir. Si la Convención Constitucional logra democratizar socialmente la fuente de la verticalidad de  mando de las FFAA, la Convención Constitucional podrá ser origen a una larga estabilidad en que los conflictos tendrán a procesarse sistémicamente; habrá ocurrido un nuevo pacto social, o una dilatada tregua social en clave dialéctica. Eso sucederá porque con escalafón único, o formula en que de todas las clases sociales o etnia puedan alcanzar el rango de oficiales, cobrará columna vertebral el Estado, ya no en términos censitarios o racistas como la actualidad, en tanto inhibición o disuasión en el modelo presente propio del peso de la noche; en rigor a apropósito de las veces en que esta estructura se ha intentado imponer por moral, se terminó con dos generales asesinados, Schneider y Prats. Si no, será refundada una nueva columna vertebral, como el que parió la República: el Ejercito de los Andes de oficiales mujeres, indígenas y afrodescendientes, además de oficiales mestizos populares.

No obstante, si la Convención Constitucional no toca el problema del monopolio  de la fuerza, a saber, solo corrige el sistema de pensiones, o educación  por ejemplo, lo que ocurriría es que se dilatará la crisis: la oligarquía seguirá invocando para sí el monopolio de la fuerza, el pueblo seguirá con sus pliegos incumplidos, y se llegará a la dualidad de poder, la que precipita o en una Asamblea Constituyente Originaria, o, por carencia de decisión, guerra civil y tiranía.

La distancia entre la introducción y la conclusión en los ensayos es de 70 por ciento; en términos simplistas y reduccionistas, si la Convención dura 3 años y no toca el problema del monopolio de la fuerza, la transición entre  Convención y Estado de Asamblea durará de 10 a 12 años. Más si la Convención Constitucional se atreve a des-racia-lizar las Escuelas de oficiales y eliminar su carácter privado, es posible que la nueva Constitución dure siglos, como la Constitución de Estados Unidos que “nunca” ha cambiado…