La hazaña de Cuba

Y, ¿cuál fue el “pecado” de Cuba? Fue decirle ¡No! al amo, ¡No! al imperio y construir su propia senda.

Carlos Poblete Ávila. Profesor de Estado. 04/01/2021. Por estos iniciales días del nuevo año 2021, diversas personas, organizaciones sociales, políticas, culturales y pueblos del mundo saludan a Cuba.

Han transcurrido 62 años, ¡nada menos! de un suceso inédito acaecido en nuestra América Latina y el Caribe y que cambió la noción de la historia. Ese acontecimiento estremeció el aire y la Tierra de la Mayor de las Antillas y también de otras latitudes planetarias. Los revolucionarios que batallaron algunos años en la Sierra Maestra de ese país, que perdieron a innumerables combatientes, que no claudicaron jamás ante el sanguinario régimen del dictador Fulgencio Batista, el Primero de Enero de 1959, ingresaban victoriosos en Ciudad de La Habana.

Fidel, el Che, Raúl, Camilo y otros miles de audaces luchadores eran, fueron y son así reconocidos por la historia como los gestores del  inicio de una hazaña. La Revolución se abría paso, los millones de patriotas cubanos saludaban en los días posteriores ese ingreso a la Ciudad y a la Historia continental y del mundo. Esos patriotas, esos héroes demostraban que los pueblos unidos, con claridad de objetivos estratégicos, convencidos de la necesidad de la soberanía, y de la independencia triunfan y son invencibles.

Cuba y su Revolución constituyen faros inaugurales, referentes políticos, sociales y culturales de masas en Nuestra América, en particular desde los años de 1950 hasta hoy. La Revolución es un proceso dialéctico en constante construcción. Nada está acabado. Cuba eligió, decidió socialismo, es su digno y colosal camino.

Y, ¿cuál fue el “pecado” de Cuba? Fue decirle ¡No! al amo, ¡No! al imperio y construir su propia senda. Entonces…el criminal bloqueo económico y el embargo durante más de 60 años. Entonces…la calumnia, el asedio, el sabotaje, el crimen, la mentira. El pueblo ha resistido y resistirá. Y en medio de esa digna actitud desarrollar el país, crear ciencia, generar conocimiento, porque la Revolución ha invertido en capital humano. Al triunfo de la rebeldía el país acusaba los más altos índices de analfabetismo de la región; contaba sólo con 6 mil médicos, de los cuales 3 mil salieron del país, sustraídos por los enemigos del proceso de radicales transformaciones; el número de educadores era también bajo. Desde hace unos años la nación exhibe cero analfabetismo. Hoy el país cuenta con más de 100 mil médicos y miles de otros profesionales de la salud. Cuba tiene el per cápita más alto del mundo en personal de salud, y el mismo indicador en contingente de profesionales de la enseñanza, teniendo en cuenta su población de 12 millones de habitantes.

Desde el histórico Asalto al Cuartel Moncada en 1953, el proceso revolucionario tiene la impronta martiana, porque es el Apóstol de la Independencia, el Héroe Nacional José Martí (1853-1895), el inspirador de la gran causa épica del pueblo. Y las ideas de Marx, de Engels y Lenin  son los sustentos filosóficos y políticos sobre los que se avanza en la construcción socialista.

La magistral autodefensa de Fidel Castro, a sus 26 años, ante el Tribunal de Urgencia de Santiago de Cuba, el 16 de Octubre de 1953, conocida como “La Historia me Absolverá”, lo convierten en el líder indiscutido del proceso revolucionario. En rigor, dicha Autodefensa constituye la base programática fundamental de todo un período de la Revolución.

El internacionalismo solidario es un valor de la más alta moral revolucionaria presente, aplicado siempre en las más diversas y distantes latitudes planetaria por profesionales cubanos de la salud, de la educación, de los deportes, de la ciencia,  de las artes. Chile, entre otros países, ha conocido bien esa actitud solidaria ante situaciones de catástrofes naturales. El mundo debe saber que luego de la espantosa catástrofe nuclear acaecida en Chernóbil hace unos años, miles de niños sufrieron los letales efectos de la radiación. Ellos fueron atendidos en Cuba, muchos llegaron con sus padres para recibir el tratamiento especializado y así salvar sus vidas. ¿Qué otros gobiernos del mundo, y en particular del llamado mundo desarrollado han tenido semejante actitud humanitaria en circunstancias como las que se señalan?

Los pueblos del mundo deben respeto y gratitud a Cuba, a su pueblo y a su gobierno por sus ejemplos de la más alta moral, por su entrega en bien de los demás, por su coraje y por la solidaridad recibida.

En verdad el rótulo del presente texto debe entenderse en plural: “Las hazañas de Cuba”.