NOTAS DEL REPORTEO. Partió Robert Fisk, de los periodistas de verdad

Histórico corresponsal, reportero innato, veterano de The Independent, lejano siempre del periodismo estático. Indagador, culto, apasianado.

Hugo Guzmán. Periodista. 02/11/2011. 1.- Por desgracia, es posible que en las escuelas de periodismo chilenas e inclusive entre los periodistas chilenos, se conozca poco o nada de Robert Fisk, el histórico corresponsal en Medio Oriente y reportero veterano del periódico inglés The Independent, quien acaba de fallecer a los 74 años en Dublín, dejando una estela de reportajes, entrevistas, notas informativas, artículos de opinión y libros que son inestimables para el periodismo universal. En su edición de este lunes, en The Independent,  Christian Broughton, editor hasta la semana pasada y ahora director gerente, dijo: “Intrépido, intransigente, decidido y absolutamente comprometido con descubrir la verdad y la realidad a toda costa, Robert Fisk fue el mejor periodista de su generación. El fuego que encendió en The Independent seguirá encendido”.

2.- Quien como estudiante de periodismo o periodista haya conocida el reporteo y los textos de Fisk, comprenderá que su fuego periodístico continuará encendido en quienes estén dispuestos a ejercer la profesión indagando, rasgando, escudriñando, preguntando, escarbando, leyendo, conociendo, acercándose, sensibilizándose y apartándose del mero boletín, la cuña formal, la rigidez, la superficie mediática pasajera, la ignorancia y la insensibilidad reporteril. Robert Fisk era de los periodistas de verdad. Se alejó de narrativas oficialistas y oficiosas, e hizo brillar el reporteo. Era un descriptor excepcional. De espacios e historias, de vidas y de procesos.

3.- Como suele ocurrir, es difícil que un buen reportero se pueda desarrollar y crecer sin el resguardo y la base de un medio de prensa que tenga la decisión de potenciar la labor de sus periodistas (más allá de ascensos burocráticos, permanencias en secciones). Por eso, fue fundamental en la vida de Fisk su paso por Sunday Express, The Times y luego The Independent. Muchos periodistas echan de menos ser parte de medios de prensa que otorgan apoyo de todo tipo al periodismo investigativo, a la labor perseverante de un reportero situado en un tema, a la facilitación del despliegue y las condiciones necesarias para el buen trabajo reporteril. Hoy, gran parte de los reporteros/reporteras, son esclavos/esclavas de la pauta direccionada, de la cuña formal, de la “tesis” que inventa un director o un editor en su escritorio, del “periodismo de manada” y el periodismo meramente declarativo, de presiones horarias y formales que tienen que ver más con diseños de gestión administrativa/empresarial que con diseños editoriales periodísticos y de profundidad informativa y comunicacional. Todas consideraciones que debieran ser válidas para todos los medios de prensa, independiente de su condición editorial y lineamiento ideológico/político.

4.- Fisk cumplió con premisas como las señaladas en su momento por Ryszard Kapuscinski, de que para ser buen periodista hay que ser una buena persona, y de históricos y experimentados periodistas latinoamericanos de que es imposible ser un eficaz reportero sin ser alguien culto y conocedor de los procesos y de la historia. De prosa excelente, controversial y no reverencial (atributo que deberían incorporar los periodistas), llenó páginas de reportajes que describían y explicaban guerras y conflictos en Palestinas, Irak, Afganistán, Pakistán y las intervenciones estadounidenses. Entre sus libros notables están Pity the nation: Lebanon at war (Pena por la nación: Líbano en guerra), y The war for civilisation: The conquest of the middle east (La guerra por la civilización: La conquista de Medio Oriente). Todo gracias a su disposición a salir a reportear.

5.- Quienes nunca leyeron a Robert Fisk (cuyos textos debieran estar en las clases de las escuelas de periodismo) o desconocieron sus dotes, habilidades e inteligencia en el reporteo, nunca podrán sentir el fuego periodístico que él irradió, reporteando hasta semanas antes de su muerte, que es la esencia de cualquier periodista. Un legado profesional y humano que debería alimentar metodologías, trabajos, esfuerzos, sistematicidad, inteligencia, cultura, sensibilidad a las/los reporteros que hoy deben dar cuenta de procesos, historias y vivencias.