Derecha y plebiscito: Terrorismo mediático y acciones violentas

Agresiones a ciudadanos por el Apruebo. Inhibir ir a votar. La fórmula del miedo y la amenaza.

Gonzalo Magueda. Periodista. 27/09/2020. Se están repitiendo agresiones de grupos de derecha hacia ciudadanos que promueven el Apruebo nueva Constitución. Persisten señales de que las Fuerzas Armadas y Carabineros están defendiendo la opción del Rechazo, tomando un posicionamiento político. Hay una campaña mediática en cuanto a que no es conveniente ir a votar el 25 de octubre porque no habrá medidas sanitarias. Se vuelve a pretender vincular el planteamiento de transformación con el caos y situaciones de violencia.

Hay un formato comunicacional y discursivo repetitivo y coincidente en el mundo conservador para salir al paso a proyectos de profundo cambio en la sociedad chilena; eso viene desarrollándose desde la oposición al programa del gobierno de Salvador Allende, en la defensa del proyecto autoritario y neoliberal de la dictadura cívico-militar y en la campaña por el Sí a la continuidad de ese régimen, en el rechazo a reformas e iniciativas transformadoras en las últimas décadas y ahora, especialmente, en la cruzada para deslegitimar el plebiscito, torpedear la opción de nueva Constitución, acotar o abortar el rol del órgano que redactaría el nuevo texto constitucional y generar toda suerte de subterfugios para hacer fracasar o militar severamente el proceso constituyente.

Eso incluye acciones violentas y de corte fascista, como la realizada por grupos ultraderechistas en la comuna de San Miguel en contra de manifestantes por el Apruebo, donde de acuerdo a denuncias de varias colectividades políticas, se usaron pistolas de aire comprimido, palos, tubos de acero y otros elementos contundentes. Eso se suma a agresiones con golpes, palos y gas pimienta de partidarios del Rechazo y miembros de la derecha y grupos ultraderechistas en movilizaciones que han realizado o acciones de piquetes, en contra de personas que no están de acuerdo con ellos o transeúntes. Eso incluye el salir a la calle con escudos, símbolos fascistas y neo nazis, bastones, envases con gas pimienta, cascos, protectores de brazos y piernas, en un estilo conocido de expresiones fascistas e intolerantes.

Se sigue denunciando que en esas acciones y manifestaciones, los grupos ultraderechistas y que están por el Rechazo, cuentan con el apoyo, protección o “vista gorda” de parte de Carabineros y específicamente de funcionarios de Fuerzas Especiales. Son claras las imágenes donde, por ejemplo, aparecen escoltando una marcha por el Rechazo, donde inclusive se violaban las normas sanitarias.

En estos días surgieron extendidas críticas al uso de los logotipos o símbolos de las Fuerzas Armadas, Carabineros y Policía de Investigaciones en la franja del Rechazo, usado por quienes produjeron el material televisivo y por personal militar y policial en retiro.

Acompaña todo el terrorismo mediático apuntando a que será inseguro ir a votar el 25 de octubre, a que si vota menos del 50% el plebiscito estará deslegitimado, a que en el proceso constituyente (órgano soberano de por medio) no se puede alterar el acuerdo de un grupo de partidos políticos adoptado sin participación social ni ciudadana, a que un cambio constitucional significará desorden, caos, inestabilidad, hambre y desprotección.

Dentro de aquello, una táctica comunicacional repetida y que tuvo reciente uso en la elección presidencial pasada (subestimada por algunos), de meter temas externos como el de Venezuela en el escenario nacional, llegando a hablarse de “Chilezuela” o que aprobar una nueva Carta Magna es apuntar a una situación supuestamente negativa que ocurriría en algunas naciones latinoamericanas.

Se evidencian situaciones que potencian este diseño de la derecha, como el corroborado por el Consejo Nacional de Televisión (CNTV) en cuanto a que en programas televisivos, sobre todo en horario matinal, tienen mayor y mejor cobertura personeros de derecha, sin contar el perfil conservador de muchas y muchos de los conductores de esos programas. Ese desequilibrio también se produce en programas “políticos” de la televisión, de muchas radioemisoras y de medios impreso donde, por lo demás, personeros del conservadurismo y opuesto a una nueva Constitución, aparecen como “expertos” o “especialistas” sin transparentar realmente su condición ideológica y política.