La Universidad Católica de Chile y la formación de la oficialidad del Ejército

Preocupa que en esas aulas castrenses se intente influir a los jóvenes cadetes con visiones enmarcadas en la doctrina neoliberal como modelo de desarrollo económico y social o, vinculadas a un orden constitucional restrictivo de los derechos económico, sociales y políticos, acorde con la actual constitución política de los 80’.

Pedro Aravena Rivera. Abogado. Santiago. 08/01/2021. En su edición del domingo 3 de este mes, El Mercurio informa que la Universidad Católica de Chile se ha adjudicado la formación de los futuros oficiales del Ejército, a partir del año 2021 hasta el año 2026.

No se pone en duda la calidad y excelencia de los académicos de esa pontificia Universidad. La cuestión es otra, las interrogantes surgen respecto de los contenidos que tendrán los programas de docencia de las distintas unidades de esa institución de estudios superiores, ya que son sobradamente conocidas las cercanías de muchos de sus docentes con las ideas que oficialmente imperaron durante la dictadura cívico militar.

A partir de ello, preocupa que en esas aulas castrenses se intente influir a los jóvenes cadetes con visiones enmarcadas en la doctrina neoliberal como modelo de desarrollo económico y social o, vinculadas a un orden constitucional restrictivo de los derechos económico, sociales y políticos, acorde con la actual constitución política de los 80’.

No es antojadizo pensar en esa posibilidad, por ejemplo, en esas aulas la Escuela de Chicago es tenida como uno de los más altos centro del pensamiento económico y en donde el profesor Milton Friedman es venerado casi religiosamente. Por otra parte, las visiones jurídicas que inspiraron a los autores de la Constitución pinochetista son tenidas como verdades absolutas e incuestionables en su escuela de derecho.

Las Fuerzas Armadas, sus instituciones e integrantes no pueden ser monopolio de ninguna elite, clase o sector social, político o filosófico, como ocurriera en dictadura y durante gran parte de la mal llamada transición, situación que está en el origen de la actual crisis que enfrenta el país. El daño que se ha provocado a la credibilidad y legitimidad de las instituciones militares, al subordinarlas a la doctrina de seguridad nacional, y su guerra de baja intensidad, junto con la defensa de un régimen de capitalismo salvaje, ha escindido la sociedad chilena de manera brutal, al punto que una parte de su oficialidad sigue viendo a su propio pueblo como un adversario a derrotar.

Posgrado en el Ejército: consolidar una sobre ideologización

Lamentablemente, hay más. Todo el posgrado que se ofrece actualmente a la oficialidad del Ejército, se orienta a consolidar una sobre ideologización, producto de las relaciones de dependencia existente entre el Ejército y el Pentágono, la que viene desde a mediados del siglo pasado, a lo menos, con el Pacto de Ayuda Militar de 1952 y una de cuyas expresiones más nefasta  es la Escuela de Las Américas,  a donde entre 2012 y 2016 se enviaron más de mil oficiales no a estudiar el derecho humanitario internacional, precisamente . Cabe recordar que en esos siniestros cuarteles se formaron los más crueles asesinos y torturadores que actuaron impune y cobardemente durante la dictadura.

Es una necesidad de sanidad institucional, para la reconstrucción democrática del país, que se ponga término a esa relación con el ejército norteamericano, que practica abiertamente la tortura con los prisioneros de guerra, que no se somete al Tribunal Penal Internacional en materia de violaciones a los derechos humanos, que actualmente invade países soberanos y ataca a la población civil y que ocupa una porción del territorio cubano contra la voluntad de su pueblo, entre otras tantas atrocidades.

Hoy, nuestro país se encuentra inmerso en la creación de un nuevo orden constitucional que permita su efectiva democratización política, social, económica y cultural, de allí la relevancia de que la formación de quienes son parte de las Fuerzas Armadas sea sobre la base de una concepción de cabal respeto a soberanía popular y a los derechos humanos, económicos y sociales de todos sus habitantes, condición que se afecta cuando se adjudica excluyentemente la docencia de su principal institución formadora de sus oficiales a una institución universitaria con marcados sesgos ideológicos.