Datos y proyecciones cruciales de este domingo 25/O

La incidencia de la diferencia entre las distintas opciones. El factor pandemia. Importancia del porcentaje que concurra a votar.

Equipo El Siglo. 21/10/2020. “El triunfo del Apruebo es seguro, aunque no hay que confiarse y hay que ir a votar para que sea abrumador. También hay que garantizar un amplio triunfo de la Convención Constitucional. Hay que tener en cuenta que el objetivo de la derecha es que la diferencia entre el Apruebo y el Rechazo no sea tan grande, y que sea estrecho el margen entre Convención Constitucional y Convención Mixta”. Así lo señaló hace unas dos semanas el presidente del Partido Comunista, Guillermo Teillier, al proyectar lo que puede ocurrir y lo que algunos sectores esperan que ocurra en el plebiscito del próximo domingo 25 de octubre como parte esencial del avance hacia una nueva Constitución.

La advertencia de que una victoria consistente debe sustentarse en un triunfo sólido porcentualmente. Y en ello gravita, por ejemplo, el porcentaje de concurrencia a votar.

Todas las encuestas y análisis apuntan a un gran e indesmentible éxito de la opción Apruebo. En cambio hay dudas respecto a la elección del órgano que redactará el nuevo texto constitucional, al punto de que se señaló que la gente podía estar confundida con la Convención Mixta, pensando que es mitad hombres, mitad mujeres, cuando en realidad se trata de 50% de parlamentarios y 50% ciudadanos.

Como sea, cualquier dato o reflexión indican que el Apruebo y la Convención Constitucional ganarán; pero en la oposición y a nivel de expertos electorales, se considera que el porcentaje de ese triunfo gravitará políticamente en lo que venga después y en la consistencia de ese triunfo político y electoral. De hecho, algunos sostienen que si se logra estar arriba del 60 por ciento en ambos casos, será, entre otras cosas, una derrota tremenda para la derecha y el gobierno y un triunfo inmenso para las fuerzas transformadoras. Pero si la diferencia no es mucha, puede significar un aliento a quienes se oponen a un real cambio de la Carta Magna.

Porcentaje de abtencionismo

El otro tema es la cantidad de personas que concurran a votar. Comentaristas de perfil conservador y dirigentes de la ultraderecha como José Antonio Kast, hicieron ver que si vota menos del 50%, “el plebiscito carecerá de legitimidad”, y que si vota apenas un 40% querrá decir que no tiene ningún peso para trazar la ruta de una nueva Constitución.

Es así que desde el campo progresista y de izquierda se planteó hace meses que la consigna es convocar a votar y desde organismos sociales, entidades académicas y sectores de la sociedad civil, se insistió en estos días en la necesidad de que las y los ciudadanos concurran a sufragar. Si se llegase al escenario de una participación bajo el 50%, es previsible que desde la oposición tendrá que salir una vocería tanto clara como precisa sobre ese escenario. Y desde la derecha habría un aprovechamiento de esa circunstancia.

Axel Callís, sociólogo y miembro del equipo de  Data Influye, dijo en el programa “Tribuna Semanal” que “la pregunta más importante es cuánta gente va a participar en el plebiscito, esa es la incertidumbre más grande”. Añadió que, precisamente, “de una u otra forma, la derecha trata de poner un punto suspensivo en la legitimidad del plebiscito respecto al volumen de personas que habría detrás de eso”.

En el plebiscito del domingo pueden votar 14 millones 855 mil personas a lo largo del país. Un electorado donde el 51% son mujeres y un 49% hombres. Estudios pasados y recientes indican que la mujer vota más que el hombre. Hay que considerar que en la segunda vuelta presidencial de hace dos años, votó el 49% del electorado; algo que ahora sería bajo o no contundente. En teoría, lo concreto de la consulta y que en todo sondeo más del 60% de la gente expresó que quiere una nueva Carta Magna, señalaría que habrá una alta o adecuada participación.

El factor no menor esta vez, es la pandemia del nuevo coronavirus. Desde los temores naturales hasta un “terrorismo sanitario” podría inducir a una baja participación, sobre todo de la población adulta mayor que es más proclive o más vulnerable al Covid-19. Habrá muchas comunas en cuarentena y eso podría influir, pese a que existen orientaciones respecto a que el domingo no habrá problemas para salir a emitir el voto. Además, es amplia la campaña que garantiza “un plebiscito seguro” con medidas de protección bien precisas. Pero que incidirá el Covid-19, incidirá.

Hay segmentos que podrían ver con temor el ir a un local de votación, y que están por “no arriesgarse”, pese a que el presidente del Servicio Electoral (SERVEL), Patricio  Santamaría, ya señaló que es más seguro ir a votar que ir al supermercado. Carolina Garrido, académica de la Universidad Diego Portales dijo en el Portal Web EMOL que “vamos a tener una participación más alta que la que hemos tenido los últimos años en Chile, pero no ocuparía un número para decir si fue exitoso o no. Cualquier aumento respecto a elecciones anteriores ya es un éxito considerando la pandemia y el hecho de que la abstención electoral y la desconfianza institucional no es algo que se cambie de un día para otro”.

Hay otro elemento que puede ser secundario pero que va a ser objeto de algunas observaciones y quizá en el espacio del oficialismo le querrán sacar jugo. Y es que segmentos minoritarios de las colectividades de derecha van a votar Apruebo y meterán ese elemento a la hora de los votos a favor de esa opción. Con el cruce de que también habrá diferenciación en la derecha votando por Convención Constitucional y Convención Mixta.

Hay encuestas y estudios que trazan una mirada positiva respecto al 25/O. Un trabajo de IPSOS y Espacio Público indicó que el 87% de la gente va a ir a votar; otro de Tú Influyes y Pulso Ciudadano apuntó que irá a votar más gente que el 49% de la última presidencial; una encuesta de FIEL-MORI estableció que un 67% dijo que “Vale la pena es esfuerzo de ir a votar” y un 59% acotó: “Votaré de todas maneras”.

Analizando el panorama electoral pre y pos plebiscito, Marta Lagos, directora de MORIS-Chile y experta electoral, escribió en un artículo que “se puede anticipar que el triunfo del Apruebo traerá tranquilidad y menos violencia, todo lo contrario de lo que anticipa la propaganda del Rechazo. De la misma manera, se puede anticipar que la participación electoral de este plebiscito, cualquiera que sea, sentará precedente para las 6 elecciones que vienen. El elector entra en modo elecciones y no tiene tregua desde aquí a la presidencial. La próxima elección es el 30 de noviembre, 4 semanas después, elecciones primarias”.

Voto femenino

En estos días, se conoció un estudio de la Universidad de Talca que abrió la atención sobre la gravitación del voto femenino en Chile y que podría tener incidencia en lo que pase este domingo. El documento reveló que, desde que se estableció el voto voluntario, mujeres menores de 40 años votan hasta un 25% más que los hombres. También que las mujeres pueden sumar hasta 200 mil votos más que los hombres de acuerdo a la brecha de mayor participación, y “dar vuelta” una elección. Si se consideran todos los rangos de edad y la mayoría demográfica esa diferencia puede sumar 600 mil sufragios más que sus pares masculinos.

Claro, no se conoce un sondeo donde mira por grupo etario y de sexo quiénes están por el Apruebo o el Rechazo, pero de acuerdo a lo analizo por los profesionales de la Universidad de Talca, en el plebiscito podría influir más el sufragio femenino.

El trabajo de esa casa de estudios lo lideraron los académicos Paulo Cox y Mauricio Morales de esa casa de estudios, quienes analizaron la brecha de género en la participación electoral desde 1988 hasta el 2017 basándose en datos del Servicio Electoral (SERVEL). En los datos se precisó que en la última presidencial las mujeres representaron 617 mil votos más que los hombres. De ese total, 190 mil provienen del grupo etario mayor de 40 años -rango en el que demográficamente hay más mujeres que hombres-; y los 426 mil votos restantes corresponden a que ellas están participando más, sobre todo en la población menor de 40 años, grupo que aporta la mitad de esa cifra a pesar de ser proporcionalmente menor”.

Otro de los puntos importantes que señala el estudio es que las encuestas de opinión presentan importantes sesgos que impiden observar las brechas de género en la participación electoral. “Cuando uno analiza datos, utilizando información de encuestas, éstas arrojan erróneamente que no hay diferencia entre hombres y mujeres. Toda nuestra evidencia se basa en la fuente oficial administrativa que es el padrón de acuerdo al Servel”, dijo Cox.

¿Por qué se produce este sesgo? El economista explicó que “se debe a que los encuestados varones tienden a sobre reportar su participación en una elección pasada, es decir declaran haber concurrido a votar cuando en verdad no lo hicieron. Esto es más marcado entre los hombres que entre las mujeres, en buen chileno los hombres tienden a mentir más que las mujeres cuando son consultados sobre su participación electoral. Esto hace que en las encuestas no sea posible distinguir estadísticamente la significativa mayor participación de las mujeres que muestran los datos del Servel analizados en este estudio”, lo que ya había sido advertido en una investigación anterior, realizada en 2015, por Paulo Cox, Alejandro Corvalán y Consuelo Hernández.