¿QUIÉN FORMA LA OPINIÓN PÚBLICA?

Por Carolina Farías.

Cuando se conoció la noticia de la muerte de Camilo Catrillanca, asesinado por el comando Jungla de Carabineros, las primeras versiones que circularon en diversos medios de comunicación señalaron que Catrillanca era uno de los “delincuentes” que habría participado del robo de tres vehículos a un grupo de profesoras de Ercilla. Así, la prensa iba narrando la versión “oficial” del Gobierno y Carabineros, del supuesto enfrentamiento que se vivió el 14 de noviembre de 2018 en la comunidad de Temocuicui.

En este marco, no era extraño oír en lo cotidiano, frases como “no era de los trigos muy limpios el mapuche ese”, “terroristas, mapuches, comunistas colombianos”, así -medio en broma medio en serio- se manifestaban las redes sociales.

Lo sucedido luego fue aún peor, una seguidilla de mentiras, manipulación, y ocultamiento de información, por parte de Carabineros en torno al homicidio del comunero mapuche. Tales inconsistencias obligaron al gobierno a admitir que se “equivocaron” pues “frente a hechos como éste hay que ser mucho más rigurosos (…) cometimos un error porque le creímos a carabineros mentirosos, porque esa es la verdad, pero dándonos cuenta se tomaron las acciones del caso”.

Las críticas tanto al Gobierno como a los medios de comunicación, sobre cómo se manipula la información sobre la violencia y represión hacia el pueblo mapuche en la Araucanía, no se hicieron esperar. Ejemplo de esto, son los dichos de la directora ejecutiva del Observatorio de Medios Fucatel manifestó “Hay un sesgo en la cobertura de los medios sobre el caso Catrillanca. Hubo un sesgo al aceptar las versiones del Gobierno y ese sesgo ha seguido exactamente la evolución de la actitud del Gobierno. No hubo, por parte de la prensa, una señal de alerta desde el principio. Durante no sé cuántos días nos hicieron aceptar una versión de los hechos que era falsa”.

Otra expresión de esta manipulación mediática, fue lo acontecido en torno a las marchas feministas que se gestaron en todo el país por la conmemoración del Día Internacional de la Mujer. Durante el noticiero de la tarde de Mega, se difundieron imágenes que mostraban cómo Carabineros irrumpía en “actos violentos” ocurridos en la Plaza Sotomayor de Valparaíso, mientras que usuarios y telespectadores que se encontraban a esa hora en la plaza del puerto, desmentían la “noticia” por redes sociales mostrando al país que en ese lugar no había manifestaciones ni acciones de efectivos policiales.

“Durante los incidentes de la marcha de hoy en Valparaíso, en el noticiero de las 13:00 hrs se emitieron imágenes que correspondían a otra manifestación ocurrida en diciembre. El departamento de prensa lamenta la confusión y reitera su compromiso con una cobertura veraz”. De esta forma, “Ahora Noticias” de Megavisión -perteneciente al grupo económico Bethia (familia Heller Solari)- pide disculpas al país luego de MENTIR sobre lo ocurrido durante la masiva marcha feminista del 8 de marzo.

Frente a esto, nos preguntamos ¿En manos de quién están los medios de comunicación en Chile? ¿Quién determina qué vemos, leemos, y con qué nos distraemos? ¿Cuánto poder tienen los medios de comunicación en la instalación de una “realidad”?

Decir que los medios de comunicación juegan un rol político e ideológico en la sociedad, no es ninguna novedad. Noam Chomsky, por ejemplo, plantea las nuevas estrategias que se utilizan para gobernar los estados democráticos del mundo. Aquí establece que a través de la manipulación de medios, se puede convertir a quien se desee en un enemigo público. Es decir, que la capacidad de tener el control total de la información que fluye en un país, es proporcional a la habilidad que tendrán para manipular a la población.

Si ahondamos un poco en nuestra historia reciente , al poco tiempo del golpe de estado y del comienzo de la dictadura de Augusto Pinochet, se creó la DINACO (División de Comunicación Social) entidad que tenía como objetivo visar y censurar los contenidos generados por todo medio, audiovisual o escrito, autorizado para transmitir o circular en el país. Además, extendía su función revisora a las obras culturales, siendo encargado de las comunicaciones oficiales de la dictadura militar, entregando a los medios la «versión oficial» de los hechos.

De esta forma, el régimen instaló sus dispositivos para el control de los medios, abriendo las puertas a la existencia de una sola prensa, servil a la hegemonía dominante de la Derecha.

Actualmente en nuestro país, y de acuerdo a un informe realizado por el experto Luis Adolfo Breull para el Consejo Nacional de Televisión (CNTV) de 2015, señala que en el mercado de las publicaciones impresas se mantiene el virtual duopolio de los grupos El Mercurio y Copesa (La Tercera). Entre ambos concentran el 80% de la lectoría y el 83% de la inversión publicitaria.

El grupo El Mercurio es liderado por Agustín Edwards Eastman, y el Grupo Copesa (Consorcio Periodístico de Chile S.A.), está bajo el mando de Álvaro Saieh Bendeck. Ambos grupos, también tienen intereses directos en la propiedad de empresas vinculadas con inversiones en mercados inmobiliario, financiero, alimentos, agrícola y agroindustrial, de distribución, servicio al cliente y editorial.

Mientras tanto, en televisión abierta dominan el 91% de la audiencia total, y el 87% de la pauta publicitaria los grupos de las familias Luksic (Canal 13) y Heller Solari (Mega), respectivamente, así como el grupo empresarial norteamericano Time Warner, con Chilevisión. Siendo los principales grupos de prensa chilena, parte de grandes consorcios empresariales.

A la luz de estos antecedentes, podemos señalar que nuestro país se encuentra bajo la ideología comunicacional de derecha desde la dictadura, pasando por los gobiernos de la concertación y NM. Los cuales, no hicieron mucho por superar y recuperar el pluralismo de las comunicaciones. Siendo urgente levantar e instalar en el debate público, la necesidad de contar con una Nueva Ley de Medios de Comunicación que garantice la democracia, la libertad de expresión, el pluralismo informativo y la transparencia de sus medios. De lo contrario, seguirá la derecha y sus grupos económicos empresariales, manipulando la realidad y la opinión pública en todas sus formas.

Deja una respuesta