Juez Juan Guzmán Tapia: ¡Cuánto te debemos!

Doy por ganado todo lo perdido

Y por ya recibido lo esperado

Y por vivido todo lo soñado

                                                                                                           Y por soñado todo lo vivido. ([1])

Miguel Lawner. Arquitecto. 24/01/2021. Ayer falleció el juez insobornable: Juan Guzmán Tapia. Nadie en Chile, durante los años de la hipócrita transición, tiene más derecho que él para dar por ganado todo lo perdido, tal como lo escribió su padre, el poeta Juan Guzmán Cruchaga.

El año 1998, fue designado Ministro para investigar las querellas entabladas por el PC contra los crímenes cometidos por Pinochet, meses antes que este fuera arrestado en Londres tras las querellas entabladas por el Juez español Baltasar Garzón.

El arresto de Pinochet, se prolongó por 503 días, y durante ese período, el gobierno de Frei Ruiz Tagle con su canciller José Miguel Insulza, hicieron lo imposible por evitar el enjuiciamiento en Londres del dictador, invocando su delicado estado de salud.

Lo lograron, y en marzo del 2000, el dictador aterrizó en Chile, generando una escena que provocó ira y estupor en todo el mundo. Salió del avión sentado en silla de ruedas. Se puso inmediatamente de pie, blandió un bastón como señal de victoria y caminó sonriente al encuentro de sus partidarios.

Fue un acto provocador. Una bofetada contra los familiares de miles de personas detenidas y desaparecidas en Chile. Contra quienes sufrimos detenciones arbitrarias, las torturas más aberrantes y el destierro.  En definitiva, una burla para toda persona con un mínimo de rectitud.

El juez Guzmán Tapia reabrió el caso contra Pinochet en 2001 y lo encausó como autor de 57 homicidios y 18 secuestros ocurridos bajo su mandato, durante el criminal recorrido de la Caravana de la Muerte. Posteriormente llevó adelante más de un centenar de querellas contra el dictador, a quién interrogó personalmente en dos oportunidades. Entre otros delitos, lo acusó como instigador de la siniestra Operación Cóndor.

Todo esto ocurrió durante el mandato del presidente Ricardo Lagos.  Las presiones de los poderes fácticos, en especial de la Corte Suprema que se las arregló para sancionarlo en varias oportunidades, forzaron su retiro a comienzos de 2005. Sabía que jamás sería nombrado juez del máximo tribunal de la República. No le perdonaron haber dejado al descubierto los crímenes del dictador.

No se amilanó y ese mismo año publicó sus memorias tituladas En el Borde del Mundo, donde detalla varios episodios sobre las querellas levantadas contra el dictador y da a conocer las presiones ejercidas para sobreseerlo.

Francisco Vidal, por entonces, el Jefe de Gabinete del Presidente Lagos, criticó al juez Guzmán Tapia, por incluirlo “en el circuito que no ha permitido lograr verdad y justicia respecto de las violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura militar”.

Vidal afirmó en el programa de televisión Entre Nueve y Una, que es “una cosa absolutamente infundada” que el retirado magistrado vincule al Presidente con presiones para no juzgar las violaciones a los DD.HH. Específicamente, el ministro afirmó que, en el caso del ex dictador “ya ha habido varios desafueros, hay proceso y está el debate si está sano mentalmente o no sano mentalmente”.([2])

Que tal, después del show a su llegada de Londres y de varias entrevistas públicas concedidas por el dictador, el Ministro Vidal se permitía suponer que aún estaba en duda el estado mental de Pinochet.

En estos días, una vez más precandidato a la Presidencia de la República, Vidal acaba de disculparse públicamente por las consecuencias del CAE y del Transantiago, dos políticas públicas nefastas impulsadas durante el mandato de Ricardo Lagos.

Omitió disculparse por algo bastante más grave a mi juicio: los obstáculos que pusieron a las investigaciones del juez Guzmán Tapia, poniendo al descubierto los crímenes y violaciones a los Derechos Humanos cometidos por Pinochet.

¡Que notable premonición de su padre! El juez incorruptible, Juan Guzmán Tapia, nunca dio por ganado todo lo perdido, y la inmensa mayoría de los chilenos le agradeceremos para siempre, el servicio prestado a la verdad histórica, poniendo en su lugar a Pinochet, a pesar de los obstáculos puestos por los poderes fácticos que gobiernan este país desde el 11 de septiembre de 1973.

[1] Verso de un poema escrito por Juan Guzmán Cruchaga, padre del Juez Juan Guzmán Tapia.
[2] Martes, 6 de septiembre de 2005 a las 11:35hrs. Cooperativa.cl
“El jefe de Gabinete afirmó Entre Nueve y Una que es «una cosa absolutamente infundada» que el retirado magistrado vincule al Presidente con presiones para no juzgar las violaciones a los DD.HH.”